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Texto completo de la publicación (1923 Kb. pdf) - Imserso

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matrimonio entre personas mayores es poco frecuente. En 2004, 2.922 hombres y 857 mujeres <strong>de</strong> 60 o más años contrajeronmatrimonio. El <strong>de</strong>sequilibrio entre los dos sexos nos indica que los hombres tien<strong>de</strong>n a casarse con mujeres más jóvenes.Las pautas <strong>de</strong> matrimonio son distintas también en otros aspectos, los hombres que contrajeron matrimonio eran, sobre todo,divorciados (42,5%); entre <strong>la</strong>s mujeres, sin embargo, <strong>la</strong> mayor parte (39,4%) contraían nupcias por primera vez. La posibilidad<strong>de</strong> que una re<strong>la</strong>ción sentimental se formalice con un <strong>la</strong>zo matrimonial presenta una variedad <strong>de</strong> obstáculos que losmayores <strong>de</strong>ben salvar. Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista individual, el matrimonio ya no implica <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos en el sistema<strong>de</strong> pensiones, lo que facilita <strong>la</strong>s nupcias, sobre todo <strong>de</strong> los solteros. La situación es más compleja para <strong>la</strong>s personas quetienen hijos, por cuestiones financieras re<strong>la</strong>cionadas con <strong>la</strong> herencia, y también por <strong>la</strong> recomposición <strong>de</strong> los <strong>la</strong>zos familiarescon el nuevo cónyuge y sus familiares. Aunque en España, <strong>la</strong>s segundas nupcias <strong>de</strong> personas mayores no son muy frecuentes,en otros países <strong>de</strong> nuestro entorno don<strong>de</strong> el fenómeno está más extendido se han seña<strong>la</strong>do estas dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> re<strong>la</strong>ción;también se ha <strong>de</strong>stacado, una vez más, el predominio <strong>de</strong> <strong>la</strong> línea materna, <strong>de</strong> manera que cuando una pareja mayorcontrae matrimonio, suele ser <strong>la</strong> esposa <strong>la</strong> que integra al nuevo cónyuge en su familia. De manera que para los esposos elcoste <strong>de</strong>l matrimonio en eda<strong>de</strong>s más altas es mayor que para <strong>la</strong>s mujeres. Cara<strong>de</strong>c (2001: 76) <strong>de</strong>scribe <strong>la</strong> manera en que <strong>la</strong>sparejas que se forman en <strong>la</strong> vejez sortean algunas <strong>de</strong> <strong>la</strong>s dificulta<strong>de</strong>s asociadas al matrimonio o, más bien, a este emparejamientotardío, una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s estrategias consiste en conservar cada uno su vivienda in<strong>de</strong>pendiente, organizando <strong>la</strong> convivencia<strong>de</strong> forma alterna (viven siempre juntos, pero cada temporada en uno <strong>de</strong> los hogares) o intermitente (viven separados y pasantemporadas juntos en uno u otro domicilio). Conservar <strong>la</strong> vivienda <strong>de</strong> cada uno les pue<strong>de</strong> permitir satisfacer sus <strong>de</strong>seos <strong>de</strong>in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia personal y evitar <strong>la</strong> ruptura con los lugares <strong>de</strong> sociabilidad habituales y, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, pue<strong>de</strong> facilitar una retiradaa tiempo si <strong>la</strong> pareja no funciona según lo esperado, o si uno <strong>de</strong> los dos fallece. Pero conservar <strong>la</strong> vivienda les permitesobre todo, sos<strong>la</strong>yar <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> sanción <strong>de</strong> los hijos por <strong>la</strong> venta <strong>de</strong> ese activo y conservar el lugar don<strong>de</strong> reunir ahijos y nietos. Quienes apoyan <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> establecer re<strong>la</strong>ciones sentimentales en <strong>la</strong> vejez son sobre todo hombres, personasjóvenes, que viven en municipios urbanos y, en menor medida, en los municipios <strong>de</strong> tamaño intermedio. Entre <strong>la</strong>s mujeres,un nivel <strong>de</strong> estudios alto produce mayor aceptación, pero no entre los hombres. Los hombres que no tienen pareja aceptanmás estas re<strong>la</strong>ciones, entre <strong>la</strong>s mujeres, no, sólo <strong>la</strong>s divorciadas. Los que tienen mejor estado <strong>de</strong> salud y los que percibensus propias re<strong>la</strong>ciones como más satisfactorias también apoyan más estas re<strong>la</strong>ciones.TABLA 2.14.Valoración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sentimentales entre mayores:opinión sobre <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> que hombres y mujeres <strong>de</strong> edady que no estén casados, mantengan re<strong>la</strong>ciones íntimasValoración %Bien 34,7Mal 24,0Me da igual 35,1NS/NC 6,3(N) (1.898)TABLA 2.15.Valoración <strong>de</strong> <strong>la</strong>s re<strong>la</strong>ciones sentimentales entre mayores según variablessocio<strong>de</strong>mográficas. Ambos sexosBien Mal Indiferente N.C. (N)EDADDe 65 a 74 años 39,0 19,6 35,9 5,5 (1081)De 75 a 84 años 29,5 28,9 35,3 6,3 (665)85 o más años 26,3 33,6 28,3 11,8 (152)2. RELACIONES PERSONALES: FORMAS DE CONVIVENCIA, FAMILIA Y RELACIONES DE AMISTAD41HÁBITATRural 26,9 17,2 44,9 11,0 (227)Rural intermedio 36,8 30,7 27,2 5,3 (323)Urbano 35,5 23,5 35,3 5,7 (1348)→

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