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Jenkins, Henry. Convergence Culture - Get a Free Blog

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i.,LA GUERRA DE LAS GALAXIAS DE QUENTIN TARANTINO? 161<br />

La guerra de las galaxias hechas por<br />

hombres, implica una identificación mucho<br />

más íntima con los personajes y<br />

apunta aspectos de su relación no explicitados<br />

en la pantal1a. Para la mayoría de<br />

los fans, Come What May sería encuadrable<br />

en el subgénero slash, que construye<br />

relaciones eróticas entre personajes deI<br />

mismo sexo, y se interpretaría en clave de<br />

melodrama más que de sátira. Por supuesto,<br />

desde una perspectiva legal,<br />

Come What May puede considerarse una<br />

parodia, lo cual no requiere que la obra<br />

sea cómica, sino simplemente que sea<br />

apropiada y transforme el original a efectos<br />

deI comeutario crítico. Sería difícil<br />

sostener que un vídeo que presenta a übi­<br />

Wan y Qui-Gon como amantes no transforma<br />

el original de un modo que expande<br />

sus significados potenciales. Lo más<br />

probable es que éste y otros videos musicales<br />

realizados por mujeres se consideren<br />

creaciones de ficción amateurs. Come<br />

What May contravendría asimismo las regIas<br />

de AtomFilm contra la apropiación<br />

de contenidos de las películas o de otras<br />

propiedades mediáticas.<br />

Estas regIas crean un sistema de dos<br />

niveles: ciertas obras pueden hacerse más<br />

públicas, pues se ajustan a lo que el titular<br />

de los derechos considera una apropiación<br />

aceptable de su propiedad intelectual,<br />

mientras que otras permanecen<br />

ocultas (o al menos se distribuyen por canales<br />

menos oficiales). En este caso, estas<br />

obras se han apartado tanto de la visibilidad<br />

pública que, cuando he preguntado<br />

a los realizadores digitales de La guerra<br />

de las galaxias sobre la invisibilidad de<br />

estos trabajos mayoritariamente femeninos,<br />

casi ninguno tenía idea siquiera de<br />

que las mujeres estaban haciendo películas<br />

sobre La guerra de las galaxias.<br />

consumidores. Hace dos décadas,<br />

el mercado estadounidense estaba<br />

totalmente cerrado a estas<br />

importaciones japonesas. Hoy en<br />

día no existe Iímitación alguna,<br />

y la mayoría de las series infantiles<br />

de éxito, desde Pokémon (1998)<br />

hasta Yu-Gi-Oh! (1998) proceden<br />

directamente de productoras<br />

japonesas. EI cambio no obedeció<br />

a ningún impulso concertado de las<br />

cornpafiías mediáticas japonesas,<br />

sino más bien a la atracción de los<br />

fans estadounidenses, que recurrian<br />

a toda la tecnología disponible para<br />

expandir la comunidad que conocia<br />

y adoraba estos contenidos. Los<br />

esfuerzos comerciales subsiguientes<br />

se basarían en la infraestructura<br />

desarrollada por estos fans<br />

durante los afios intermedios.<br />

La convergencia popular allanó el<br />

camino para las nuevas estrategias<br />

de convergencia corporativa.<br />

La animación japonesa se<br />

exportó ai mercado occidental tan<br />

pronto como en la década de 1960,<br />

cuando Astro 80y (1963), Speed Racer<br />

(1967) y Gigantar (1965) fueron<br />

compradas por varias cadenas. A<br />

finales de esta década, sin embargo,<br />

los esfuerzos reformistas, como la<br />

Acción en Defensa de la Televisión<br />

Infantil, habían recurrido a las<br />

amenazas de boicot y a la legislación<br />

federal para rechazar los contenidos<br />

que juzgaban inapropiados para<br />

los niílos estadounidenses. Los<br />

contenidos japoneses iban dirigidos<br />

a los adultos en su país de origen,<br />

solian abordar temas de adultos<br />

y fueron un blanco preciso<br />

de la reacción. Desalentadas, las<br />

distribuidoras japonesas se retiraron<br />

dei mercado estadounidense,<br />

volcando sus dibujos animados en<br />

canales por cable en lengua japonesa<br />

en ciudades con grandes poblaciones<br />

asiáticas.<br />

Con el desarrollo dei vídeo,<br />

los fans estadounidenses pudieron

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