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créditos y portadilla:Maquetación 1.qxd - Departamento de Historia ...

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<strong>de</strong> privación y <strong>de</strong>sesperanza, y aunque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la mirada masculina sea expresión <strong>de</strong><br />

belleza, la que se nos <strong>de</strong>scribe es producto <strong>de</strong> una situación <strong>de</strong> anulación que en<br />

nada tiene que ver con esa i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> felicidad que quería ven<strong>de</strong>r la masculinidad <strong>de</strong> la<br />

época.<br />

Pero si en la teoría y en las manifestaciones artísticas a la mujer romántica se<br />

la <strong>de</strong>finió <strong>de</strong>ntro este marco, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oratoria <strong>de</strong>l púlpito a las recomendaciones literarias,<br />

la cultura social <strong>de</strong> la época fue adoctrinando sobre las pautas que <strong>de</strong>bían<br />

seguir la mujer para cumplir a la perfección el papel que la nueva cultura social le<br />

había adjudicado.<br />

Las alternativas no eran muchas aunque si presentan variaciones según el<br />

expositor <strong>de</strong> turno fuera más o menos mo<strong>de</strong>rado, más o menos progresista. Ni unos<br />

ni otros, en ningún momento, pensaron <strong>de</strong>jar en manos <strong>de</strong> la propia mujer las líneas<br />

<strong>de</strong> su mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> comportamiento, antes bien, se apresuraron a <strong>de</strong>jar constancia <strong>de</strong><br />

las vías a seguir mediante la metodología <strong>de</strong> la penalización, creando todo un mundo<br />

<strong>de</strong> imágenes en el que los posicionamientos entre el or<strong>de</strong>n y el <strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n quedaban<br />

significados por la felicidad o la <strong>de</strong>sgracia.<br />

Seguir las reglas llevaba a la felicidad, entendida ésta como el participar en el<br />

marco <strong>de</strong> la domesticidad, alejarse <strong>de</strong> ellas conducía al <strong>de</strong>sastre. El prototipo femenino<br />

<strong>de</strong> buena parte <strong>de</strong>l siglo XIX, especialmente durante el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l<br />

Romanticismo, se fundamentó en una mujer adornada por las normas que había<br />

impuesto la cultura burguesa, en España importada <strong>de</strong> Inglaterra o Francia, que le<br />

exigía una <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia absoluta al varón, pero llevada con convencimiento y alegría,<br />

ya que se habían preocupado <strong>de</strong> maquillar la posición <strong>de</strong> sumisión con los alicientes<br />

<strong>de</strong> la felicidad y belleza.<br />

La felicidad se conseguía mediante una educación que conducía a la obediencia<br />

y la laboriosidad, el premio era la regencia <strong>de</strong> la esfera <strong>de</strong> lo privado y el<br />

resultado la belleza, entendida ésta como una serie <strong>de</strong> valores que adornaba a la<br />

mujer y que no tenía porque coincidir con el físico, sino más bien con unos marcos<br />

gestuales que se correspondían con unas virtu<strong>de</strong>s que componían el ornato <strong>de</strong> la<br />

mujer, entre las que el recato, la pru<strong>de</strong>ncia, laboriosidad y especialmente el silencio<br />

eran las principales, porque, como muy claramente explica nuestro ensayista: el<br />

silencio es el ornato <strong>de</strong> las mujeres, ya que callar, como muy bien se sabe, es sinónimo<br />

<strong>de</strong> acatar y mediante él la mujer entraba <strong>de</strong> lleno en el espacio <strong>de</strong>l<br />

sometimiento.<br />

La difusión <strong>de</strong> estos principios se hizo mediante un sistema <strong>de</strong> mentalización<br />

en el que el relato visual o literario tuvo una singular importancia, quizás en el texto<br />

escrito con una mayor minuciosidad, pero, como veremos más a<strong>de</strong>lante, a través <strong>de</strong>l<br />

cuadro, ya <strong>de</strong> costumbres o el retrato, los posicionamientos <strong>de</strong> la mujer <strong>de</strong>ntro o<br />

fuera <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n quedaron perfectamente explicitados.<br />

Una escritora tan convencional como Fernán Caballero difun<strong>de</strong> en sus relatos<br />

esta dualidad femenina, y retrata a los personajes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo psicológico a lo físico,<br />

según <strong>de</strong>fina uno u otro prototipo. Así en La Gaviota, Marisalada, la protagonista<br />

que se posiciona en la trasgresión <strong>de</strong>shonrando al marido, se perfila físicamente<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la oscuridad, por su pelo y ojos negros que <strong>de</strong>fine como ariscos, expresión<br />

poco benévola, libre en sus movimientos y ajenas a las normas <strong>de</strong> composturas al<br />

encaramarse por las peñas y gritar como las gaviotas, o lo que es lo mismo no some-<br />

130<br />

artículos<br />

Teresa Sauret Guerrero

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