CIP-ECOSOCIALconsumo de luces artificiales, etc. 23 Finalmente, y acaso sea el de mayor importancia, lomismo puede afirmarse de los recursos que se aplican a <strong>la</strong> investigación científica de losproblemas fundamentales, ya que, inesperadamente, a veces, se hacen descubrimientos de unalto valor práctico, como los que se aplican al perfeccionamiento de los inventos y delproceso de producción. Son de tal naturaleza estos últimos, que es casi imposible patentarloso guardarlos secretos, y, por consiguiente, <strong>la</strong> recompensa total que producen en los primerosmomentos a sus inventores, se transfiere rápidamente al público en forma de preciosreducidos. Las leyes sobre patentes y marcas tienden, en efecto, a que se aproximen losproductos netos marginales social y privado. No estimu<strong>la</strong>n suficientemente el espírituinventivo, que en su mayor parte es espontáneo, pero canalizan los resultados de estosdescubrimientos por <strong>la</strong>s vías de <strong>la</strong> mayor utilidad general. 24Así como en <strong>la</strong>s inversiones arriba mencionadas el producto neto marginal privadoes inferior al social, existen otras que, debido a <strong>la</strong> dificultad de imponer indemnizaciones encaso de perjuicios indirectos, el producto neto marginal privado es mayor que el social. Así,por ejemplo, se causan perjuicios indirectos no indemnizados a terceras partes cuando losconsejos de un coto de caza penetran en <strong>la</strong>s tierras de un ocupante vecino, a menos, c<strong>la</strong>roestá, que ambos sean propietario y arrendatario, en cuyo caso <strong>la</strong> indemnización se reflejaráen una disminución de <strong>la</strong> renta. También se causan perjuicios cuando el propietario de unastierras situadas en un lugar de <strong>la</strong> ciudad donde hay vil<strong>la</strong>s y jardines edifica una fábrica ydestruye gran parte de <strong>la</strong>s ventajas que se obtenían de <strong>la</strong> belleza del lugar y pureza del aire, obien, aunque en menor esca<strong>la</strong>, cuando utiliza dicho lugar de forma que quite luz a <strong>la</strong>s casa deenfrente; 25 o cuando se edifica en un lugar excesivamente pob<strong>la</strong>do, reduciendo así el espaciode aire y el lugar de juego para los niños, perjudicando con ello a <strong>la</strong> salud de <strong>la</strong>s familias queviven en <strong>la</strong>s cercanías. Los terceros, esta vez el público en general, sufren perjuiciosindirectos no indemnizados, cuando los recursos se emplean en el rodaje de automóviles ymotocicletas de todo tipo, que estropean <strong>la</strong>s carreteras. Lo mismo ocurre —bajo unascondiciones dadas de gusto público— cuando los recursos se aplican a <strong>la</strong> producción y ventade bebidas alcohólicas. Para que el producto neto social estuviese injerto en el producto netoprivado de una libra esterlina marginal invertida en este tipo de producción, sería menesterque dicha inversión fuese recargada, como señaló Bernard Shaw, con el exceso de costepolicía y cárceles que indirectamente representa. 26 Las mismas consideraciones generales23 Así, el Interin Report of the <strong>De</strong>partmental Committee, sobre el humo, y <strong>la</strong> Noxious Vapours Abatementde 1920 contiene los siguientes pasajes:«17. Pérdidas económicas actuales causadas por el humo de carbón.— Es imposible determinarcon exactitud estadística el volumen de los perjuicios ocasionados por el humo a <strong>la</strong> comunidad. Citemos <strong>la</strong>investigación siguiente: Según <strong>la</strong>s conclusiones de una Memoria que recogía <strong>la</strong> investigación exhaustivallevada a cabo en 1912 por una comisión de ingenieros, arquitectos y hombres de ciencia, en Pittsburgh(Estados Unidos), se estimó que los perjuicios causados por el humo en <strong>la</strong> citada ciudad se elevabanaproximadamente a cuatro libras esterlinas anuales por cada habitante.18. En 1918, el Manchester Air Pollution Advisory Board realizó una valiosa investigación,comparando los gastos efectuados en <strong>la</strong>var <strong>la</strong> ropa familiar entre Manchester, ciudad ahumada, y Arrógate,limpia de humo. El investigador se apoyó sobre 100 casos que recogían el coste del <strong>la</strong>vado de ropa en loshogares de gente trabajadora. Estos casos mostraban un coste adicional de siete peniques y mediosemanales para Manchester, empleados en combustible y material de <strong>la</strong>vado. La pérdida total para <strong>la</strong>ciudad, computando únicamente el coste adicional del combustible y el material de <strong>la</strong>vado, pero sin incluirel trabajo empleado en esta <strong>la</strong>bor, y calcu<strong>la</strong>ndo un mismo gasto para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se trabajadora que para <strong>la</strong> c<strong>la</strong>semedia (lo que dista mucho de reflejar <strong>la</strong> realidad), se elevó por encima de 290.000 libras esterlinas anualespara una pob<strong>la</strong>ción de tres cuartos de millón.»24 TAUSSIG: Inventors and Money Makers, p. 51.25 En Alemania, al p<strong>la</strong>nearse el trazado de <strong>la</strong>s ciudades, se procura evitar este tipo de acción antisocial; enAmérica, los propietarios gozan de plena libertad, así como en Ing<strong>la</strong>terra, donde pueden hacer con sustierras lo que gusten. (HOWE: European Cities at Work, pp. 46, 95 y 346).26 The Common Sense of Municipal Trading, pp. 19-20.34
