08.05.2013 Views

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de los escalones de piedra… Después que<br />

echó aquel brindis estúpido, Izquierdo habló<br />

de subir a gatas a [259] casa de su hermana,<br />

y de bajar rodando por los escalones de<br />

piedra… Ya sé, pues, dónde está. Ahora, hay<br />

que proceder con sigilo y decisión. Llegó la<br />

hora de castigar. El honor me lo pide. No soy<br />

un asesino, soy un juez. Aquel desgraciado<br />

hombre lo decía: 'Estamos engranados en la<br />

máquina, y la rueda próxima es la que nos<br />

hace mover. Sus dientes empujan mis dientes,<br />

y ando'".<br />

- ¿Por qué suspiras, hijo? -le preguntó su<br />

tía, observándole caviloso y suspirante.<br />

Contestó evasivamente, y a poco se retiraron,<br />

no sin que doña Desdémona invitase al<br />

joven a pasar en su casa la mañana siguiente.<br />

Le enseñaría todos sus pájaros y le daría<br />

de almorzar. Aceptada esta fineza, Maxi se<br />

personó en casa de Quevedo desde las nueve,<br />

hora en que la señora aquella se hallaba<br />

en la plenitud de sus funciones, limpiando<br />

jaulas, revisando nidos, examinando huevos,

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!