Jenkins, Henry. Convergence Culture - Get a Free Blog
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COMPRANDO AMERICAN IDOL 69<br />
Y esta hace más felices todavía a los conglomerados mediáticos, pues American<br />
Idol fue desde el primer momento una franquicia transmediática, y no un<br />
simple programa de televisión. La ganadora de la primera temporada dei programa,<br />
Kelly Clarkson, firmó un contrato con RCA Records y su sencillo «A<br />
Moment Like This» llegó inmediatamente ai número I dei Billboard Hot 100.<br />
La canción llegó a ser el sencillo más vendido en Estados Unidos en 2002. Los<br />
primeros sencillos de Kelly se escucharon más de SO.OOO veces en las emisoras<br />
de radio en 2002. Un libro sobre American /doi estuvo en la lista de los más<br />
vendidos, 1(1 y los concursantes de American /doi vendían todas las entradas en<br />
su gira por toda la nación. Se emprendió inmediatamente la producción de un<br />
largometraje, From Justin to Kel/y (2003), aunque la película acabá reportando<br />
pocos beneficios en taquilla.<br />
Sin embargo, no todo el mundo estaba encantado con el éxito de American<br />
Idol. Hablando por muchos críticos de la telerrealidad, Karla Peterson despotricaba<br />
en el San Diego Union-Tribune:<br />
American Idol no fue unaestúpidaaventura veraniega, sino unamonstruosa confabulación<br />
multi media. Descarada colocación del producto. Frianostalgia.Incestuoso<br />
bombopublicitario corporativo. Como las divas de Stepforddel programa,<br />
querepetían sumisamente como loroscadachíllido y grufíido dei catálogo de MariahCarey,<br />
Amerícan Idol ha absorbido los pecados de nuestra cultura corrupta y<br />
los escupe en una masa de mal reconstituido. Y como estábamostandeslumbrados<br />
por 5U descarada faltade cualidades compensatorias, pasamosporencima de<br />
la porquería y 10 seguimos felizmente sobreel abismo."<br />
Peterson tiene razón en que American Idol estaba moldeado en todos los niveles<br />
por tlagrantes cálculos comerciales. Sin embargo, su indignación moral<br />
no nos facilita demasiado la comprensión de su atractivo para las cadenas, los<br />
anunciantes o los consumidores.<br />
Para entender el éxito de American Idol, necesitamos comprender mejor el<br />
nuevo contexto en el que opera la televisión norteamericana, así como el nuevo<br />
modelo de comportamiento dei consumidor que determina las estrategias de<br />
programación y mercadotecnia. Necesitamos saber más sobre lo que he dado en<br />
llamar la «economia afectiva». Por economía afectiva entiendo una nueva configuración<br />
de la teoría dei marketing, que todavia es algo marginal pero va ganando<br />
terreno en la industria mediática, que pretende comprender las bases<br />
emocionales de la toma de decisiones dei consumidor como una fuerza motriz<br />
que impulsa las decisiones de ver y de comprar. En muchos sentidos, la economía<br />
afectiva representa una tentativa de ponerse al corriente de las investigaciones<br />
en estudios culturales sobre las comunidades de fans y los compromisos<br />
de los espectadores, realizadas durante las últimas décadas. No obstante, existe<br />
una diferencia crucial: las investigaciones en estudios culturales buscaban entender<br />
el consumo mediático desde el punto de vista de los fans, explicitando