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para sus propios hijos con amores compartidos

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A) El maltrato a los niños Comienza antes del primer golpe<br />

allá de las dudas, seguro que en algún momento ha debido hacer un esfuerzo<br />

<strong>para</strong> no levantar su mano y bajarla sobre el niño. Está dentro nuestro el reaccionar<br />

de manera violenta en ocasiones que se nos <strong>con</strong>traría gravemente: la<br />

naturaleza humana, la cultura recibida, hace siglos que eso se discute, 5 pero<br />

lo que es seguro, es la posibilidad que tenemos de frenar nuestros “instintos”<br />

(¿?) agresivos, de llamarnos a la calma y de no actuar bajo su imperio.<br />

La capacidad de reflexionar sobre las enseñanzas recibidas y rechazar aquellas<br />

que mostraban como bueno hacer uso de la fuerza o ser agresivo <strong>con</strong><br />

otras personas y aprovecharse de los más débiles.<br />

No es que los malos pegan y los buenos no, que los de derecha<br />

pegan y los de izquierda no, que los pobres pegan y los ricos no o que los<br />

ignorantes pegan y los estudiados no. El pegar a los <strong>hijos</strong> ha sido parte<br />

de nuestras culturas durante milenios, como el pegarle a las mujeres; y en<br />

realidad, el pegarle a todo aquel que pareciera más débil que uno. El abuso<br />

estuvo permitido por milenios.<br />

166<br />

Pero ya estamos hartos de vivir en una sociedad y en un mundo<br />

violento. Somos plenamente <strong>con</strong>scientes de que la violencia no perjudica<br />

a terceros sino a cada uno de nosotros, y que la violencia aleja y malogra<br />

muchas cosas hermosas que podríamos vivir a diario.<br />

Si no queremos un mundo violento, <strong>con</strong>tribuyamos <strong>con</strong> nuestro<br />

granito de arena, educando a nuestros <strong>hijos</strong> sin violencia. Será un granito de<br />

arena <strong>para</strong> la sociedad pero <strong>para</strong> nuestro hijo será una vida absolutamente<br />

diferente y esto <strong>para</strong> los Padres debe ser lo más importante. En tanto que<br />

profesionales ligados a las familias, a la infancia o a la adolescencia, es inmenso<br />

el aporte que podemos hacer, difundiendo y ayudando a erradicar la<br />

“pedagogía negra”.<br />

(5) En el Capítulo I, del libro Psicología de la violencia, Marco Murueta hace un profundo<br />

análisis histórico y filosófico de los distintos pensamientos que ha habido sobre el origen de la<br />

violencia humana.

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