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El paisaje como instrumento de la gestión integral de costas, estudio de tres casos<br />
Figura 8. Enebral en el interior de la isla de Saltés.<br />
que la rodean sino, sobre todo, a la diversidad de humedales,<br />
además de arenales y otros ecosistemas<br />
(enebral) que contiene. Todo ello pese al pequeño tamaño<br />
relativo de la isla en relación a su extensa biodiversidad.<br />
Las barras litorales exteriores como la de<br />
Punta Umbría y el extremo oriental de la propia isla<br />
de Saltés protegen a las masas de agua en su derredor<br />
de los embates del mar. Estos lugares son privilegiados<br />
para el desarrollo de la biocenosis acuática.<br />
Además, dentro del territorio insular, las carreras de<br />
las mareas producen ámbitos húmedos de distinta<br />
salinidad y humedad que mantienen múltiples comunidades<br />
vegetales. Debido a la alta productividad de<br />
estas masas inestables de agua atraen una comunidad<br />
extensa y variada de aves. El prolongado desarrollo<br />
de esta isla ha generado espacios interiores<br />
alejados del influjo directo de las mareas en los que<br />
ha prosperado una comunidad xérica de gran interés<br />
(enebral). Éstas áreas junto con los espacios de arenal<br />
abiertos a la influencia directa del mar albergan<br />
ecosistemas de gran singularidad.<br />
La alta bioproductividad de este estuario ha sido utilizada<br />
desde la antigüedad como recurso económico.<br />
También se utilizó el lugar como enclave estratégico<br />
de comunicación entre culturas desde hace miles de<br />
años. Los restos de una importante y completa ciudad<br />
metalúrgica islámica se unen al pasado romano<br />
y protohistórico de la zona para dotar a su paisaje de<br />
significados de primer orden planetario y de toda naturaleza<br />
(morfodinámica, ecológica y cultural). La isla<br />
mantiene además de dos instalaciones de salazón<br />
de pescado de época romana y un pequeño puerto,<br />
los restos de la alcazaba islámica y de la trama completa<br />
de la ciudad árabe, incluida su red de servicios<br />
urbanos (Bedia y Bazzana 2003). Algunas de las actividades<br />
tradicionales de la antigüedad, con la salvedad<br />
de la metalurgia, hoy día trasladada al interior<br />
de la provincia, se mantienen actualmente activas.<br />
La pesca, el marisqueo y las explotaciones salineras<br />
cuentan con una pervivencia milenaria. La morfodinámica<br />
de esta isla de estuario que es, al mismo<br />
tiempo, barra litoral se alteró en el pasado mediante<br />
la construcción del dique Juan Carlos I. Esta barrera<br />
artificial ha contenido el crecimiento hacia el este de<br />
la isla.<br />
El planteamiento del nuevo puente no valoró adecuadamente<br />
las posibles repercusiones sobre los<br />
frágiles procesos que dan valor a la isla. Por un lado,<br />
se anteponía la cualidad icónica de la infraestructura,<br />
la visión esteticista del paisaje y la bondad económica<br />
de esa costosa inversión, a la realidad de los<br />
posibles riesgos sobre la conservación de esos procesos.<br />
Es claro que los complejos procesos constructivos<br />
y la propia implantación de la infraestructura<br />
amenazaban la viabilidad de los valores morfológicos<br />
y bióticos de la isla de Saltes. Tampoco hay que<br />
olvidar que, como se ha dicho, esta isla concentra<br />
en una superficie relativamente pequeña una gran<br />
variedad de sistemas naturales (humedales de diferente<br />
salinidad, arenales, enebrales), aprovechamientos<br />
culturales (salinas, esteros, lugares de pesca)<br />
y testimonios del rico pasado del sitio (alcazaba,<br />
metalurgias y ciudad islámicas, saladeros romanos),<br />
de modo que una actuación de extensión aparentemente<br />
pequeña puede provocar irreparables daños<br />
en varios de los valores del lugar.<br />
También esa mejora de la accesibilidad produciría<br />
un aumento de la frecuentación tanto sobre la propia<br />
isla de Saltés como sobre las playas de la costa. La<br />
inclusión de carriles bicicleta y viales peatonales en<br />
el proyecto de puente favorecería, aun más, el acceso<br />
a la isla propiamente dicha. La mayor facilidad de<br />
acceder desde el interior de la región al ámbito de<br />
la punta de Punta Umbría, ya de por sí sobrecargado<br />
de actividad, promociona la ya existente y activa<br />
construcción de edificaciones de veraneo en ella.<br />
La interpretación que se hacía del paisaje en la propuesta<br />
de construcción del puente a Punta Umbría<br />
fue claramente reduccionista. El paisaje aparece visto<br />
como un mero escenario físico inerte. Si bien la<br />
escena aparece dotada de grandes cualidades plásticas,<br />
no se le reconoce explícitamente la riqueza y<br />
singularidad de los procesos morfológicos, bióticos<br />
y culturales que simultánea y excepcionalmente se<br />
dan en este lugar. Su valor es mayor aún si, siguiendo<br />
los postulados de la Convención del Paisaje, consideramos<br />
su expresividad, es decir, la capacidad<br />
de mostrar estos procesos en sus rasgos y formas.<br />
Todos estos procesos de alto interés se muestran en<br />
las cualidades estéticas de la escena y lo hacen en<br />
<strong>Costas</strong> - <strong>Vol</strong>. 1 - Nº.1 - Julio 2012<br />
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