Jenkins, Henry. Convergence Culture - Get a Free Blog
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70 CONVERGENCE CULTURE<br />
deseos y fantasías instatisfechos por el sistema mediático actual; el nuevo discurso<br />
de la mercadotecnia pretende moldear esos deseos deI consumidor para<br />
influir en las decisiones de compra. Aunque se interesan cada vez más por las<br />
cualidades de la experiencia deI público, las empresas mediáticas y de marcas<br />
siguen luchando con la vertiente econômica de la economía afectiva: la necesidad<br />
de cuantificar el deseo, de calcular las relaciones y de mercantilizar los<br />
compromisos y, tal vez lo más importante de todo, la necesidad de transformar<br />
todo esto en rédíto de la inversión. Estas presiones básicas malogran con frecuencia<br />
los intentos de com prender la complejidad del comportamiento deI público,<br />
por más que las empresas que deseen sobrevivir en las próximas décadas<br />
necesiten desesperadamente este conocimiento. Más que reconsiderar los términos<br />
de sus análisis, se afanan porencajar estas nuevas ideas en las categorias<br />
econômicas familiares. Sigue siendo no mundo donde lo que más cuenta es lo<br />
que se puede contar.<br />
Cabe sostener que los fans de ciertos programas televisivos de culto pueden<br />
lograr unamayorinfluencia sobrelas decisiones de programación en unaépoca<br />
de economía afectiva. De vez en cuando, las cadenas redefinen las prioridades<br />
de ciertos segmentos de su audiencia, y el resultado es un cambio en las estrategias<br />
de programación para reflejar mejor esos gustos: el paso de los espectadores<br />
rurales a los urbanos modificó los contenidos televisivos en la década de<br />
1960, el interés renovado por los espectadores de las minorías condujo a más<br />
comedias de situación afrocéntricas durante la década de 1990, y el nuevo énfasis<br />
en los espectadores fieles viene cambiando las emisiones a principios dei siglo<br />
XXI. Los fans ven cómo se emiten más programas que reflejan sus gustos e<br />
intereses; dichos programas se diserían para maximizarlos elementos que atraen<br />
a los fans; y aquellos programas que gustan a los fans tienden a permanecer<br />
más tiempo en antena, pues tienen más probabilidades de ser renovados en caso<br />
de duda. He aquí la paradoja: ser deseado por las cadenas implica la mercantilización<br />
de tus gustos. Por un lado, la mercantilización aumenta la visibilidad cultural<br />
de un grupo. Aquellos grupos sin valor económico reconocido son ignorados.<br />
Dicho esto, la mercantilización es también una forma de explotación. Los<br />
grupos mercantilizados son el objetivo preferente de la mercadotecnia y con frecuencia<br />
sienten la pérdida de control sobre su propia cultura, pues ésta se produce<br />
y comercializa en masa. No pueden evitarse los sentimientos contradictorios,<br />
pues nadie desea ser ignorado, pero nadie desea tampoco ser explotado.<br />
Los grupos de fans, en su afán de sumar apoyos para las series en peligro de<br />
extinción, llevan anos defendiendo que las cadenas deberían centrarse más en la<br />
calidad deI compromiso de la audiencia con la serie y menos en la cantidad de<br />
espectadores. Cada vez más, anunciantes y cadenas llegan más o menos a la<br />
misma conclusión. EI marketing trata de forjar la reputación de la marca, no mediante<br />
una transacción individual, sino mediante la suma total de interacciones<br />
con cl cliente, un proceso en marcha que cada vez implica más «puntos de contacto»<br />
de medios diferentes. EI objetivo no es que el consumidor haga una sola