Jenkins, Henry. Convergence Culture - Get a Free Blog
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COMPRANDO AMERICAN /DOL 73<br />
de contenidos cautivadores por parte del espectador en exposición a los mensajes<br />
de los patrocinadores?<br />
Hace unos anos se habló mucho de la ineficacia de la publicidad en la red<br />
por la baja tasa de clics en los anuncias. Relativamente poca gente de la que veía<br />
el anuncio seguía su enlace y adquiría el producto. Si la publicidad televisiva se<br />
hubierajuzgado con ese mismo patrón, se habría revelado igualmente ineficaz.<br />
La impresión no es una medida de cuánta gente compra el producto o ai menos<br />
capta el mensaje; es simplemente una medida de la cantidad de gente que tiene<br />
sintonizado en el televisor un canal determinado. La impresión es una medida<br />
aún más imprecisa cuando se aplica a otros medias. Por ejemplo, las impresiones<br />
creadas por una vallapublicitaria se miden en términos dei número de coches<br />
que pasan por un cruce determinado. Según el investigador de mercados<br />
Robert Kozinets: «No se trataúnicamente de que la impresión sea una manera<br />
torpe de seguir la pista de los medias. [...] La impresión es un síntoma de los<br />
errores por parte de la industria acerca de lo que puede rastrearse, comprenderse<br />
y relacionarse con determinadas inversíones»." No obstante, los anunciantes<br />
cada vez piden más cuentas a las empresas mediáticas dei grado de exposición<br />
real que reciben y de la calidad de la relación que se establece con sus consumidores.<br />
Quieren comprender cuál es la eficacia de los diferentes medias a la<br />
hora de trasladar sus mensajes ante sus potenciales compradores.<br />
Así como se ha revelado la torpeza de las mediciones de la audiencia, las<br />
cadenas también han asistido a la quiebra de la lealtad de los espectadores, el<br />
problema planteado por nuestro joven y grefíudo amigo. En primer lugar han<br />
proliferado las opciones mediáticas. Hemos pasado de tres cadenas principales<br />
a una televisión por cable con cientos de canales más especializados y a la introducción<br />
de formas alternativas de entretenimiento doméstico, que incluyen<br />
Internet, el vídeo, el OVO y los videojuegos. Inicialmente, la cantidad de tiernpo<br />
invertido en el consumo diario de los medios aumentaba conforme crecía el<br />
repertorio de opciones mediáticas, pero esta expansión sólo podía llegar tan<br />
lejos dado el considerable tiempo que el consumidor media dedicaba a los contenidos<br />
de entretenimiento fuera dei trabajo, la escuela o las horas de suefío. Enfrentado<br />
a una variedad aparentemente infinita, el consumidor media se acostumbraba<br />
a un patrón de ver entre diez y quince ofertas mediáticas diferentes.<br />
Los programas de la televisión convencional siguen gozando de un grado de lealtad<br />
superior ai de la programación por cable, pero las principales cadenas atraen<br />
una porción cada vez menor de la tarta a medida que continúa la fragmentación<br />
de la audiencia. En la década de 1960, un anunciante podía llegar ai 80 %<br />
de las mujeres estadounidenses con un espacio publicitario de máxima audiencia<br />
en las tres cadenas. En la actualidad, se estima que el mismo anuncio tendría<br />
que emitirse en cien canales de televisión para llegar al mismo número de espectadores."<br />
A medida que crece la preocupación de los anunciantes sobre si la programación<br />
televisiva puede llegar a la audiencia, éstos diversifican sus presupues-