08.05.2013 Views

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

Benito Perez Galdos - Fortunata y Jacinta - v1.0

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

<strong>Fortunata</strong> no decía nada. La enferma se<br />

inclinó hacia ella, y dándose unos aires<br />

evangélicos, en el tono que podría emplear<br />

un pastor de almas, le amonestó así: "Arrepiéntete,<br />

chica, y no lo dejes para luego.<br />

Vete arrepintiendo de todo, menos de querer<br />

a quien te sale de entre ti, que esto no es,<br />

como quien dice, pecado. No robar, no ajumarse,<br />

no decir mentiras; pero en el querer,<br />

¡aire, aire!, y caiga el que caiga. Siempre y<br />

cuando lo hagas así, tu miajita de cielo no te<br />

la quita nadie".<br />

Algo iba a contestarle su amiga; pero no<br />

pudo porque entró doña Lupe dándole prisa<br />

para marcharse. Era un poco tarde y tenían<br />

que ir a otra parte antes de regresar a casa.<br />

Despidiéronse con promesa de volver al día<br />

siguiente, y salieron. Por la calle hablaban de<br />

Guillermina, de quien dijo la de Jáuregui: "Es<br />

una mujer esa que electriza; y cuando se la<br />

trata, sin querer se vuelve una también algo<br />

santa… Cincuenta y tres reales me debía<br />

Mauricia. [260] Yo, de todas maneras, se los

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!