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nografía de América. De Bry en su grabado y Saura en su largometraje dan lugar a
sendos iconos del legendario “hombre dorado”; ambos constituyen una imagen del
Nuevo Mundo tamizada por la visión del europeo, pertenezca éste al siglo XVI o al XX.
3.1.2.- AMAZONAS, SIRENAS Y ACÉFALOS.
Transcurridos escasos días desde el comienzo de la expedición, el ya citado
Alonso de Esteban fantasea en la cubierta del bergantín teniendo como espectadores
a Lope de Aguirre y a la hija de éste, Elvira. La niña escucha con gran atención
las palabras del guía, quien, en su relato, hace alusión a las amazonas, las sirenas
y los acéfalos.
Así pues, la referencia que se hace en El Dorado a estos seres míticos es
simplemente auditiva, no visual. Ahora bien, el hecho de que no haya imágenes no
implica necesariamente la ausencia de iconografía, pues si ésta se entiende como
“descripción de imágenes” dicha descripción queda incluida en las palabras de
Alonso de Esteban 22 , circunstancia ésta que propicia que el espectador evoque
mentalmente esas imágenes que los fotogramas del filme no recogen.
Por otra parte, no debe obviarse el enriquecimiento que supone para la imagen
de América registrada en la película de Saura el hecho de que se haga mención
de “amazonas”, “sirenas” y “acéfalos”, mitos del acervo occidental que los europeos
exportan al Nuevo Mundo, dando lugar a una “América imaginaria” en la que la realidad
y la fantasía se superponen constantemente.
A) LAS AMAZONAS.
Iconografía de América en el cine...
El mito de las amazonas se remonta a la Antigüedad Clásica, cuya tradición
las presenta como un pueblo de mujeres cazadoras y belicosas descendientes de
Ares, dios de la guerra. Su reino parece situarse en Escita (al Sur de la actual Rusia,
o incluso Ucrania), en Temiscira, al Norte de Asia Menor, o tal vez en Tracia.
Rechazaban la autoridad de los hombres y se gobernaban a sí mismas, con una
reina a su frente. Tan sólo se unían ocasionalmente con hombres de tribus vecinas
para reproducirse: a los hijos varones los mataban o los sometían a la esclavitud; a
las mujeres las educaban en el arte de la guerra y les amputaban el seno derecho
22 El guía de la expedición aporta los siguientes datos: “(...) Y hay sirenas juguetonas, gordinflonas y tetudas;
las llaman manatíes y lloran como niñas... ¡Y hay hombres sin cuello! (...) que tienen la cara aquí...
(señalándose el pecho y dibujando sobre él). Los ojos, la nariz y la boca... ¡Y las amazonas!... ¡Eso es!... En
el río Trombetas nos atacaron las indias guerreras... ¡Son tan membrudas y andan desnudas, en cueros! (...)
Cada una de ellas hacía tanta guerra como diez indios... ¡La reina de las amazonas se llamaba Calafia!, y
su país, ¡California!”.
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