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6. CONCLUSIONESFamilia y formas <strong>de</strong> convivenciaLos mayores participan <strong>de</strong> los cambios sociales no sólo como sujetos pasivos, sino también activamente. En re<strong>la</strong>ción con<strong>la</strong> familia los mayores parecen haber asumido <strong>la</strong>s transformaciones recientes <strong>de</strong> <strong>la</strong> institución. Po<strong>de</strong>mos resumir esoscambios recientes en forma <strong>de</strong> permanencia y cambio. Lo que ha cambiado es el cierre sobre <strong>la</strong> autonomía <strong>de</strong>l pequeñonúcleo, sobre <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones más próximas e intensas se ha traducido en <strong>la</strong> autonomía resi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> los mayores. Tambiénhan cambiado <strong>la</strong>s funciones y <strong>la</strong>s normas internas por <strong>la</strong>s que se rigen <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones, perdiendo sobre todo <strong>la</strong> carga normativaque tenía en tiempos anteriores. La forma en que los mayores han asumido este segundo cambio se trasluce ensu intención <strong>de</strong> mantener <strong>la</strong>s distancias con respecto a sus <strong>de</strong>scendientes y, en particu<strong>la</strong>r, en <strong>la</strong>s funciones socializadorasy educativas <strong>de</strong> los más jóvenes. Pero <strong>la</strong>s familias recientes no han perdido <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong> los <strong>la</strong>zos <strong>de</strong> parentesco y <strong>la</strong>solidaridad entre sus miembros, esto es lo que permanece en <strong>la</strong> vida familiar. También los mayores comparten esta normasocial y forman parte activa <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>de</strong>s <strong>de</strong> intercambios afectivas e instrumentales que discurren <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> <strong>la</strong> familiaextensa. Probablemente esos cambios no están exentos <strong>de</strong> tensiones y procesos <strong>de</strong> ajuste más o menos gravosos para<strong>la</strong>s personas implicadas; tensiones que pue<strong>de</strong>n <strong>de</strong>rivar <strong>de</strong>l choque <strong>de</strong> culturas familiares, <strong>de</strong> <strong>la</strong> propia movilidad socialentre generaciones y <strong>de</strong> <strong>la</strong> asimetría inherente a <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones entre padres e hijos.Uno <strong>de</strong> los resultados más visibles <strong>de</strong> esta nueva situación <strong>de</strong> <strong>la</strong> familia es <strong>la</strong> ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> los mayores a permanecer ensus propios domicilios hasta eda<strong>de</strong>s muy avanzadas e incluso cuando <strong>la</strong> salud o <strong>la</strong>s capacida<strong>de</strong>s funcionales empiezan a<strong>de</strong>teriorarse. Conjuntamente, más <strong>de</strong> <strong>la</strong> mitad <strong>de</strong> los mayores que han participado en <strong>la</strong> Encuesta <strong>de</strong> Condiciones <strong>de</strong> Vida<strong>de</strong> los Mayores 2004 (ECVM-04) viven solos o en pareja, sin nadie más en <strong>la</strong> vivienda. En correspon<strong>de</strong>ncia <strong>la</strong> presencia<strong>de</strong> los hogares complejos se ha reducido extraordinariamente, sólo el 9,1% <strong>de</strong> los mayores vive en un hogar extenso <strong>de</strong>tipo tradicional (mayor o pareja mayor con hijos y nietos o hijos políticos). Hay, sin embargo, una forma <strong>de</strong> convivenciaque presenta una importancia creciente, <strong>la</strong> <strong>de</strong> aquel<strong>la</strong>s personas mayores que viven solos o en pareja y con uno o máshijos que no han formado sus propias familias, que aún no se han emancipado. Esta forma <strong>de</strong> crianza prolongada, afectabaa <strong>la</strong> quinta parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> muestra (20,7%). La encuesta se aproxima también al fenómeno <strong>de</strong> <strong>la</strong> resi<strong>de</strong>ncia en rotacióno cohabitación rotativa y lo hace a través <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas que respon<strong>de</strong>n en <strong>la</strong> encuesta que están pasando una temporadafuera <strong>de</strong> su domicilio habitual; <strong>la</strong> proporción <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas que presentan esta situación es <strong>de</strong>l 5,3%.La estructura <strong>de</strong> los hogares <strong>de</strong> los mayores resulta muy sensible al sexo y <strong>la</strong> edad, fundamentalmente porque <strong>la</strong>s probabilida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> supervivencia también se reparten <strong>de</strong> forma muy <strong>de</strong>sigual en función <strong>de</strong> estas dos variables; sexo y edadinfluyen sobre los estados civiles. Las mujeres viven más y, por tanto, tienen más posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> enviudar y <strong>de</strong> vivir so<strong>la</strong>so ir a vivir con los hijos; los hombres viven más en pareja o, cuando <strong>la</strong> edad avanza y pier<strong>de</strong>n a sus parejas, en rotación.El estado <strong>de</strong> salud y <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> capacida<strong>de</strong>s funcionales influyen, pero no <strong>de</strong>terminan con quién vivan los mayores,por ejemplo, <strong>la</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia reduce <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> vivir solo, pero no <strong>la</strong> elimina en absoluto: el 12% <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personasque hemos c<strong>la</strong>sificado como <strong>de</strong>pendientes viven so<strong>la</strong>s. Otras variables como el tamaño <strong>de</strong>l municipio, el nivel <strong>de</strong> estudioso <strong>la</strong> situación económica han perdido fuerza explicativa, lo que significa que <strong>la</strong> norma <strong>de</strong> autonomía y todas aquel<strong>la</strong>sque conforman <strong>la</strong>s unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> convivencia <strong>de</strong> los mayores son muy sólidas y no se alteran con <strong>la</strong> mayor parte <strong>de</strong><strong>la</strong>s circunstancias personales <strong>de</strong> los mayores.No todas <strong>la</strong>s formas <strong>de</strong> convivencia suscitan <strong>la</strong> misma satisfacción por parte <strong>de</strong> los mayores. En general, los hombres seencuentran más satisfechos cuando comparten sus hogares con pareja e hijos no emancipados, es <strong>de</strong>cir, <strong>la</strong> familia todavíaen su fase más expandida; <strong>la</strong>s mujeres valoran, sobre todo, el nido vacío. La razón <strong>de</strong> estas apreciaciones diferentespodría residir en que los varones valoran positivamente el mantenimiento <strong>de</strong> su posición <strong>de</strong> padres <strong>de</strong> familia mientraslos hijos siguen en casa, probablemente porque es una prolongación <strong>de</strong> su situación anterior. Para <strong>la</strong>s mujeres, sin embargo,<strong>la</strong> permanencia <strong>de</strong> los hijos en el hogar parental supone una carga importante <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong> los pequeños conflictoscotidianos en torno a <strong>la</strong> realización <strong>de</strong> <strong>la</strong>s tareas domésticas. A<strong>de</strong>más, hemos supuesto que sobre <strong>la</strong>s mujeres pue<strong>de</strong>pesar más el sentimiento <strong>de</strong> falta <strong>de</strong> oportunidad normativa (porque piensan que los hijos <strong>de</strong>berían haberse emancipadoya) y un cierto sentimiento <strong>de</strong> frustración, al sentir que no han completado su función reproductiva con <strong>la</strong> conversión<strong>de</strong> sus hijos en individuos autónomos. Para <strong>la</strong>s mujeres, el nido vacío pue<strong>de</strong> presentar, a<strong>de</strong>más, ventajas añadidascon respecto a <strong>la</strong>s posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> realizar activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ocio, que so<strong>la</strong>s no harían. Las ten<strong>de</strong>ncias <strong>de</strong>mográficas actualessugieren que el nido será cada vez más difícil <strong>de</strong> vaciar o que incluso será más fácil que se vuelva a llenar con el retorno<strong>de</strong> los hijos al hogar. Entre los mayores españoles, parece que esta situación <strong>de</strong> retorno <strong>de</strong> los hijos al hogar todavía6. CONCLUSIONES243

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