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Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

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sala. Como había tan mal olor allí, trajeron<br />

una paletada de carbones encendidos, y<br />

echando un puñado de espliego, la pasearon<br />

por toda la casa, desde el pasillo hasta la<br />

cocina. Después del sahumerio (23), <strong>Fortunata</strong><br />

entró a ver a Mauricia, a quien encontró<br />

muy mal, en un estado de decaimiento y<br />

postración muy visibles. El médico, que llegó<br />

entonces, la examinó detenidamente, observando<br />

hinchazón en las piernas y en el vientre.<br />

La parálisis agitante crecía de una manera<br />

aterradora. Antes de partir, el doctor<br />

habló con Guillermina en la sala, diciéndole<br />

[300] que aquello no podía menos de acabar<br />

mal, y que a todo tirar, tiraría dos días…<br />

Acercábase <strong>Fortunata</strong> para enterarse de esto,<br />

cuando vio entrar inesperadamente a una<br />

persona cuya presencia le hizo el efecto de<br />

una descarga eléctrica.<br />

"¡Jesús, esa mona otra vez…!, yo me voy".<br />

<strong>Jacinta</strong> y Guillermina hablaron un momento<br />

con el médico, que se despidió luego. "Entraré<br />

un ratito a verla -dijo la Delfina a su ami-

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