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Incorporación de la percepción de los usuarios en la certificación de playas limpias.<br />
esto se ha hecho mediante el uso de indicadores ambientales<br />
porque proporcionan información concisa<br />
y sustentada científicamente, de manera que puede<br />
ser entendida y usada fácilmente por los tomadores<br />
de decisiones y el público en general (INE SEMAR-<br />
NAP, 1997).<br />
Las certificaciones internacionales de playas las clasifican<br />
en dos tipos: playas urbanas/turísticas o playas<br />
rurales (Cagilaba y Rennie, 2005), donde una playa<br />
urbana/turística certificable es aquella que cumple<br />
los requisitos especificados conforme de lo que se<br />
conoce como “playa recreativa urbana óptima” es<br />
decir: no está contaminada (sin residuos sólidos, ni<br />
materia fecal, ni residuos bacteriológicos, ni película<br />
visible de aceites, grasas o espuma), no hay malos<br />
olores, están identificadas las fuentes puntuales de<br />
contaminación, existe un servicio de recolecta de basura<br />
en la playa. También hay características físicas<br />
preferidas como que la arena sea de tamaño medio,<br />
la temperatura del agua sea agradable, la profundidad<br />
del mar sea intermedia, el oleaje no sea peligroso,<br />
que no haya infraestructura cimentada en el área<br />
intermareal y, si en la playa existen sitios de anidación<br />
y campos tortugueros, no debe haber infraestructura<br />
que bloquee el paso de la fauna. Asimismo,<br />
la playa debe presentar señalamientos y vigilancia<br />
y deben existir servicios públicos adecuados como<br />
son sanitarios limpios, botes de basura, entradas suficientes,<br />
es decir el ingreso a la playa debe ser fácil<br />
y debe contar con estacionamiento público (Williams<br />
y Morgan, 1995; Leatherman, 1997; Morgan, 1999;<br />
Yepes, 1999; Nelson et al., 2000; Pereira-Carneiro et<br />
al., 2003; Espejel y Espinoza-Tenorio, 2006; Cervantes-Rosas<br />
y Espejel, 2008). Aunque esta definición<br />
es producto de la opinión expresada en encuestas a<br />
los turistas en muchas playas urbanas/turísticas en<br />
el mundo, es importante que los usuarios locales definan<br />
su concepto de playa recreativa óptima.<br />
Sin embargo, para generar entre los usuarios de los<br />
recursos naturales un sentido de apropiación y una<br />
política pública que controle su uso y aprovechamiento,<br />
es importante incorporarlos en el proceso de<br />
toma de decisiones (Wildavsky, 1979; Funtowicz y<br />
Ravetz, 1993; Del Moral-Ituarte y Pedregal-Mateos,<br />
2002; Sanz-López y Torres-Rodríguez, 2006, entre<br />
otros). Por ello algunos autores han propuesto que se<br />
complementen las evaluaciones para la certificación<br />
de playas con la opinión de los turistas y usuarios<br />
de las playas, ya que hasta la fecha dicha opinión<br />
no es considerada (James, 2000; Pereira-Carneiro et<br />
al., 2003; Cervantes-Rosas et al., 2008; Ferrer, 2008;<br />
Cervantes-Rosas y Espejel, 2009).<br />
Actualmente existen playas que se certifican con<br />
estándares internacionales (Blue Flag, Blue Wave,<br />
Seaside Award, Healthy Beaches Campaign, Green<br />
Coast Award) y otras bajo normas propias de algunos<br />
países (Mora, 2001; MTD, 2003; SECTUR, 2005;<br />
Cabrera et. al, 2006; ICONTEC, 2007; ECOPLA-<br />
YAS, 2008; Botero y Hurtado, 2009). Tal es el caso<br />
de México que elaboró la norma mexicana de playas<br />
limpias NMX-AA-120-SCFI-2006 (SEMARNAT,<br />
2006) que comprende dos modalidades de playa,<br />
para uso recreativo y prioritaria para la conservación.<br />
Esta norma considera medidas para la protección<br />
al ambiente de las playas en materia de calidad de<br />
agua, residuos sólidos, infraestructura costera, biodiversidad,<br />
seguridad y servicios, educación ambiental<br />
y contaminación por ruido, pero no la percepción de<br />
los usuarios.<br />
Investigaciones independientes a la Norma mexicana<br />
por parte de un grupo de estudiantes e investigadores<br />
evaluaron playas recreativas y elaboraron<br />
propuestas de manejo para su certificación con insumos<br />
de los usuarios, los expertos de playas y las<br />
agencias de gobierno en México (Espejel y Espinoza-Tenorio,<br />
2006; Espejel et al., 2007; Ferrer, 2008;<br />
Cervantes-Rosas et al., 2008; Cervantes-Rosas y<br />
Espejel, 2008; Cervantes-Rosas y Espejel, 2009; Lubinsky<br />
et al., 2009; Popoca-Arellano y Espejel, 2009,<br />
entre otros).<br />
El objetivo de este artículo es seguir la lógica moderna<br />
de elaboración de políticas públicas participativas<br />
y elaborar planes de manejo de playas para obtener<br />
las certificaciones que incorporan la visión del usuario.<br />
2. METODOLOGÍA<br />
Se utilizaron dos métodos, uno por indicadores y otro<br />
por percepción de los usuarios. Ambos se contrastaron<br />
y con ellos se elaboró una propuesta de plan<br />
de manejo para lograr la certificación de tres playas<br />
mexicanas.<br />
2. 1. Área de estudio<br />
Acapulco de Juárez ubicado en las costas del Pacifico<br />
mexicano tiene una historia importante como<br />
ícono internacional del turismo de playa. Acapulco<br />
se divide turísticamente en tres zonas (COFEPRIS,<br />
2009): Acapulco Tradicional, Acapulco Dorado y Acapulco<br />
Diamante (Figura 1). Se eligieron las playas de<br />
Caleta, Condesa y Revolcadero porque representan<br />
cada una de estas zonas: Caleta es una de las playas<br />
más antiguas y famosas de Acapulco, Condesa<br />
tiene fácil acceso y está ubicada en una zona tradicional<br />
de bares y centros nocturnos, mientras que<br />
Revolcadero está localizada en una de las zonas de<br />
mayor plusvalía y está rodeada de modernos resorts.<br />
Todas las playas son intensivas y/o compartidas de<br />
acuerdo a Botero y Hurtado (2009). No obstante el<br />
elevado número de visitantes y alta demanda, ninguna<br />
de estas playas cuenta con una certificación<br />
como playa limpia.<br />
2.2. Método por indicadores<br />
Para evaluar el estado de las playas bajo un enfoque<br />
hacia la certificación, se retomó la propuesta<br />
de Ferrer (2008) que considera 93 indicadores que<br />
<strong>Costas</strong> - <strong>Vol</strong>. 1 - Nº.1 - Julio 2012<br />
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