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29 De estos cuatro hijos sólo superó la infancia Maria Wilhemina que tenía entonces 5 años.
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Covadonga López de Prado Mistral
Naturaleza, sea irrazonable y des piadado. En pocas palabras, llegué a esta
conclusión: voy a ver si no hay alguna manera de encontrar una mujer”.
“Dios, no tuve que ir a buscarla muy lejos. Encontré una que estaba lejos de
ser joven, lejos de ser linda, que no tenía ningún encanto particular, sí quieres.
¿Quizá tengas ganas de saber algo más? Era grande y sólidamente
construida; no tenía manos de dama como K., sino de mujer que trabaja
mucho. No era ni grosera, ni vulgar; había en ella algo muy femenino. Se
parecía un poco a una figura de Chardin o de Frere, o hasta de Jan Steen. En
pocas palabras, lo que los franceses llaman una obrera. Era visible que había
tenido muchas preocupaciones, que la vida la había maltratado; ¡oh! no tenía
ninguna distinción, nada extraordinario, nada que no fuera banal. Cualquiera,
a toda edad, si ama y si es buena, puede dar al hombre no el infinito del
momento pero si el momento del infinito. Theo, le encuentro no sé qué de
ajada que da tanto encanto al rostro de aquellas que han sido maltratadas por
la vida. ¡Ah! ella tenía encanto para mi, le encontraba hasta alguna cosa de
PeyenPerrin, de Perugin”.
“Ten en cuenta que no soy tan inocente como un mocoso y que lo soy mucho
menos que un bebé en su cuna. No era la primera vez que me abandonaba
a esta veleidad de afecto, sí, de afecto y amor para este tipo de mujeres que
los pastores maldicen, condenan y cubren de oprobio desde lo alto de su púlpito.
Yo no las maldi go, no las condeno, no las desprecio. Tengo casi treinta
años, ¿te das cuen ta? ¿Realmente crees que nunca tuve necesidad de amor?
(....) de ninguna manera puedo enterrar mi energía y mi vigor de espíritu a
causa de ella (se refiere a Kee). El estimulante, la chispa que necesitamos, es
el amor, y no precisamente el amor místico”. (Carta 164)
Van Gogh no oculta que se trata de una necesidad que responde a unas exigencias
sexuales más que sentimentales, exigencias que ve la posibilidad de satisfacer
cuando en ese viaje conoce a Sien. Es por ello que en pocos días pasa con
asombrosa facilidad del amor platónico y exaltado que sentía hacia su prima, una
mujer que representa para el modelo de virtud doméstica, al consuelo que le aporta
la compañía de una prostituta.
Sien, apodo de Clasina Hoornik de 32 años, es una costurera del suburbio de
Geest que ejerce la prostitución para sobrevivir. En el momento de conocer a Van
Gogh durante el viaje que realiza en diciembre a La Haya está esperando su cuarto
hijo que nació cuando vivía con el 29 .