TABLA 2.2.Formas <strong>de</strong> convivencia según sexo, edad, estado civil, nivel <strong>de</strong> estudios,grado <strong>de</strong> autonomía funcional y dificulta<strong>de</strong>s económicas. (Continuación)Solo/a En Pareja con Pareja con Mayor con Mayor con Pareja Mayor Temporal. (N)pareja hijo/s no hijo/s hijo/s no hijo/s y otros y otros en otraemancipados emancipados emancipados emancipados viviendaHOMBRESAutonomía funcionalNo necesita ayuda 12,4 48,8 18,2 2,5 3,1 3,1 2,3 5,0 4,4 (683)Discapacitado 21,7 34,9 10,8 3,6 3,6 12,0 2,4 3,6 7,2 (83)Dependiente 7,8 20,8 11,7 1,3 9,1 22,1 2,6 16,9 6,5 (77)Dificultad para ahorrarMucha 15,2 46,5 18,4 3,1 2,7 3,5 3,1 4,7 2,7 (256)Bastante 13,7 48,3 16,7 3,4 2,6 3,8 2,1 4,7 4,3 (234)Poca o ninguna 11,5 46,3 17,3 1,0 3,8 4,8 2,2 6,1 6,7 (313)LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN ESPAÑA / Nuevas y viejas formas <strong>de</strong> envejecer24MUJERESEdad65-74 años 22,6 36,4 12,3 2,1 11,7 4,3 1,6 3,9 4,6 (634)75-84 años 34,6 20,2 2,9 1,0 13,9 10,7 1,5 7,1 7,8 (410)85 o más años 36,8 4,7 3,8 1,9 12,3 22,6 0,9 13,2 3,8 (106)Estado civilSoltera 54,8 1,6 1,6 37,1 3,2 (62)Casado 67,9 20,0 4,0 0,2 0,2 3,6 3,8 (470)Viuda 47,1 22,2 15,1 7,6 7,6 (582)Div./Separada 44,1 38,2 14,7 2,9 (34)Nivel <strong>de</strong> estudiosAnalfabeta 32,9 24,7 9,4 1,2 15,3 11,8 2,4 2,4 (85)Sin estudios 26,3 27,1 6,3 1,8 13,7 9,5 1,6 5,5 7,4 (380)Primarios 29,0 28,2 8,9 1,7 11,4 7,5 1,7 6,0 5,4 (482)Secundarios 28,0 30,1 9,7 1,1 11,8 6,5 0,5 7,0 4,8 (186)Autonomía funcionalNo necesita ayuda 29,3 33,0 9,1 1,7 11,1 5,1 1,3 4,3 4,7 (767)Discapacitado 31,7 22,1 6,7 1,7 13,8 10,4 0,8 5,4 7,1 (240)Dependiente 14,5 9,2 5,3 1,5 16,8 22,9 3,8 16,0 9,2 (131)Dificultad para ahorrarMucha 31,7 25,3 7,9 1,7 14,0 6,7 1,7 7,3 3,4 (356)Bastante 28,8 30,0 8,4 2,5 11,8 7,1 0,9 4,0 5,9 (323)Poca o ninguna 29,0 31,6 8,6 1,0 10,2 7,0 1,3 4,2 6,8 (383)AMBOS SEXOSEdad65-74 años 16,8 41,0 17,6 2,1 8,1 3,5 2,3 4,2 3,7 (1.106)75-84 años 26,1 31,8 5,2 1,8 9,5 9,4 1,5 7,2 7,3 (713)85 o más años 33,5 12,2 4,3 2,1 9,0 19,7 1,1 10,6 6,9 (188)Estado civilSoltero/a 46,6 0,9 0,9 48,3 1,7 (116)Casado 66,3 22,6 3,8 0,2 0,1 3,6 0,1 3,3 (1.062)Viudo/a 45,2 20,5 17,2 7,8 8,7 (774)Div./Separado 56,6 24,5 15,1 3,8 (53)Nivel <strong>de</strong> estudiosAnalfabeto 25,8 30,5 10,9 0,8 11,7 9,4 4,7 3,9 2,3 (128)Sin estudios 21,6 35,8 9,8 1,8 8,8 8,2 1,6 6,0 5,8 (671)Primarios 22,3 35,6 11,7 2,0 8,8 6,5 2,1 5,4 5,3 (810)Secundarios 18,9 34,7 16,8 2,7 7,5 5,9 1,1 6,9 5,1 (375)Autonomía funcionalNo necesita ayuda 21,4 40,4 13,4 2,1 7,3 4,1 1,8 4,6 4,6 (1.450)Discapacitado 29,1 25,4 7,7 2,2 11,1 10,8 1,2 5,0 7,1 (323)Dependiente 12,0 13,5 7,7 1,4 13,9 22,6 3,4 16,3 8,2 (208)Dificultad para ahorrarMucha 24,8 34,2 12,3 2,3 9,3 5,4 2,3 6,2 3,1 (612)Bastante 22,4 37,7 11,8 2,9 7,9 5,7 1,4 4,3 5,2 (557)Poca o ninguna 21,1 38,2 12,5 1,0 7,3 6,0 1,7 5,0 6,8 (696)NS/NC 15,2 36,4 3,0 3,0 18,2 12,1 6,1 6,1 (33)
