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po caminando por las calles del barrio, viendo lo que pasa, pero no es una actividad pasiva; a juicio de Lalive d’Épinayes una actividad de apropiación del barrio.3. Trabajadores autónomos, empleados y obreros cualificados: su cultura puede definirse con la expresión “tengo suficiente”,es decir, está dominada por el sentimiento de un esfuerzo recompensado. La recompensa fundamental es lapropiedad de la vivienda y dedican la vejez a su disfrute. Desarrollan una vida casera y suelen limitar su sociabilidada la familia e, incluso, a la pareja. Esta concentración sobre el espacio doméstico responde también a una visión delos tiempos actuales en los que viven su vejez como tiempos de decadencia; la vivienda se constituye en refugio anteeste panorama exterior.4. Ejecutivos: esta clase social se define por su posición elevada adquirida gracias a su trabajo. Su ética es individualistay meritocrática, valoran los factores que consideran responsables de su éxito: el esfuerzo, la voluntad y la inteligencia.Es posible que para estas personas la jubilación sea una experiencia especialmente traumática, ya que su vida,e incluso su lugar en la estructura social (su propia definición como seres sociales) ha estado muy centrada en la actividadlaboral. El trauma puede evitarse si estas personas encuentran un anclaje asociativo que sustituya a la actividadprofesional perdida.5. Burgueses: son fundamentalmente profesionales liberales con una elevada posición social, pero se distinguen de losanteriores porque no han experimentado un proceso de movilidad tan intenso en la medida en que ellos seguramentenacieron en el seno de familias burguesas. Su ética está dominada precisamente por la necesidad de mantener esaposición. Su vida cotidiana está marcada por su orientación familiar, pero también hacia las relaciones de pares, facilitadaspor su propio origen familiar y estratégica para encontrar una actividad de sustitución.6. Pequeña burguesía intelectual: son profesores e intelectuales, religiosos y miembros de profesiones sociales y paramédicas.Su ética está dominada por la participación activa en la vida social y cultural y por sus valores humanistaso religiosos. Tras la jubilación necesitan seguir manteniendo esa participación y lo hacen a través del mantenimientode relaciones sociales intensas y de la implicación en actividades sociales y culturales. Lo único que puede interrumpiresa actividad es el deterioro físico y ese es su temor más importante, porque dejar de realizar esas actividadessupone perder la capacidad para hacer lo que les define como personas.En principio, resulta muy difícil conseguir una correspondencia entre las distintas tipologías, además, los estilos estánmuy condicionados por la cultura y los análisis precedentes se han realizado todos en Francia y Suiza por lo que podríanresultar difícilmente aplicables a nuestro país. Sin embargo, intentaremos contrastar los resultados de la ECVM-04 yrealizar nuestra propia clasificación intentando sintetizar las aportaciones de esos otros estudios. Las actividades analizadasen la ECVM-04 nos permiten una aproximación propia a la delimitación de estilos de vejez o de formas de experimentarla vejez; empezaremos precisamente por esta manifestación externa y después combinaremos el análisis conotras variables relativas a actitudes ante la vida y a valores que permitan contrastar la pertinencia de esta deconstrucciónde la categoría social de los mayores. Para ello se ha realizado un análisis de conglomerados de dos medias ampliandoel número de grupos desde dos hasta seis, con el fin de encontrar la agrupación más consistente desde el punto devista teórico. Este instrumento de análisis se ajusta bien a las condiciones de las variables y las observaciones recogidas;la condición más delicada es la exigencia de independencia entre las distintas actividades; en realidad esta condición nose cumple en la encuesta, pero se ha demostrado que el análisis de conglomerados de dos medias es bastante robustoante el incumplimiento de esta restricción. La clasificación más consistente la proporciona la división en seis conglomeradosa los que provisionalmente se puede denominar estilos de vejez (Tablas 5.8 y 5.9):1. Estilo desvinculación-aislamiento, se asemeja a la jubilación retirada de Guillemard y a la jubilación abandono dePaillat, se caracteriza por una frecuencia menor en la realización de todas las actividades que se miden en la encuestaque alcanza incluso a la audiencia de televisión y es especialmente inferior en las que implican relaciones personales(visitar o recibir la visita de familiares que residen en otros domicilios, estar con amigos y personas de su edad),pasear, hacer la compra, ir a la iglesia, leer u oír la radio. De manera que no sólo implica una reducción de la actividad,sino también de las salidas al exterior de la vivienda y una pérdida de contactos con otras personas. Agrupa aalgo más de la octava parte de los mayores (13,2%).2. Estilo exterior femenino: se caracteriza fundamentalmente por la fuerte presencia de dos actividades y la ausencia deotras dos. Las más frecuentes son las compras y las visitas a la iglesia, las ausentes, los contactos con amigos y lasvisitas a clubes recreativos. Las personas que se agrupan en esta forma de experimentar la vejez también leen más yrealizan labores, pero las diferencias son menores con respecto al término medio de sus coetáneos. No se trata meramentede un estilo de consumo porque se acompaña de otra actividad, más frecuente entre las mujeres, que es la deacudir a la iglesia. Agrupa casi a la quinta parte de la muestra (18,4%).5. LA EXPERIENCIA DE ENVEJECER207