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Jenkins, Henry. Convergence Culture - Get a Free Blog

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COMPRANDO AMERICAN lDOL 71<br />

adquisición, sino más bien que establezca una relación a largo plazo con una<br />

marca. Los nuevos modelos de marketing pretenden incrementar las inversiones<br />

emocionales, sociales e intelectuales dei consumidor con el objetivo de configurar<br />

las pautas de consumo. En el pasado, los productores mediáticos hablaban<br />

de «impresiones». En la actualidad están explorando el concepto de «expresiones»<br />

de la audiencia, tratando de entender cómo y por qué reaccionan las<br />

audiencias ante los contenidos. Los gurús dei marketing aducen que la construcción<br />

de una «comunidad de marca» comprometida puede ser el medio más<br />

seguro para fomentar la fidelidad deI consumidor, y que las colocaciones deI<br />

producto pennitirán a las marcas explotar algo de la fuerza afectiva de las propiedades<br />

asociadas ai entretenimiento. Por esta razón, los programas tales como<br />

American Idol son analizados con detalle por los anunciantes, las empresas de<br />

marketing, las cadenas de televisión y la prensa económica, ansiosos todos ellos<br />

por comprender cómo pueden estar reconfigurando el proceso de las marcas las<br />

estrategias de convergencia corporativa. Los primeros indicios sugieren que los<br />

consumidores más valiosos son los que la industria denomina «fieles» o los que<br />

nosotros llamamos fans. Los fieles están más dispuestos a ver las series con fidelidad,<br />

a prestar atención a la publicidad y a comprar los productos.<br />

Por el momento, quiero que los lectores pongan entre paréntesis sus preocupaciones<br />

relativas ai consumismo y su temor a la avenida Madison. Este capítulo<br />

no pretende ser en absoluto una apología de los cambios que están aconteciendo.<br />

Personalmente creo que este discurso emergente de la economía<br />

afectiva tiene implicaciones tanto positivas como negativas: permite a los anunciantes<br />

explotar el poder de la inteligencia colectiva y dirigirlo hacia sus propios<br />

fines, pero, aI mismo tiempo, permite a los consumidores forjar su propia estructura<br />

de negociación colectiva, que pueden emplear para desafiar las decisiones<br />

corporativas. Volveré a este asunto deI poder deI consumidor en el capítulo<br />

final de este Iibro. Incluso si queremos criticar el funcionamiento deI<br />

capitalismo estadounidense, hemos de reconocer que los modelos de marketing<br />

descritos en los informes clásicos, como Hidden Persuaders, de Vance Packard<br />

(1957), ya no describen adecuadamente la manera de operar de las industrias<br />

mediáticas. 12 Incluso si uno cree que las comunidades de fans y de marcas carecen<br />

dei poder de alterar significativamente el comportamiento empresarial, necesita<br />

entender córno funciona la participación en esta nueva economía afectiva,<br />

a fin de dirigir las críticas a los autênticos mecanismos mediante los cuales<br />

la avenida Madison tratade reconfigurar nuestras mentes y nuestros corazones.<br />

En las reuniones de los industriales por todo el país, los visionarios corporativos<br />

y los gurús de las marcas promueven lo que yo llamo economía afectiva<br />

como solución a una crisis percibida en la televisión estadounidense, una crisis<br />

provocada por cambios en la tecnología mediática que están garantizando a los<br />

* Trad. cast.: Las formas ocultas de la propaganda, Buenos Aires, Ed. Sudamericana, 1973.<br />

(N. dei t.)

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