La <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia funcional sí altera <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> convivencia, ser <strong>de</strong>pendiente reduce, aunque no elimina, <strong>la</strong> posibilidad<strong>de</strong> vivir en solitario. El efecto es notable, sobre todo entre los hombres, porque el 14,5% <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres <strong>de</strong>pendientessiguen viviendo so<strong>la</strong>s. Ser <strong>de</strong>pendiente aumenta <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> vivir con los hijos, pero también con otras personascuando el mayor se ha quedado solo. En conjunto, el 12% <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas c<strong>la</strong>sificadas como <strong>de</strong>pendientes 1 viven solos,otro 13,5% en pareja y un 8,2% en rotación. Son éstas formas <strong>de</strong> convivencia que no facilitan <strong>la</strong> articu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> los cuidadosformales con los informales y que el futuro Sistema Nacional <strong>de</strong> Depen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>berá tener en cuenta. La zonaintermedia <strong>de</strong> los que necesitan ayuda pero no para <strong>la</strong>s activida<strong>de</strong>s que permiten calificarlos como <strong>de</strong>pendientes, presentasin embargo un porcentaje muy importante <strong>de</strong> personas viviendo so<strong>la</strong>s o en pareja (29,1% y 25,4%, respectivamente).La influencia <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> salud subjetivo es bastante menos c<strong>la</strong>ra. Tampoco hay una influencia significativa <strong>de</strong><strong>la</strong>s variables económicas. Precisamente, el que <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s características socio<strong>de</strong>mográficas que hemos utilizadocomo variables in<strong>de</strong>pendientes en este análisis sólo tengan una influencia limitada en <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> convivencia <strong>de</strong> losmayores, nos hab<strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> soli<strong>de</strong>z <strong>de</strong> <strong>la</strong>s ten<strong>de</strong>ncias observadas, porque lo que quiere <strong>de</strong>cir es que esas ten<strong>de</strong>ncias y, enparticu<strong>la</strong>r <strong>la</strong> norma <strong>de</strong> autonomía, afecta a todos, sean cuales sean sus circunstancias.Las formas <strong>de</strong> convivencia están re<strong>la</strong>cionadas con los estados <strong>de</strong> ánimo y los sentimientos generales ante <strong>la</strong> vida (Tab<strong>la</strong> 2.3).En general, para los hombres <strong>la</strong> convivencia con hijos resulta más significativa que vivir en pareja; para <strong>la</strong>s mujeres, sin embargo,<strong>la</strong> forma <strong>de</strong> convivencia que se asocia a sentimientos generales y estados <strong>de</strong> ánimo positivos es <strong>la</strong> vida en pareja, el nidovacío; <strong>la</strong> presencia <strong>de</strong> hijos junto a <strong>la</strong> pareja reduce los niveles <strong>de</strong> satisfacción, reduce <strong>la</strong> frecuencia con <strong>la</strong> que experimentansentimientos positivos y aumenta los negativos. Para los hombres, vivir en soledad también resulta <strong>de</strong>cisivo en <strong>la</strong> experiencia<strong>de</strong> <strong>la</strong> vejez y en <strong>la</strong> valoración <strong>de</strong> los principales aspectos vitales. Esta información contradice absolutamente <strong>la</strong>s teorías tradicionalesque afirman que son los hombres fundamentalmente los que se benefician <strong>de</strong> los aspectos positivos <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida matrimonial,mientras que para <strong>la</strong>s mujeres, lo más importante son los hijos. La diferencia podría residir en que, para los hombres,mantener a los hijos en casa significa seguir conservando, aunque sea <strong>de</strong> forma simbólica, su rol <strong>de</strong> fundador <strong>de</strong> <strong>la</strong> saga o <strong>de</strong>cabeza <strong>de</strong> familia; mientras que vivir en nido vacío pue<strong>de</strong> implicar para ellos quedar solos en el campo <strong>de</strong> juego <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres;en estas circunstancias, pue<strong>de</strong>n surgir por parte <strong>de</strong> <strong>la</strong>s esposas <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> compañía, <strong>de</strong> ayuda en <strong>la</strong>s tareas domésticaso en otro tipo <strong>de</strong> funciones que, al menos en opinión <strong>de</strong> los varones, erosionen su posición dominante. Para <strong>la</strong>s mujeres,<strong>la</strong> convivencia con los hijos pue<strong>de</strong> presentar, también, el <strong>la</strong>do negativo <strong>de</strong> <strong>la</strong> sobrecarga <strong>de</strong> trabajo, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> un sentimiento<strong>de</strong> “frustración” como madres que hemos encontrado en otro lugar (Pérez Ortiz, 2003). También es verdad que los hombresque viven con sus parejas e hijos son algo más jóvenes por término medio (71 años) que los que viven sólo con <strong>la</strong> pareja (74años), pero aún son más mayores los que viven sin pareja pero con algún hijo (78). Entre <strong>la</strong>s mujeres <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s medias <strong>de</strong>quienes viven sólo en pareja o con pareja e hijos son muy simi<strong>la</strong>res. De manera que <strong>la</strong> edad no justifica esas diferencias.Lo cierto es que estamos lejos <strong>de</strong> alcanzar un acuerdo sobre <strong>la</strong>s consecuencias <strong>de</strong> <strong>la</strong> emancipación <strong>de</strong> los hijos sobre <strong>la</strong>svidas <strong>de</strong> hombres y mujeres (Freixas, 1993: 29). La visión tradicional afirma precisamente lo contrario <strong>de</strong> lo que hemosencontrado en esta y otras encuestas recientes (Pérez Ortiz, 2003). Des<strong>de</strong> ese punto <strong>de</strong> vista, <strong>la</strong> emancipación <strong>de</strong> los hijossupone <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong>l rol fundamental <strong>de</strong> <strong>la</strong>s mujeres como madres, en el sentido <strong>de</strong> criadoras y cuidadoras, lo que <strong>de</strong>betener importantes efectos sobre el significado que el<strong>la</strong>s otorgan a sus vidas. En este sentido, <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> estas funcionesequivale a <strong>la</strong> extinción <strong>de</strong>l rol masculino, como sustento material <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia, que se produce tras <strong>la</strong> jubi<strong>la</strong>ción. Los hombres,sin embargo, en esta visión tradicional, están menos inclinados a <strong>la</strong> familia y a los hijos, a los que pue<strong>de</strong>n llegar a vercomo un impedimento en <strong>la</strong> recuperación <strong>de</strong> su intimidad con <strong>la</strong> esposa. No obstante, continuar en el ejercicio <strong>de</strong>l rol <strong>de</strong>madre cuidadora a eda<strong>de</strong>s avanzadas tiene también importantes <strong>de</strong>sventajas para <strong>la</strong>s mujeres entre <strong>la</strong>s que no hay que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>ñar<strong>la</strong> carga <strong>de</strong> trabajo doméstico, ya que aunque los hijos suelen participar en <strong>la</strong> realización <strong>de</strong> algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>la</strong>bores<strong>de</strong>l hogar, no parece que compensen el trabajo que ocasionan (Pérez Ortiz, 2003). También es probable que se produzcanpequeños conflictos cotidianos que entorpezcan <strong>la</strong> convivencia, hay que recordar que uno <strong>de</strong> los motivos <strong>de</strong> conflictividadmás frecuente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong>s familias y, especialmente entre madres e hijos, se produce precisamente en lo que se refiere a<strong>la</strong>s tareas domésticas (González B<strong>la</strong>sco, 2006). También es probable que esta visión tradicional ya no se ajuste a todas <strong>la</strong>smujeres y tan sólo a <strong>la</strong>s que se han <strong>de</strong>dicado en exclusiva a estas funciones o hayan sido más sobreprotectoras con loshijos (Freixas, 2003). Otros piensan, simplemente, que esta visión es errónea y que <strong>la</strong>s mujeres no temen <strong>la</strong> marcha <strong>de</strong> loshijos <strong>de</strong>l hogar familiar, sino que <strong>la</strong> están <strong>de</strong>seando (Schaie & Willis, 2003: 157). Porque para el<strong>la</strong>s, ese momento y, mientras<strong>la</strong> salud lo permite, pue<strong>de</strong> ser también <strong>la</strong> ocasión <strong>de</strong> recuperar <strong>la</strong> intimidad con sus parejas y <strong>de</strong> realizar nuevas activida<strong>de</strong>scon o sin <strong>la</strong> compañía <strong>de</strong>l esposo. Investigaciones recientes han <strong>de</strong>stacado que tras <strong>la</strong> jubi<strong>la</strong>ción, aunque hombres ymujeres incrementan sus activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ocio, <strong>la</strong>s mujeres <strong>la</strong>s que incrementan son sobre todo <strong>la</strong>s que realizan con sus parejas,mientras entre los hombres aumentan éstas pero sobre todo <strong>la</strong>s que realizan solos, in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> sus parejas.2. RELACIONES PERSONALES: FORMAS DE CONVIVENCIA, FAMILIA Y RELACIONES DE AMISTAD251) Ver capítulo siguiente.
- Page 1: Colección DocumentosSerie Document
- Page 4 and 5: Colección EstudiosSerie Documentos
- Page 7 and 8: ÍNDICEPresentación . . . . . . .
- Page 9: PRESENTACIÓNHoy transitan la vejez
- Page 13 and 14: 1. INTRODUCCIÓN: EL ESTUDIO DE LA
- Page 15 and 16: La edad es, junto con el sexo, una
- Page 17: 2RELACIONES PERSONALES:formas de co
- Page 20 and 21: motivar la pérdida de otros ámbit
- Page 22 and 23: das de los hijos. En otro lugar hem
- Page 26 and 27: Es posible que las mujeres esperen
- Page 28 and 29: TABLA 2.3.Estados de ánimo y grado
- Page 30 and 31: TABLA 2.4.Formas de convivencia abr
- Page 32 and 33: TABLA 2.6.Motivo principal para viv
