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De la Economía Ambiental a la Economía Ecológica - Fuhem

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<strong>De</strong> <strong>la</strong> Economía <strong>Ambiental</strong> a <strong>la</strong> Economía Ecológicadó<strong>la</strong>res, que es el coste anual de <strong>la</strong> cerca. Y el <strong>la</strong>brador sólo estaría dispuesto a pagar estasuma si no redujese sus rendimientos a un nivel que le hiciera abandonar el cultivo de estetrozo de terreno particu<strong>la</strong>r. Además, el <strong>la</strong>brador sólo estaría dispuesto a pagar esta cantidadsi pensase que, en ausencia de un pago por su parte, el tamaño del rebaño del ganadero seríade cuatro a más reses. Asumamos que este es el caso. Entonces el <strong>la</strong>brador estaría dispuestoa pagar hasta tres dó<strong>la</strong>res si el ganadero redujese su rebaño a tres cabezas, hasta seis si elrebaño quedase reducido a dos reses, hasta ocho si sólo contase con una res y hasta nueve sise abandona <strong>la</strong> cría de ganado. Se observará que el cambio de punto de partida no haalterado <strong>la</strong> cantidad que recibiría el ganadero si redujera el tamaño de su rebaño en cualquiercifra. Continúa siendo cierto que el ganadero podría recibir tres dó<strong>la</strong>res adicionales del<strong>la</strong>brador si estuviese conforme con reducir su rebaño de tres a dos cabezas, y que los tresdó<strong>la</strong>res representan el valor de los cultivos que serían destruidos al añadir <strong>la</strong> tercera res alrebaño. Aunque una creencia diferente por parte del <strong>la</strong>brador (esté o no justificada) sobre eltamaño del rebaño que el ganadero mantendría en ausencia de pagos por su parte puedeafectar al pago total que puede verse inducido a realizar, no es cierto que esta creenciadiferente tenga efectos en el tamaño del rebaño que el ganadero va en realidad a mantener.Este sería el mismo que el ganadero mantendría si tuviese que pagar por los daños causadospor sus reses, ya que una cantidad a <strong>la</strong> que se renuncia equivale a un pago de <strong>la</strong> mismacuantía.Podría pensarse que le resultaría rentable al ganadero aumentar su rebaño por encimade <strong>la</strong>s dimensiones que desearía mantener una vez suscrito el acuerdo a fin de inducir al<strong>la</strong>brador a realizar un pago total mayor. Y ello puede ser cierto. Tiene una naturaleza simi<strong>la</strong>ra <strong>la</strong> acción del <strong>la</strong>brador (cuando el ganadero respondía de los daños) al cultivar una tierra en<strong>la</strong> que, como resultado de un acuerdo con el ganadero, <strong>la</strong> siembra va a abandonarseposteriormente (incluyendo <strong>la</strong> tierra, que no se cultivaría en absoluto en ausencia delganado). Pero esas maniobras son preliminares a un acuerdo y no afectan a <strong>la</strong> posición deequilibrio a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo, que es <strong>la</strong> misma, sea o no responsable el ganadero de los perjuicioscausados a los cultivos por sus reses.Resulta necesario saber si <strong>la</strong> empresa que ocasiona perjuicios responde o no de losdaños causados, puesto que sin el establecimiento de esta delimitación inicial de derechos nopueden existir transacciones en el que mercado para transferir y recombinar dichos derechos.Pero el resultado final (que maximiza el valor de <strong>la</strong> producción) es independiente de <strong>la</strong>posición legal si se asume que el sistema de precios opera sin coste.Nueva ilustración del problemaLos efectos perjudiciales de <strong>la</strong>s actividades de una empresa pueden asumir unaextensa variedad de formas. Un caso primitivo en Ing<strong>la</strong>terra fue el del edificio que alobstruir corrientes de aire obstaculizaba <strong>la</strong> operación de un molino de viento. 5 En Florida, uncaso reciente se refiere al edificio que arrojaba sombra sobre <strong>la</strong> zona de casitas, piscina yso<strong>la</strong>rium de un hotel cercano. 6 El ejemplo del ganado errabundo y de los daños a <strong>la</strong>scosechas, que fue objeto de examen detenido en <strong>la</strong>s dos secciones precedentes, aunquepueda parecer caso bastante especial, es en realidad sólo ejemplo de un problema que sesuscita bajo ropajes muy variados. Para ac<strong>la</strong>rar <strong>la</strong> naturaleza de nuestra argumentación ydemostrar su aplicabilidad general, vamos a volverlo a ilustrar haciendo alusión a cuatrocasos reales.5 Véase Gale sobre Easements, 237-39 (13.ª edición, Ed. M. Bowles, 1959).6 Véase Fontainebleau Hotel Corp. contra Forty-Five Twenty-Five Inc., 114, So. 2d 357 (1959).47

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