08.05.2013 Views

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Izquierdo, que, empezando por ir a cenar<br />

con su hermana y sobrina algunas noches,<br />

acabó, conforme a su genial parasitario, por<br />

estar allí todo el tiempo que tenía libre. <strong>Fortunata</strong><br />

encontró a su tío transfigurado moralmente,<br />

con un reposo espiritual que nunca<br />

viera en él, suelto de palabra, curado de su<br />

loca ambición y de aquel negro pesimismo<br />

que le hacía renegar de su suerte a cada<br />

instante. El bueno de Platón, encontrando al<br />

fin el descanso de su vida vagabunda, [237]<br />

se había sentado en una piedra del camino, a<br />

la sombra de frondoso árbol cargado de fruto<br />

(valga la figura) sin que nadie le disputase el<br />

hartarse de ella. No existía por aquel entonces<br />

en Madrid un modelo mejor, y los pintores<br />

se lo disputaban. Veíase Izquierdo acosado,<br />

requerido; recibía esquelas y recados a<br />

toda hora, y le desconsolaba el no tener tres<br />

o cuatro cuerpos para servir con ellos al arte.<br />

Ni había oficio en el mundo que más le cuadrase,<br />

porque aquello no era trabajar ¡qué<br />

demonio!, era retratarse, y el que trabajaba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!