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LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN ESPAÑA / Nuevas y viejas formas <strong>de</strong> envejecer50Aunque los encuentros con los familiares son frecuentes, algunas variables <strong>de</strong>mográficas, como <strong>la</strong> edad y el hábitat, <strong>la</strong>sque tienen que ver con <strong>la</strong> propia situación familiar, como <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> convivencia o el estado civil y el estado <strong>de</strong> salud,ejercen un efecto mo<strong>de</strong>rador. Hay que recordar a este respecto que los contactos familiares no respon<strong>de</strong>n sólo a <strong>la</strong> iniciativa<strong>de</strong> los otros, los propios mayores realizan visitas o facilitan el marco para que se produzcan los encuentros, particu<strong>la</strong>rmente<strong>la</strong>s mujeres. La distancia geográfica, el <strong>de</strong>terioro <strong>de</strong> <strong>la</strong> salud, <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> autonomía funcional o vivir en una viviendaque no es <strong>la</strong> propia, pue<strong>de</strong>n reducir esta iniciativa <strong>de</strong> los mayores (Tab<strong>la</strong>s 2.23, 2.24 y 2.25). De hecho, <strong>la</strong> encuesta muestraque en el ámbito rural, don<strong>de</strong> <strong>la</strong>s distancias geográficas son menores y es mayor <strong>la</strong> probabilidad <strong>de</strong> que los encuentros seproduzcan <strong>de</strong> manera casual y menos formalizada, los mayores tienen contactos más frecuentes con sus familiares; en <strong>la</strong>sciuda<strong>de</strong>s, sin embargo, <strong>la</strong>s mujeres no manifiestan verse con menor frecuencia con miembros <strong>de</strong> sus familias, pero sí los varones.Las mujeres que manifiestan una apreciación más positiva sobre su estado <strong>de</strong> salud también tienen contactos más frecuentes,probablemente porque son el<strong>la</strong>s <strong>la</strong>s que visitan o hacen posible el encuentro. También tienen tratos más asiduos <strong>la</strong>smujeres que necesitan ayuda para realizar <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida diaria, en este caso seguramente porque los contactosse producen precisamente como consecuencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> actividad <strong>de</strong> cuidado. Entre los varones, el estado <strong>de</strong> salud subjetivono implica variaciones significativas en <strong>la</strong> frecuentación <strong>de</strong> sus re<strong>la</strong>ciones familiares, quizá porque <strong>la</strong> iniciativa <strong>de</strong> losvarones en <strong>la</strong> promoción <strong>de</strong> los encuentros no sea tan significativa como <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres; los hombres que necesitan ayudapara <strong>la</strong> realización <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s instrumentales <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida diaria muestran un funcionamiento familiar menos <strong>de</strong>nso, quizáporque su estado físico aún no ha hecho que <strong>la</strong> familia se movilice en su ayuda. Haber perdido <strong>la</strong> autonomía resi<strong>de</strong>ncial, es<strong>de</strong>cir, vivir en <strong>la</strong> casa <strong>de</strong> otros o en rotación implica una restricción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones, los motivos pue<strong>de</strong>n ir <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el mero distanciamientocon respecto a los familiares, si esa nueva vivienda no está situada en los lugares <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia habitual, hastael retraimiento <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones por parte <strong>de</strong> los mayores y <strong>de</strong> los familiares; los mayores y sus familiares pue<strong>de</strong>n sentirseincómodos o temer <strong>la</strong> incomodidad <strong>de</strong> quienes viven con ellos ante <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> recibir visitas en una vivienda que no es<strong>la</strong> suya. Pero a<strong>de</strong>más, el retraimiento pue<strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r al hecho <strong>de</strong> que los familiares consi<strong>de</strong>ren que los mayores ya tienen<strong>la</strong> compañía <strong>de</strong> otros y necesitan menos encontrarse con otras personas. De todas formas, también es cierto que quienesadoptan estas formas <strong>de</strong> convivencia son más mayores y pue<strong>de</strong>n tener una salud más <strong>de</strong>teriorada. Vivir en solitario actúa <strong>de</strong>forma distinta para cada uno <strong>de</strong> los sexos, para los hombres <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> mantener contactos asiduos se reduce significativamente,pero no para <strong>la</strong>s mujeres; probablemente es una nueva confirmación <strong>de</strong> <strong>la</strong> distinta capacidad <strong>de</strong> iniciativa <strong>de</strong>unas y otros en <strong>la</strong> búsqueda <strong>de</strong> los intercambios.Hay que tener en cuenta, a<strong>de</strong>más, <strong>la</strong> disponibilidad <strong>de</strong> familiares, <strong>la</strong> edad, por ejemplo, implica <strong>la</strong> probabilidad <strong>de</strong> que unabuena parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones horizontales, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> familiares pertenecientes a <strong>la</strong> misma generación, haya <strong>de</strong>saparecido;por otro <strong>la</strong>do, los nietos serán más mayores y por ello su disponibilidad para el encuentro será menor. Para Schaie y Willis, alir avanzando en edad los contactos personales no sólo se reducen, sino que cada están cada vez más limitados a los hijos y,en estas circunstancias, es probable que algunos mayores elijan <strong>de</strong> forma inconsciente reducir los intercambios o permaneceren soledad, en el intento <strong>de</strong> no ser una rémora para su <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>ncia (2003: 93). También el estado civil <strong>de</strong>termina <strong>la</strong> posibilidad<strong>de</strong> mantener contactos familiares, los solteros que no tienen <strong>la</strong> fuente <strong>de</strong> sociabilidad primordial <strong>de</strong> los hijos y nietosy los divorciados, fundamentalmente los varones, pue<strong>de</strong>n resultar especialmente afectados. Efectivamente <strong>la</strong> encuesta muestraque los encuentros se vuelven menos asiduos a partir <strong>de</strong> los 85 años, en este caso, para los dos sexos, aunque más para<strong>la</strong>s mujeres. A<strong>de</strong>más, hombres y mujeres solteros y varones divorciados también mantienen intercambios menos frecuentes.Otros factores como el nivel <strong>de</strong> estudios no muestran una influencia significativa sobre <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones con los familiares, sí <strong>la</strong>situación económica: los hombres y <strong>la</strong>s mujeres que <strong>de</strong>c<strong>la</strong>ran menos dificulta<strong>de</strong>s financieras son los que mantienen contactoscon mayor asiduidad.TABLA 2.23.Frecuencia <strong>de</strong> los contactos con familiares según variables socio<strong>de</strong>mográficas.Ambos sexosTodos o casi Una o dos Una o dos Con menor No N. C. (N)todos los veces por veces al frecuencia tienedías semana mesEDADDe 65 a 74 años 52,2 28,6 8,9 9,2 1,0 ,1 (1042)De 75 a 84 años 48,0 30,4 8,7 11,5 1,0 ,5 (619)85 o más años 41,4 27,9 10,0 12,9 6,4 1,4 (140)→

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