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minamos de la base del porcentaje a las personas que no tienen nietos, el resultado es que tres de cada cuatro abuelos se haocupado de alguno de sus nietos de forma cotidiana; como indicador de solidaridad intergeneracional refleja una ayudaextraordinariamente intensa.TABLA 2.33.Participación en el cuidado cotidiano de alguno de susnietos/as pequeños mientras sus padres trabajabanParticipación en el cuidado de los nietos %Sí, anteriormente 37,4Si, en la actualidad 21,3No 18,7No tiene nietos 20,6No contesta 2,1(N) (1.801)LA ESTRUCTURA SOCIAL DE LA VEJEZ EN ESPAÑA / Nuevas y viejas formas de envejecer64La encuesta revela que los hombres se han incorporado masivamente a las funciones de cuidado, de hecho las proporcionesde abuelos cuidadores superan ligeramente a las de abuelas (Tabla 2.34). Según nuestra información, la incorporaciónde los varones se ha producido de una forma más notable en tiempos recientes, puesto que las proporcionesde los que afirman haber cuidado con anterioridad son inferiores a las de las mujeres. Esa diferencia, no obstante, puedeenmascarar un efecto de la edad, porque los hombres en general son más mayores cuando tienen a sus nietos que lasmujeres y además los varones en edades previas a la jubilación habrían tenido el impedimento de la actividad laboral;sin embargo, es probable también que se trate de una evolución generacional. De todas formas, como entre la poblaciónhay más mujeres que hombres, también entre los abuelos cuidadores habrá más mujeres. Elevando de nuevo los porcentajesa las cifras de población a 1 de enero de 2004, el ejército de cuidadores está compuesto por más de novecientasmil mujeres por unos seiscientos cincuenta mil hombres. En los dos sexos, la edad reduce la posibilidad de cuidar alos nietos, tanto por la situación de los abuelos como por la de los nietos, que también se hacen mayores y dejan denecesitar atención. Parece que el cuidado de los nietos es un asunto más urbano que rural, especialmente entre los hombres.Es posible que las normas sociales determinen esta pauta, también es probable que sean las dificultades del hábitaturbano que hagan más necesario para los hijos movilizar el cuidado de los abuelos, especialmente los varones, a losque probablemente sólo se congrega cuando la necesidad es más perentoria. El nivel de estudios aumenta las probabilidadesde cuidar a los nietos, quizá también porque aumentan las posibilidades de que las hijas tengan un empleo y, sobretodo, porque aumenta la sensibilidad de los abuelos por las necesidades de sus nietos y se reduce la fuerza de las normassociales. No son los viudos los que tienen más posibilidades de cuidar de sus nietos, sino los casados, de manera quela función de abuelo cuidador se entiende fundamentalmente como una labor en pareja; en estas circunstancias es muyprobable que se compruebe la hipótesis reseñada más arriba de que muchos abuelos cuidadores desempeñen sólo unafunción secundaria realizando tareas de menor intensidad que las de la abuela. En cualquier caso, los varones, comomínimo, sirven de apoyo en el desarrollo de los cuidados; también el hábitat urbano puede implicar el desarrollo de funcionespara las que las mujeres necesiten más a los varones, por ejemplo, si el cuidado implica recorrer distancias quejustifiquen el uso de un automóvil. En estos casos la discusión de los distintos estilos de cuidado de unos y otros o de ladivisión del trabajo de cuidado en el seno de la pareja de abuelos se vuelve especialmente pertinente.TABLA 2.34.Personas que participan actualmente en el cuidado de sus nietossegún variable sociodemográficasHombres Mujeres Ambos sexos% (N) % (N) % (N)EDADDe 65 a 74 años 39,5 (324) 36,1 (462) 37,5 (786)De 75 a 84 años 16,8 (208) 16,9 (290) 16,9 (498)85 o más años 2,2 (46) 6,3 (63) 4,6 (109)→