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De la Economía Ambiental a la Economía Ecológica - Fuhem

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CIP-ECOSOCIAL<strong>la</strong>s compañías mineras, sus clientes principales o los especu<strong>la</strong>dores— debe estar pensandosiempre a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo. <strong>De</strong>be, de alguna forma, advertir anticipadamente que <strong>la</strong> economía delos recursos naturales está avanzando por una ruta que desembocará en un desequilibrioexagerado. Si así lo hace y toma medidas de protección, ayudará a que <strong>la</strong> economía cambiede <strong>la</strong> ruta errada a <strong>la</strong> correcta. 4 La ruta «errada» suele conducir al agotamiento prematuro otardío; cualquiera que perciba esta situación se verá impulsado a arbitrar entre el presente yel futuro en formas que corrijan el precio actual en el sentido indicado por <strong>la</strong> ruta«correcta». 5Resulta interesante advertir que esta necesidad de que alguien reflexione a <strong>la</strong>rgop<strong>la</strong>zo se presenta también cuando se trata de <strong>la</strong> inestabilidad potencial del mercado derecursos naturales que se concentra demasiado en <strong>la</strong>s decisiones presentes o de flujos y no losuficiente en <strong>la</strong>s decisiones futuras o de existencia. También en ese contexto, el mercado derecursos naturales se beneficia con una perspectiva razonablemente correcta de <strong>la</strong>scondiciones a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo, y tal perspectiva puede aun llegar a ser indispensable.Esta conferencia ha sido —como dijo Kenneth Burke acerca de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>— pa<strong>la</strong>bras,puras pa<strong>la</strong>bras. Pero se ha referido a <strong>la</strong> teoría económica, no a <strong>la</strong> política económica actual.Si alguno de ustedes ha estado pensando en el petróleo y el invierno próximo, le aseguro queyo he estado pensando en los precios sombra y <strong>la</strong>s condiciones de transversalidad hasta elinfinito. Si al final me he ocupado brevemente de <strong>la</strong> política económica, no he tenido enmente problemas actuales concretos. <strong>De</strong>spués de todo, nada de lo que he dicho toma encuenta el papel internacional del petróleo, <strong>la</strong>s ambiciones políticas y económicas de lospotentados del Oriente Medio, <strong>la</strong> velocidad de los ajustes ante <strong>la</strong>s sorpresas de <strong>la</strong> ofertapetrolera, ni <strong>la</strong>s acciones de nuestros propios amigables oligopolistas nacionales. Las únicasobservaciones que me sentí autorizado a formu<strong>la</strong>r se refirieron a <strong>la</strong> búsqueda a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zode una política general para los recursos no renovables.Muchas discusiones de política económica —dejando de <strong>la</strong>do <strong>la</strong> macroeconomía—se centran en un conflicto entre <strong>la</strong> asignación del mercado y <strong>la</strong> intervención pública. Lospartidarios del primero hacen énfasis en <strong>la</strong> eficiencia de asignación y <strong>la</strong> economía de <strong>la</strong>información, mientras que los intervencionistas se impresionan con <strong>la</strong> existencia de efectosexternos, imperfecciones y cuestiones de distribución. Lo mismo ocurre en el caso de losrecursos no renovables. Nos impresiona lo que puede lograr un sistema de mercados ideales,incluyendo los mercados de futuros, en esta situación complicada, y es difícil que podamosdejar de advertir que nuestra actual industria oligopólica, comprometida políticamente,productora de contaminación, no es exactamente lo que ordenaba el libro de texto. No tengonada nuevo que agregar a todo esto. Lo único que pone de relieve <strong>la</strong> teoría de los recursos norenovables es <strong>la</strong> importancia de <strong>la</strong> perspectiva a <strong>la</strong>rgo p<strong>la</strong>zo y el valor de una informaciónrazonable acerca de <strong>la</strong>s reservas, <strong>la</strong> tecnología y <strong>la</strong> demanda en el futuro lejano.En estas condiciones, cabe preguntarnos si <strong>la</strong> política pública puede contribuir a <strong>la</strong>estabilidad y eficiencia en <strong>la</strong> forma indicada. Una posibilidad es el estímulo a <strong>la</strong>4 Frank Hahn, Kart Shell y Joseph Stiglitz han estudiado este tipo de proceso en un contexto diferente.5 Por ejemplo, supongamos que el precio actual es demasiado bajo en el sentido de que, si aumenta deacuerdo con el principio corriente, <strong>la</strong> ruta de <strong>la</strong> demanda bastará para agotar el recurso antes de que elprecio haya subido lo suficiente para que <strong>la</strong> demanda baje a cero. Un especu<strong>la</strong>dor astuto vería que sepodría ganar dinero después de <strong>la</strong> fecha de agotamiento, porque cualquiera que posea un poco del recursopodrá aumentar el precio en forma discreta y encontrar todavía compradores. Tal especu<strong>la</strong>dor desearíacomprar ahora para vender en ese momento. Pero tal acción tendería a elevar el precio actual (y toda <strong>la</strong>ruta del precio, según el principio fundamental) y a disminuir <strong>la</strong> demanda, lo que prolongaría <strong>la</strong> vida delrecurso. En consecuencia, <strong>la</strong> especu<strong>la</strong>ción es correctora.96

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