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Rosa Luxemburgo – Obras escogidas

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imponiendo una peculiar combinación de legalidad e ilegalidad en la vida sindical, que se<br />

corresponde con la situación revolucionaria sumamente contradictoria.<br />

En medio de la lucha el trabajo organizativo se extiende cada vez más, a fondo y<br />

hasta con cierta pedantería. Los sindicatos del Partido Social Demócrata de Polonia y<br />

Lituania, por ejemplo, que en el último congreso (1906) contaban con cinco delegados que<br />

representaban a diez mil miembros, cuentan con los acostumbrados estatutos, carnets<br />

impresos de afiliados, declaraciones de adhesión, etcétera. Y los mismos panaderos y<br />

zapateros, ingenieros y tipógrafos de Varsovia y Lodz, que en junio de 1905 estaban en las<br />

barricadas y en diciembre sólo esperaban la señal de Petersburgo para lanzarse a la lucha<br />

callejera, encuentran tiempo y entusiasmo, entre una y otra huelga de masas, entre la cárcel y<br />

el lock-out, bajo el estado de sitio, para elaborar sus estatutos sindicales y discutirlos<br />

acaloradamente. Estos luchadores de las barricadas de ayer y de mañana más de una vez<br />

recriminaron severamente a sus dirigentes amenazándolos con irse del partido por no haber<br />

impreso aquellos las desgraciadas listas de afiliados sindicales con suficiente rapidez (en<br />

imprentas secretas y bajo una incesante persecución policial). Hasta hoy continúan este celo<br />

y entusiasmo. Por ejemplo, en las dos primeras semanas de julio de 1906 aparecieron<br />

quince sindicatos nuevos en Ekaterinoslav, seis en Kostroma, varios en Kiev, Poltava,<br />

Smolensk, Cherkasi, Proskurvo, hasta en las más insignificantes poblaciones de provincia.<br />

En la sesión del 4 de junio de este año el consejo sindical de Moscú, después de la<br />

aceptación de los informes individuales de los delegados sindicales, se decidió “que los<br />

sindicatos deben disciplinar a sus miembros y abstenerse de participar de reyertas callejeras<br />

porque no se considera que sea momento oportuno para la huelga de masas. Ante una<br />

posible provocación del gobierno, debemos tener cuidado de que las masas no se vuelquen<br />

a las calles.” Finalmente, el consejo decidió que si en algún momento un sindicato salía a la<br />

huelga los otros tenían que abstenerse de cualquier lucha salarial. En la actualidad la mayor<br />

parte de las luchas económicas están dirigidas por los sindicatos.<br />

Vemos así que la gran lucha económica que siguió a la huelga general de enero y que<br />

no se ha detenido hasta la actualidad constituyó un amplio trasfondo revolucionario. De<br />

allí, en una recíproca e incesante acción con la agitación política y los acontecimientos<br />

exteriores de la revolución, surgen aquí y allá nuevas expresiones aisladas y nuevas acciones<br />

generales del proletariado. Se destacan contra este trasfondo los siguientes acontecimientos,<br />

uno después de otro; en las manifestaciones del Primero de Mayo hubo en Varsovia una<br />

huelga general total que terminó en un sangriento encuentro entre la multitud indefensa y<br />

los soldados. En junio, un acto masivo en Lodz que fue dispersado por los soldados llevó a<br />

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