<strong>De</strong> <strong>la</strong> Economía <strong>Ambiental</strong> a <strong>la</strong> Economía Ecológicapodríamos hacer, en cierto sentido, respecto de <strong>la</strong>s inversiones en el exterior en general,porque si nuestras exportaciones <strong>la</strong>s obtienen los comerciantes extranjeros a cambio dedocumentos de pago, es decir, no remitiéndonos igual valor en mercancías, <strong>la</strong> proporción delintercambio entre nuestras exportaciones e importaciones nos será ligeramente desfavorable.Para cierta c<strong>la</strong>se de inversiones exteriores debemos contar con reacciones más importantes.Así, cuando el efecto indirecto de un incremento de inversión hecho en el exterior, o <strong>la</strong>maniobra diplomática que ha exigido su concesión, conlleva aneja una guerra o lospreparativos para defenderse de una eventualidad semejante, el coste de todo esto debieradeducirse de los intereses que rinda dicho incremento, antes de que su producto neto seacomputado en el dividendo nacional. Cuando así ocurre, el producto neto marginal social de<strong>la</strong>s inversiones, que en países que ofrecen <strong>la</strong> perspectiva de emprender negocios rentables yen los que pueden obtenerse concesiones que de otro modo sería difícil alcanzar, merced a <strong>la</strong>complicidad retribuida de funcionarios, rinden grandes beneficios a <strong>la</strong>s inversiones,fácilmente pudiera ocurrir que el beneficio fuese negativo. Asimismo, cuando <strong>la</strong> inversiónconsiste en un préstamo hecho a otro país y esto le permite entrar en una guerra que de otromodo no hubiera tenido lugar, <strong>la</strong> pérdida indirecta que sufren los ingleses en general, a causadel empobrecimiento del mundo, debiera ser indemnizada con <strong>la</strong>s cantidades que porintereses reciben los financieros que hicieron el préstamo. En este caso, también el productoneto marginal social puede ser negativo. Sin embargo, <strong>la</strong> culminación de los ejemplos deeste tipo de exceso del producto neto privado sobre el social, lo hal<strong>la</strong>mos en el trabajo fabrilfemenino, especialmente durante los períodos anterior y posterior al parto, porque estasfaenas, a más del jornal de <strong>la</strong> mujer, acarrean grave quebranto a <strong>la</strong> salud de los niños. 27 Larealidad de este perjuicio no se invalida por el hecho de que exista una baja, e incluso, aveces, una negativa corre<strong>la</strong>ción entre el trabajo fabril de <strong>la</strong>s madres y el coeficiente demortalidad infantil, porque en los distritos donde predominan estas mujeres; es de presumirque exista —y esto justificará precisamente <strong>la</strong> necesidad de trabajar— una gran pobreza. Sitodo lo demás permanece igual, <strong>la</strong> pobreza, que afectará sin duda a <strong>la</strong> salud de los niños, seráprobablemente mayor en <strong>la</strong>s familias donde no trabaja <strong>la</strong> madre, y bien pudiera suceder queel daño causado por <strong>la</strong> pobreza sea superior al producido por el trabajo de <strong>la</strong> fábrica. 28 Estasconsideraciones explican los hechos estadísticos ya conocidos, y en forma alguna invalidanel punto de vista de que si todo lo demás permanece invariable, el trabajo fabril de <strong>la</strong>smadres sea perjudicial. Lo que tratan de demostrar tales hechos es que <strong>la</strong> prohibición dedicho trabajo debe ir acompañada de <strong>la</strong>s medidas adecuadas para aliviar <strong>la</strong> situación de <strong>la</strong>sfamilias que, de llevarse a cabo <strong>la</strong> prohibición, estarían aún más necesitadas que antes. 2927 HIJTCHINS: Economic Journal 1908, p. 227.28 NEWSHOLME: Second Report on Infant and Child Mortality Cd. 6.909 página 56. Idénticasconsideraciones podrían hacerse en el caso del trabajo nocturno de los jóvenes. La Comisión del<strong>De</strong>partamento del Trabajo Nocturno no pudo obtener <strong>la</strong> evidencia de que este trabajo perjudicase a losjóvenes; pero halló que influye perjudicialmente sobre <strong>la</strong> capacidad de los mismos: por ejemplo:impidiéndoles proseguir de una manera permanente los estudios, etc. La doctrina, dominante en nuestralegis<strong>la</strong>ción fabril, sustenta que los jóvenes entre los catorce y dieciocho años únicamente deben trabajar denoche en aquel<strong>la</strong>s fábricas donde el proceso productivo continuo así lo exija y cuando, de no hacerlo,resultasen grandes pérdidas. La aplicación de estas leyes, sin embargo, permite que se empleen jóvenes enlos trabajos que no son necesariamente de carácter continuo, pero que se realizan en <strong>la</strong>s mismas fábricascomo si lo fuesen. En consecuencia, <strong>la</strong> Comisión recomendó que en el futuro «dichos permisos seránconcedidos únicamente basándose en el carácter del proceso productivo, y no en <strong>la</strong> c<strong>la</strong>se de fábrica, enedificio o sección de <strong>la</strong> misma» Cd. 6.503, p. 17.29 Annual Report of the Local Government Board, 1909-10, p. 57. La sugerencia de que los perjuicios quecausa a <strong>la</strong>s madres el trabajo fabril pueden evitarse dejando que una mujer soltera sustituya a aquél<strong>la</strong> en suhogar mientras trabaja en <strong>la</strong> fábrica es equivocada, pues no tiene en cuenta el hecho de que <strong>la</strong> intervenciónde <strong>la</strong> madre posee un valor especial para sus hijos. Parece ser que así se reconoció en Birmingham, porquedespués de una corta experiencia de separar a <strong>la</strong> madre de sus hijos, lo que dio malos resultados, <strong>la</strong>s35
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