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3. DEPENDENCIA, SALUD Y CUIDADOSLas páginas que siguen se dedican a la exposición y análisis de la información obtenida en la ECVM-04 sobre salud y dependencia.Desde el punto de vista del análisis sociológico, salud y dependencia parecen más bien datos que se imponen, variablesindependientes, que pueden ayudar a explicar otros comportamientos de carácter más manifiestamente social. Sinembargo, salud y dependencia resultan también, en alguna medida, de la posición que los individuos ocupan en la estructurasocial. Sin necesidad de restar importancia a los aspectos fisiológicos y aun clínicos de estos atributos, salud y dependenciaaparecen en la vejez, como en otras etapas de la vida, como conceptos relativos. Por comparación con las condiciones delos otros que nos rodean y con la interacción con el entorno. Particularmente en el caso de la dependencia, la reflexión secentra en este capítulo no sólo en sus consecuencias, sino también en su origen, en el propio concepto de dependencia. Elanálisis de las consecuencias de la presencia de limitaciones funcionales revela que también se trata de un proceso dinámicoen el que la carga fundamental del reajuste se produce en las primeras fases, cuando aparecen las primeras limitaciones.La segunda parte del capítulo se dedica al análisis de los cuidados formales e informales que reciben las personas que necesitanayuda para realizar actos cotidianos elementales. El interés se centra en el análisis de los distintos agentes que intervienenen el cuidado, sobre todo y en el tipo de ayuda que proporcionan, intentando buscar si existe algún tipo de divisióndel trabajo en el apoyo informal. El capítulo se cierra con el examen de los cuidados formales, el grado de difusión del repertoriode prestaciones y servicios disponibles y una aproximación a las coberturas que proporcionan. El motivo de poner tanpróximos apoyo informal y atención formal es intentar dar cuenta de las posibilidades de articulación entre los dos sistemas.3.1. DependenciaDefender la relevancia del análisis de la dependencia no debería ser una tarea difícil, la dependencia tiene consecuencias fundamentalestanto desde el punto de vista individual, de los mayores que la experimentan, como sobre las personas que conformansu entorno más inmediato y, especialmente, sus familias y tiene también consecuencias políticas (Montorio y Losada,2004). Desde el punto de vista político, la dependencia, junto con la financiación de las pensiones, constituyen los elementoscentrales de la política de vejez actual (Caradec, 2001: 25) y, además, el reconocimiento de la dependencia supone una nuevaorientación en la política social dirigida a los mayores en la que el énfasis, que en otros momentos se había puesto en lacobertura de las necesidades económicas o en el desarrollo de políticas activas de ocio y participación social, se desplaza porel protagonismo de la atención a la dependencia (Guillemard, 2003). Desde el punto de vista personal, la dependencia se convierteen la gran cuestión, toda vez que su reverso, la autonomía, se ha convertido en la principal norma a la que debe conformarseel individuo del mundo contemporáneo (Lalive d’Épinay et al., 1999, en Caradec 2001). Desde el punto de vista delas familias, la dependencia puede comprometer el ideal de libertades personales y falta de obligación a las que esta instituciónse aproxima en estos momentos.La visibilidad del problema de la dependencia no deriva, sin embargo, de su novedad. El problema de la dependencia,obviamente no es nuevo, seguramente ha existido siempre (Abellán y Puga, 2004), pero no de la misma forma que ahora.Caradec (2001: 23) señala que los primeros que ponen nombre al problema fueron los geriatras a principios de la décadade los setenta, pero que su legitimidad social sólo se ha construido plenamente a finales de los años noventa, cuandoempiezan a promulgarse las primeras leyes en Europa. Entre uno y otro momento media un largo proceso en el quela dependencia se ha convertido en un problema social y aun en un riesgo colectivo, no sólo por las proporciones queha ido adquiriendo como consecuencia del envejecimiento de la población o por la crisis del sistema de atención informal.También ha desempeñado un papel importante la evolución de las formas de atención formal, sobre todo de loshospitales (Attias-Donfut, 1993) que ha privilegiado su orientación médica en detrimento de su función de alojamiento.Este cambio de orientación ha dejado extramuros del hospital a los mayores cuyo estado de salud no requiere cuidadosde alto contenido técnico, en las residencias o en los domicilios privados.3. DEPENDENCIA, SALUD Y CUIDADOS973.1.1. Concepto y prevalenciaEn España, el debate se ha producido con algún retraso, pero bastante menor que en otros tiempos de la política socialde los mayores; la ley francesa, por ejemplo, data de 1997. La ley española aún es sólo un proyecto, pero las principalesorientaciones de la ley están contenidas en el Libro Blanco de la Dependencia, que elaboró e IMSERSO a finales de 2004.En el Libro Blanco se define la dependencia fundamentalmente en relación con la necesidad de ayuda de otra personaante la imposibilidad de poder realizar, por uno mismo, un conjunto de actividades básicas de la vida diaria. La lista de