15.05.2013 Views

Rosa Luxemburgo – Obras escogidas

Rosa Luxemburgo – Obras escogidas

Rosa Luxemburgo – Obras escogidas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

de 1878. En esa época millones consideraban a los socialdemócratas asesinos y viles<br />

criminales por su actuación en 1870; el socialista había sido un traidor y un enemigo a los<br />

ojos de las masas. La furia elemental del ‘alma popular’ puede ser agobiadora, avasallante,<br />

asombrosa. Uno se siente impotente, como si se tratara de un poder superior. Es una<br />

verdadera forcé majeure. No hay un enemigo corpóreo. Es como una epidemia en el seno del<br />

pueblo, en el aire, en todas partes.<br />

”No obstante, no se puede comparar el estallido de 1878 con el de 1870. Este<br />

huracán de pasiones humanas que dobla, rompe, destruye todo lo que encuentra en su<br />

camino, y junto con él la terrible maquinaria del militarismo en plena y horrible actividad; y<br />

nosotros nos hallamos entre los engranajes de hierro, cuyo roce significa la muerte<br />

inmediata, entre los brazos de hierro que amenazan a cada rato con atraparnos. Al lado de<br />

esta fuerza elemental de espíritus liberados estaba el mecanismo más completo para el arte<br />

del asesinato que se había visto en la historia de la humanidad; todo en la más frenética<br />

actividad, cada caldera a punto de estallar. En ese momento, ¿cuál es la voluntad y fuerza<br />

del individuo? Sobre todo cuando uno sabe que representa a una pequeña minoría, sin<br />

respaldo popular.<br />

”En esa época nuestro partido se hallaba en estado de desarrollo. Estábamos ante<br />

una prueba durísima, cuando aún no poseíamos la organización necesaria para enfrentarla.<br />

Cuando llegó el movimiento antisocialista, en el año de la vergüenza de nuestros enemigos,<br />

en el año de honor de la socialdemocracia, ya teníamos una organización fuerte y arraigada.<br />

Todos y cada uno de nosotros sentíamos un poderoso apoyo que nos fortalecía en el<br />

movimiento organizado que nos respaldaba, y ninguna persona cuerda podía concebir la<br />

destrucción del partido.<br />

”De modo que en esa época nadar contra la corriente era una hazaña nada<br />

despreciable. Pero lo que ha de hacerse, se hará. De modo que apretamos los dientes ante<br />

lo inevitable. No era momento para caer presa del temor [...] Por cierto que Bebel y yo [...]<br />

jamás hicimos caso de las advertencias. No retrocedimos. ¡Debíamos mantenernos firmes,<br />

costara lo que costase!”<br />

Se mantuvieron firmes, y durante cuarenta años la socialdemocracia se alimentó de la<br />

fuerza moral con la que había enfrentado un mundo de enemigos.<br />

Lo mismo habría ocurrido ahora. Al principio no hubiéramos logrado nada excepto<br />

salvaguardar el honor del proletariado, y miles y miles de proletarios que están muriendo<br />

en las trincheras en la más espantosa oscuridad mental no hubieran muerto en medio de la<br />

- 330 -

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!