- Page 34 and 35: TABLA 2.8.Motivo principal para res
- Page 37 and 38: 35), dos factores lo han hecho posi
- Page 39 and 40: ciona estrechamente con el grado de
- Page 41 and 42: matrimonio entre personas mayores e
- Page 43 and 44: TABLA 2.16.Valoración de las relac
- Page 45 and 46: cabría decir lo mismo que con resp
- Page 47 and 48: TABLA 2.19.Red familiar: distancias
- Page 49 and 50: incluso a pesar de la distancia fí
- Page 51 and 52: TABLA 2.23.Frecuencia de los contac
- Page 53 and 54: TABLA 2.25.Frecuencia de los contac
- Page 55 and 56: TABLA 2.26.Estados de ánimo y grad
- Page 57 and 58: TABLA 2.29.Frecuencia de contactos
- Page 59 and 60: TABLA 2.31.Frecuencia de la que man
- Page 61 and 62: supervivencia, especialmente mascul
- Page 63 and 64: la familia; piensan de forma natura
- Page 65 and 66: TABLA 2.34.Personas que participan
- Page 67 and 68: TABLA 2.36.Personas mayores según
- Page 69 and 70: TABLA 2.38.Estados de ánimo y grad
- Page 71 and 72: nal. El aumento de las probabilidad
- Page 73 and 74: dos, las mujeres más si son viudas
- Page 75 and 76:
TABLA 2.43.Personas que participan
- Page 77 and 78:
Aunque la colaboración con otros h
- Page 79 and 80:
que usan su tiempo, pero se asocia
- Page 81 and 82:
cional suponía que las relaciones
- Page 83 and 84:
TABLA 2.51.Relaciones de amistad. F
- Page 85 and 86:
TABLA 2.52.Estados de ánimo y grad
- Page 87 and 88:
más jóvenes, de municipios grande
- Page 89 and 90:
TABLA 2.56.Valoraciones sobre la am
- Page 91 and 92:
es también afecta a sus sentimient
- Page 93 and 94:
Otra forma de valorar las relacione
- Page 95:
3DEPENDENCIA,salud y cuidados
- Page 98 and 99:
eferencia que utiliza el Libro Blan
- Page 100 and 101:
sión puede conducir a suplantar la
- Page 102 and 103:
género, lo lógico es las capacida
- Page 104 and 105:
variedad de formas de convivencia,
- Page 106 and 107:
TABLA 3.7.Perfil sociodemográfico
- Page 108 and 109:
LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN
- Page 110 and 111:
3.2. Estado de salud y enfermedades
- Page 112 and 113:
TABLA 3.13.Estado de salud subjetiv
- Page 114 and 115:
TABLA 3.16.Enfermedades que requier
- Page 116 and 117:
TABLA 3.17.Co- morbilidad de las en
- Page 118 and 119:
do de salud subjetivo. Es lógico,
- Page 120 and 121:
TABLA 3.22.Estados de ánimo y grad
- Page 122 and 123:
actividades de la vida diaria propu
- Page 124 and 125:
TABLA 3.26.Apoyo informal: activida
- Page 126 and 127:
dificultades económicas y viven en
- Page 128 and 129:
TABLA 3.31.Proximidad de los famili
- Page 130 and 131:
lidad de los cuidados informales, l
- Page 132 and 133:
TABLA 3.37.Conocimiento de servicio
- Page 134 and 135:
TABLA 3.39.Uso de servicios y prest
- Page 136 and 137:
TABLA 3.40.Uso de servicios y prest
- Page 138 and 139:
TABLA 3.43.Adecuación de servicios
- Page 140 and 141:
La pregunta directa sobre el tamañ
- Page 142 and 143:
TABLA 3.47.Personas mayores según
- Page 144 and 145:
TABLA 3.49.Opinión de los mayores
- Page 147 and 148:
4. CONDICIONES MATERIALES DE VIDALa
- Page 149 and 150:
do de conservación y con la amplit
- Page 151 and 152:
TABLA 4.4.Grado de satisfacción de
- Page 153 and 154:
TABLA 4.6.Valoración de los mayore
- Page 155 and 156:
TABLA 4.9.Necesidad de arreglos en
- Page 157 and 158:
TABLA 4.11.Tipo de inmueble en el q
- Page 159 and 160:
TABLA 4.14.Mayores que residen en h
