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LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN ESPAÑA / Nuevas y viejas formas de envejecer46De forma resumida (Tabla 2.18), la red familiar implica que las dos terceras partes de los mayores tienen cerca o en lamisma vivienda a un hijo y un 14,0% adicional a algún otro familiar, mientras que uno de cada cinco (20,0%) no tiene, nien su vivienda habitual ni cerca de la misma, a nadie de su familia. Esto no significa, desde luego, que estas personas notengan relaciones familiares o personales de otro tipo, el indicador lo es sólo de distancia física a los miembros de la familia.A la inversa, mantener una red de proximidad numerosa tampoco implica que las relaciones sean intensas y significativas,puesto que habitualmente la red de sociabilidad efectiva se reduce, en realidad, a un pequeño número de personas delas que se puede esperar efectivamente un apoyo emocional, afectivo o instrumental en caso de necesidad. Attias-Donfut(1995: 11) se refiere a este fenómeno diciendo que cada individuo forma, dentro de su red de parentesco, “una pequeñasociedad de uso propio”, esta es la red afectiva que funciona realmente y que no suele exceder las tres o quizá las cinco personas,lo que constituye, a su juicio, una tercera parte de la red potencial. Las diferencias por sexo en la disponibilidad deestas redes familiares no son significativas, pero aparecen cuando se aísla el efecto de otras variables. Por ejemplo, los varonesmás mayores están más “aislados” que los varones más jóvenes y que las mujeres, no tanto por la distancia con respectoa los hijos, sino porque cuando los hijos no están próximos no refieren que tengan otros familiares cerca (Tablas 2.19y 2.20). En el ámbito rural, los hijos están más alejados, pero la red se completa con la cercanía de otros familiares, al contrariode lo que sucede en las ciudades y los municipios más grandes, donde las redes familiares son mucho más dependientesde la distancia a la que vivan los hijos. Naturalmente el estado civil condiciona la proximidad de los familiares, lossolteros de ambos sexos son los que tienen menos familiares cerca, pero también los hombres divorciados que están distantesde sus hijos, como consecuencia del ya citado predominio de la línea materna en la solución de las rupturas matrimoniales.Los hombres están también más aislados cuando aprecian tener dificultades económicas y un estado de saludmás deteriorado. No sabemos en qué sentido y hasta qué punto interviene la subjetividad en esta apreciación, no tener aningún familiar en las proximidades podría producir en los varones mayores un sentimiento de vulnerabilidad en su estadode salud y en sus capacidades financieras, con independencia de su situación objetiva; la relación inversa también esposible, es decir, que fueran las dificultades físicas o económicas las que indujeran a los hombres a sentirse más aisladoscon respecto a sus familias, sin embargo, por la forma en que se han recogido los datos esta segunda relación es menosprobable; además, entre las mujeres nada de esto se produce. Por último, la presencia de limitaciones en la autonomía funcionalno establece diferencias con respecto a la densidad de las redes familiares.TABLA 2.18.Red familiar: distancias con respectoa los hijos y otros familiaresTiene cerca o en la misma vivienda a… %Un hijo 66,0Otro familiar 14,0Ningún familiar 20,0(N) (1.801)TABLA 2.19.Red familiar: distancias con respecto a los hijos y otros familiares segúnvariables sociodemográficas. Ambos sexosTiene cerca o en la misma vivienda a…Un hijo Otro Ningúnfamiliar familiarEDADDe 65 a 74 años 67,6 14,4 18,0 (1.042)De 75 a 84 años 63,2 14,5 22,3 (619)85 o más años 67,1 8,6 24,3 (140)HÁBITATRural 60,7 25,2 14,0 (214)Rural intermedio 62,6 19,7 17,7 (310)Urbano 67,7 10,7 21,5 (1.277)→(N)