Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Esquemas de certificación de playas en América Latina: Diagnóstico de una herramienta de manejo integrado costero.<br />
Figura 4. Distribución promedio de los aspectos de conformidad en los ECP latinoamericanos.<br />
de conformidad incluidos en 5 certificaciones; una<br />
certificación no tuvo ningún aspecto de manejo, una<br />
tuvo un aspecto y otra dos.<br />
Del análisis de frecuencia y la medición de los déciles<br />
60 a 90, más la comprobación con el tercer cuartil, se<br />
obtuvo una lista final de 32 aspectos de conformidad,<br />
organizados en las respectivas 6 categorías. La tabla<br />
3 presenta la cantidad y proporción por categoría de<br />
los 96 aspectos de conformidad del listado total y de<br />
los 32 del listado final, destacando la baja variación<br />
porcentual entre los dos listados; en términos estadísticos,<br />
se puede reconocer como de aceptable a<br />
buena la relación de proporciones (menor a 1,1% en<br />
todas las categorías).<br />
Este listado final de 32 aspectos de conformidad es<br />
el que se presenta como patrón modelo de las certificaciones<br />
en América Latina, ya que está basado en<br />
los aspectos más recurrentes en las 8 certificaciones<br />
revisadas. Se debe aclarar que otros criterios de selección<br />
pudieron ser usados, como tomar un mismo<br />
número de aspectos para todas las categorías o solo<br />
incluir aquellos aspectos que estuvieran en más de<br />
la mitad de las certificaciones. En todo caso, para el<br />
interés de este estudio, enfocado en definir un modelo<br />
continental, se consideró que la relación estadística<br />
de proporciones era el mejor criterio.<br />
3.2. Utilidad para el manejo integrado costero<br />
De la aplicación de los cuatro indicadores creados<br />
para evaluar la utilidad de los ECP para el manejo<br />
integrado costero, el primer resultado es el bajo<br />
nivel de participación de los intervinientes en estos<br />
esquemas. Solo uno de los ECP incluye la opción de<br />
existencia de un órgano gestor de playa conformado<br />
por representantes del sector público, privado, y ciudadanía.<br />
Igualmente, solo una certificación contempla<br />
más de un interviniente activo en su estructura,<br />
mientras que la mitad de las certificaciones ni siquiera<br />
definen un interviniente específico. Asimismo, se<br />
encontró que el interviniente activo más común son<br />
los municipios, mientras que las autoridades turísticas<br />
y ambientales son los intervinientes pasivos más<br />
frecuentes.<br />
Por un lado, la mayoría de los ECP definen los intervinientes<br />
de una manera muy general como organizaciones<br />
públicas o privadas, lo que demuestra<br />
que cualquier tipo de actor puede implementar una<br />
certificación. Por otro lado, la falta de definición de intervinientes<br />
específicos puede causar una confusión<br />
sobre los roles y jurisdicción de la organización encargada<br />
de la gestión de la playa. Debido al desequilibrio<br />
del poder de diferentes actores presentes en<br />
una playa, los ECP están vulnerables al ejercicio de<br />
intereses particulares sobre intereses comunes de la<br />
playa. En este contexto, el órgano gestor de playa,<br />
o una organización similar que reúna diferentes actores<br />
que tienen algún tipo de injerencia en la playa,<br />
suele ser la solución más apropiada para evitar<br />
conflictos de intereses, especialmente en las playas<br />
latinoamericanas que cuentan con comunidades de<br />
distintas composiciones étnicas o tradicionales. De<br />
esta forma, los posibles intervinientes en el proceso<br />
de gestión de playa deberían ser claramente definidos,<br />
dependiendo de las condiciones particulares de<br />
cada país, ya que no todas organizaciones públicas<br />
o privadas deben tener la posibilidad de implementar<br />
un ECP.<br />
Esta baja participación de los intervinientes en los<br />
ECP muestra un fuerte enfoque de arriba hacia abajo<br />
(top-down) en estas herramientas de gestión. Esta<br />
afirmación se refuerza al ser las autoridades, municipales,<br />
turísticas y ambientales, los intervinientes<br />
más comunes. La posible explicación es el origen<br />
de la mayoría de certificaciones, las cuales se basan<br />
en sistemas de gestión ambiental tipo ISO 14000 o<br />
EMAS, en los cuales el proceso se hace de la cabeza<br />
de la organización hacia abajo. Se hace evidente<br />
entonces que el enfoque debe cambiar, incluyendo<br />
en el ECP a intervinientes tan importantes como los<br />
<strong>Costas</strong> - <strong>Vol</strong>. 1 - Nº.1 - Julio 2012<br />
57