- Page 161 and 162:
TABLA 4.16.Equipamientos e instalac
- Page 163 and 164:
TABLA 4.18.Equipamientos e instalac
- Page 165 and 166:
TABLA 4.20.Equipamientos e instalac
- Page 167 and 168:
El análisis de los equipamientos s
- Page 169 and 170:
TABLA 4.24.Mayores que disponen de
- Page 171 and 172:
4.1.3. El entorno de la viviendaSi
- Page 173 and 174:
migraciones de jubilación, es deci
- Page 175 and 176:
estas categorías incluyen a los ho
- Page 177 and 178:
TABLA 4.34.Tramos de ingresos perso
- Page 179 and 180:
de la encuesta hemos optado por uti
- Page 181 and 182:
TABLA 4.39.Mayores que no pueden pe
- Page 183 and 184:
TABLA 4.41.Gastos que no pueden per
- Page 185 and 186:
TABLA 4.42.Personas que no pueden p
- Page 187 and 188:
TABLA 4.44.Mujeres mayores según t
- Page 189 and 190:
a la jubilación es una opinión qu
- Page 191 and 192:
TABLA 4.48.Mayores que están de ac
- Page 193 and 194:
TABLA 4.50.Mayores según su opini
- Page 195:
5LA EXPERIENCIAde envejecer
- Page 198 and 199:
de luz eléctrica creaba la ocasió
- Page 200 and 201:
Las actividades extradomésticas m
- Page 202 and 203:
TABLA 5.5.Frecuencia con la que los
- Page 204 and 205:
TABLA 5.7.Frecuencia con la que los
- Page 206 and 207:
dades y una sociabilidad extremadam
- Page 208 and 209:
3. Estilo social espontáneo o de l
- Page 210 and 211:
exterior femenino y senior, es deci
- Page 212 and 213:
TABLA 5.12.Estilos según variables
- Page 214 and 215:
TABLA 5.13.Valores de las ratios de
- Page 216 and 217:
LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN
- Page 218 and 219:
TABLA 5.16.Estados de ánimo y grad
- Page 220 and 221:
TABLA 5.19.Interés de los mayores
- Page 222 and 223:
TABLA 5.25.Interés de los mayores
- Page 224 and 225:
5.3. Bienestar psicológico: Estado
- Page 226 and 227:
TABLA 5.29.Mayores que experimentan
- Page 228 and 229:
TABLA 5.31.Mayores que experimentan
- Page 230 and 231:
TABLA 5.34.Análisis de regresión
- Page 232 and 233:
TABLA 5.36.Coeficientes de correlac
- Page 234 and 235:
TABLA 5.39.Modalidades de adaptaci
- Page 236 and 237:
TABLA 5.41.Modalidades de adaptaci
- Page 238 and 239:
TABLA 5.45.Situación que más le g
- Page 241:
6CONCLUSIONES
- Page 244 and 245:
no tiene significación estadístic
- Page 246 and 247:
mayores un sentimiento de utilidad
- Page 248 and 249:
capacidad, sino que también se red
- Page 250 and 251:
tasa de cobertura global del 3,4% e
- Page 252 and 253:
ocupa uno de los últimos lugares e
- Page 254 and 255:
Actividades, ocio y tiempo libreSi
- Page 256 and 257:
teoría de la desvinculación de Cu
- Page 259:
REFERENCIASBIBLIOGRÁFICAS
- Page 262 and 263:
DÍEZ DE REVENGA, F. J. (1988): Poe
- Page 264 and 265:
QUADAGNO, J. (2001): Aging and Life
- Page 267 and 268:
FICHA TÉCNICAÁmbito: Nacional (ex
- Page 269 and 270:
GfKESTUDIOS DE MERCADOC/Luchana, 23
- Page 271 and 272:
P.8 ¿Quién es la persona que en m
- Page 273 and 274:
CUMPLIMENTAR POR EL ENTREVISTADOR/A
- Page 275 and 276:
A TODOSP.5. Número de personas en
- Page 277 and 278:
Ficha 06 (6-7)P.12. En relación al
- Page 279 and 280:
Cambiemos de tema, hablemos de sus
- Page 281 and 282:
P.26. ¿Le gusta arreglarse aunque
- Page 283 and 284:
ENT.: SÓLO PARA LOS QUE NECESITAN
- Page 285 and 286:
P.40. ¿Cuál de las siguientes sit
- Page 287 and 288:
Ahora vamos a hablar de su situaci
- Page 289:
C.8. HÁBITAT Menos de 300 hab. ...