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sión puede conducir a suplantar la capacidad de decidir por sí mismos de los dependientes o pensar en ellos como merosreceptores de ayuda, cuando lo cierto es que los mayores, como las personas de cualquier otra edad y circunstancia, desarrollanun conjunto de estrategias para adaptarse a sus limitaciones a medida que éstas van produciéndose. La capacidadpara anticiparse a estas limitaciones, es decir, para prevenirlas parece, no obstante, más limitada (Caradec, 2001: 84).Teniendo presentes estos matices, nuestra encuesta corrobora las pautas de prevalencia ya encontradas en otros estudios (enparticular, Abellán y Puga, 2004): la prevalencia más alta corresponde a tareas extrínsecas o instrumentales, es decir, aquellasque presentan mayor complejidad, al requerir la interacción con el entorno y la toma de decisiones (Tabla 3.3). Entre las másprevalentes se encuentran algunas tareas domésticas, como la compra, las gestiones, el uso del transporte público y las visitasal médico. Las menos frecuentes son las que implican una situación más vulnerable, es decir, las más básicas y, dentro deellas, fundamentalmente las de autocuidado: en primer lugar, comer, pero también usar el retrete, vestirse y asearse; tambiénpertenecen a este grupo de limitaciones menos frecuentes la movilidad en el interior de la vivienda y el uso del teléfono. Enalgunas actividades, a las tasas de prevalencia, que incluyen a los que no pueden realizar la actividad o sólo pueden hacerlocon ayuda, habría que añadir a una parte de los que afirman no haber realizado nunca la actividad, esta “barrera cognitiva”no permite comprobar si efectivamente son física y mentalmente capaces de realizarlas o si en caso de necesitar hacerlas estaspersonas serían capaces o no de remontar sus limitaciones y ser efectivamente capaces por sí mismos de llevarlas a cabo. Estosucede fundamentalmente con las tareas domésticas y la preparación de las comidas y, sobre todo, en el caso de los varones.TABLA 3.3.Mayores según grado de autonomía funcionalLA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN ESPAÑA / Nuevas y viejas formas de envejecer100ActividadesNo puede hacerlo o necesita ayuda No No lo ha NS/NCpara realizar la actividad necesita realizadoayuda nuncaNo puede Necesita TotalayudaComer 0,9 2,7 3,6 96,1 0,3Andar por la casa 1,3 3,9 5,2 94,5 0,3Utilizar el retrete 1,6 4,3 5,9 93,5 0,6Levantarse/Acostarse 1,5 5,0 6,5 93,2 0,2Utilizar el teléfono 2,9 4,5 7,4 91,8 0,8Vestirse/desvestirse 1,3 6,1 7,5 92,2 0,3Asearse/ Arreglarse 1,8 6,7 8,5 91,2 0,3Tomar medicación (Control) 2,4 6,3 8,7 89,7 1,0 0,5Administrar el dinero 3,9 6,1 10,0 88,2 1,3 0,5Abrocharse los zapatos 3,4 7,9 11,3 88,1 0,5Preparar comidas 6,4 5,7 12,1 80,1 7,3 0,5Salir a la calle/desplazarse por la calle 3,5 8,8 12,3 87,3 0,4Bañarse/ducharse 3,2 9,5 12,7 87,0 0,3Ir al médico 3,6 11,7 15,3 84,4 0,3Utilizar el transporte público 6,4 9,2 15,6 83,2 1,2Hacer compras 7,4 8,9 16,3 79,5 3,7 0,4Gestiones 5,7 10,8 16,5 80,7 1,9 0,9Otras tareas domésticas 6,9 11,0 17,9 75,0 6,6 0,5N = 2.007La edad a la que se presenta la necesidad de ayuda permite comprobar que las situaciones de discapacidad y dependencia entrelos mayores derivan fundamentalmente de los procesos degenerativos asociados al envejecimiento (Abellán y Puga, 2004). Lagran mayoría (nueve de cada diez situaciones de dependencia y una de cada ocho en las de discapacidad) se han originado yaen la propia vejez (Tabla 3.4). Además, la incidencia de las dos situaciones se produce varios años después de haber cumplidolos 65. El calendario de la incidencia de la discapacidad está más adelantado, ya que la incidencia máxima (el porcentaje mayorde nuevos casos) se produce entre los 70 y los 74 años, mientras que para la situación de dependencia, se alcanza unos diezaños después. También el calendario está más adelantado en el caso de las mujeres. Este ritmo en la generación de nuevoscasos determina que las limitaciones a la autonomía funcional estén muy relacionadas con la edad, para las diez cohortes más