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C.M. Botero Saltarén, S. Zielinski y L.A. Noguera Castro<br />
Esta baja obligatoriedad demuestra una vez más la<br />
baja relación entre certificación y manejo de la playa.<br />
Gran número de aspectos se ven afectados por la<br />
densidad de usuarios en la playa, como la calidad del<br />
agua, los servicios turísticos a ofrecer o la seguridad;<br />
sin embargo, no parece ser un asunto fundamental<br />
para los ECP analizados. En la Tabla 5 se presenta<br />
el resultado de los cuatro indicadores.<br />
La segunda parte de la evaluación de la utilidad se<br />
realizó con base en dos análisis comparativos que<br />
enmarcan los ECP en los planes de manejo integrado<br />
costero. En la primera comparación, se encontró<br />
que los principios de prevención y precaución son los<br />
más promovidos por las certificaciones. Estos dos<br />
principios se relacionan con el 35% y el 31% de los<br />
aspectos de conformidad del modelo de certificación<br />
propuesto para América Latina, respectivamente. A<br />
su vez, la equidad, la participación y la eficiencia son<br />
promovidas por menos del 30% de los aspectos de<br />
conformidad.<br />
Este sesgo por la protección ambiental se evidencia<br />
por el énfasis en prevenir cualquier impacto ambiental,<br />
incluso antes que asegurar la eficiencia de actividades<br />
impactantes, como el turismo. La causa de<br />
esta tendencia proteccionista es, como estableciera<br />
Nelson et al. (2000), que los turistas quieren tener<br />
siempre un cuadro ambiental satisfactorio, pero que<br />
no se reduzcan sus comodidades. Como resultado,<br />
los ECP exigen una calidad de baño excelente, pero<br />
no promueven la gestión ambiental eficiente de quienes<br />
afectan dicha calidad, como los hoteles y segundas<br />
residencias.<br />
En la segunda comparación hubo una gran similitud<br />
entre las propuestas de manejo integrado costero de<br />
Vallega (1999) y Barragán (2003). El primero propone<br />
una secuencia de seis pasos, que se vuelve cíclica<br />
al final para regresar a las etapas de planeación<br />
y ejecución. La propuesta del segundo autor tiene<br />
siete etapas, con una etapa final de mejoramiento<br />
continuo. A pesar de estas pequeñas diferencias, se<br />
logró ubicar el rol de los ECP en todas las etapas<br />
propuestas por los dos autores. En total 12 funciones<br />
diferentes se incluyeron en las dos propuestas<br />
de manejo costero comparadas.<br />
A diferencia de los resultados anteriores, la comparación<br />
realizada de los enfoques de manejo integrado<br />
costero de Vallega (1999) y Barragán (2003) mues-<br />
Tabla 5. Indicadores de utilidad de los esquemas de certificación de playas para el manejo integrado<br />
costero<br />
Indicador de Manejo<br />
Participación de los intervinientes en el ECP<br />
Aspectos de manejo en cada ECP<br />
Promoción del manejo desde cada ECP<br />
Medición de la capacidad de carga como aspecto obligatorio<br />
VALOR<br />
Bajo<br />
Bajo<br />
Intermedio<br />
Intermedio<br />
tra un escenario alentador. Los ECP siempre se han<br />
visto como herramientas útiles en la etapa de ejecución<br />
de los planes de manejo integrado costero, sin<br />
embargo ahora se demuestra que pueden, y deben,<br />
ser incluidos desde las etapas iniciales de cualquier<br />
proceso de gestión costera. Esto podría chocar inicialmente<br />
con la posición conservadora de los actuales<br />
tomadores de decisiones en las costas, como<br />
lo advierte Barwise (citado en Williams y Davies<br />
1999), pero a futuro las oportunidades que los ECP<br />
representan para la gestión costera pueden cambiar<br />
la tendencia. Claro está que los ECP deberán tener<br />
mayor fortaleza en los aspectos de manejo que los<br />
actuales.<br />
Finalmente, cabe reconocer algunas debilidades de<br />
la metodología empleada en el estudio. Si bien el<br />
enfoque estadístico de la investigación proporcionó<br />
una mirada general a las características principales<br />
de cada ECP, se analizó la utilidad de los esquemas<br />
sin tener en cuenta la efectividad de cada aspecto de<br />
conformidad para el MIC. En consecuencia, el análisis<br />
cuantitativo de aspectos en categoría de manejo,<br />
aunque sea válido, no refleja la efectividad de cada<br />
norma en comparación una con otra, ya que un ECP<br />
que cuenta con pocos aspectos de conformidad pero<br />
altamente efectivos puede ser más efectivo que uno<br />
que cuenta con muchos aspectos poco relevantes<br />
para el manejo integrado costero. Por lo tanto, un<br />
análisis de la efectividad de aspectos de manejo<br />
para el MIC ayudaría a entender la verdadera utilidad<br />
de los ECP, complementando los resultados de<br />
esta investigación.<br />
4. CONCLUSIONES<br />
Los esquemas de certificación de playas son una herramienta<br />
relativamente reciente en América Latina.<br />
Mientras en Europa existen hace más de 20 años<br />
(FEE 2006), en la región la primera tiene poco más<br />
de 8 años. A pesar de esta juventud, las certificaciones<br />
han proliferado en casi todos los países del continente,<br />
desde México hasta Argentina. En un mundo<br />
globalizado esta tendencia no sería relevante, si no<br />
fuera por la enorme diversidad entre cada ECP.<br />
60 <strong>Costas</strong> - <strong>Vol</strong>. 1 - Nº.1 - Julio 2012