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OpiniónAbogacíaFERNANDO VIVES - Socio director de GarriguesRetos individuales ydesafíos colectivos de losdespachos de abogadosLos despachos deabogados debemos tomarconciencia de nuestropapel de creadores deseguridad jurídicaEs un hecho indiscutible que lacrisis económica generalizada quehemos vivido desde el año 2008ha cambiado, tal vez para siempre, elmarco en el que se desarrolla la actividadeconómica y las relaciones comerciales.Esto afecta, en mayor o menor medida,a todos los agentes económicos que, apartir de ahora, deben adaptarse a losnuevos tiempos, de forma permanente yno meramente coyuntural, si pretendensobrevivir y desarrollar una actividad económicarentable.La abogacía no es una excepción.Sin embargo, sería erróneo y simplista,amén de peligroso, considerar que lacrisis es la causa cuando, en realidad,es un mero factor acelerador de unasituación de cambio que ya se estabaproduciendo por diversos factores. Laglobalización y el incremento de lacompetencia nacional e internacional,principalmente, junto con una redefinicióndel mercado de la demanda, hanconvertido la mejora de la competitividaden un asunto urgente.Desde el punto de vista individual, enefecto, toda nuestra actividad como abogadosse basa en prestar servicios a nuestrosclientes. En este sentido, es esencialhacer hincapié en la calidad del servicioy en reforzar o destacar aquellos puntosdiferenciales que permiten a un despachodistinguirse de la competencia cada vezmás feroz. Adelantarse a las necesidadesdel cliente, entender su negocio y poderprestar un asesoramiento que vaya másallá del mero tecnicismo legal, son retoscada día más acuciantes a los que hay quehacer frente para poder retener y fidelizara los clientes.Sospecho que este no es un fenómenoexclusivo de los despachos de abogados.La mejora de la competitividad a todoslos niveles debe ser, a todas luces, unaprioridad en la estrategia económica delas comunidades en las que desarrollamosnuestra actividad.Lograr llevar a cabo una reestructuraciónsocietaria en treinta días cuandoa primera vista parecerían ser necesariossesenta, o configurar un esquemade garantías jurídicamente sólido con elmenor coste financiero posible, no sonsolamente parte de las necesidades denuestros clientes, a los que hay que ofreceruna solución como parte de nuestrocometido como abogados, sino tambiénnuestra pequeña contribución al complejoengranaje macroeconómico que haceposible la creación de riqueza.En este sentido, desde el punto devista colectivo, los despachos, como operadoresjurídicos, debemos tomar concienciade nuestro papel en el sistemaeconómico que nos rodea y de nuestropapel —afortunadamente compartidocon otros operadores— de creadores deseguridad jurídica.172