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para sus propios hijos con amores compartidos

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Patricia Arés<br />

en especial <strong>para</strong> las parejas de altos estándares, sin embargo se mantiene la<br />

limitación <strong>para</strong> la mayoría de las parejas jóvenes cubanas (Álvarez & Catasús,<br />

1994).<br />

Esta realidad ha hecho que la vida en familia en Cuba, sea multigeneracional,<br />

lo cual no es menos cierto que <strong>para</strong> muchas familias ha representado<br />

un motivo de ayuda mutua entre <strong>sus</strong> miembros, en el cuidado de los<br />

<strong>hijos</strong>, enfermos y ancianos y en la realización colectiva de tareas domésticas,<br />

pero <strong>para</strong> la joven pareja ha significado un impedimento importante a<br />

su intimidad y posibilidad de tomar <strong>sus</strong> propias decisiones. La fácil interferencia<br />

de los otros, en especial los abuelos, los suegros y los cuñados, han<br />

sido motivo de no pocos <strong>con</strong>flictos familiares. Estudios sobre el divorcio<br />

en Cuba dan cuenta de que uno de los principales problemas de la pareja,<br />

anterior a la se<strong>para</strong>ción, fueron los <strong>con</strong>flictos <strong>con</strong> la familia de origen de uno<br />

de ellos (suegras/suegros en particular), relacionados <strong>con</strong> el establecimiento<br />

de límites de privacidad (física y psicológica) y desacuerdos <strong>con</strong> la crianza<br />

de los <strong>hijos</strong>/nietos (Rojas, 1993; Fernández, 1995; Arés, 1997).<br />

No obstante podríamos decir que antes de la crisis de los 90, las<br />

se<strong>para</strong>ciones matrimoniales o las se<strong>para</strong>ciones de las uniones <strong>con</strong>sensuales<br />

en su mayoría, lograban culminar en buenos términos. En primer lugar por<br />

la juventud <strong>con</strong> que esto se producía y aunque en la mayoría de las parejas<br />

el divorcio ocurría cuando tenían el primer hijo, una vez pasada la etapa<br />

inicial de dolor y resentimiento, llegaban a acuerdos de relación <strong>con</strong> el hijo,<br />

de pensión alimenticia y regímenes de visita.<br />

77<br />

El divorcio no <strong>con</strong>stituía una empresa e<strong>con</strong>ómica, tampoco existían<br />

demasiados bienes que compartir, pues por lo general en Cuba, una<br />

pareja no acumulaba bienes gananciales en apenas siete u ocho años que<br />

es el tiempo promedio en que se produce la se<strong>para</strong>ción. Fueron tiempos en<br />

que los cubanos teníamos más o menos los mismos poderes adquisitivos,<br />

la mayoría de nuestras necesidades básicas eran subsidiadas por el estado<br />

en dependencia de la posición social que se tuviera, pero los estándares de<br />

vida no estaban tan polarizados como en la realidad cubana actual. Era una<br />

sociedad más homogénea donde las diferencias de capas sociales, raza, zona<br />

de residencia, género, eran irrelevantes.<br />

Por estas razones haciendo com<strong>para</strong>ción <strong>con</strong> los procesos de divorcio<br />

que cualquier psicólogo o abogado refiere de países de América Latina<br />

u otros países, los procesos de se<strong>para</strong>ción en Cuba tendían a ser amigables<br />

o no traumáticos salvo excepciones. Los profesionales de la salud en<br />

Cuba no podíamos aseverar de que <strong>para</strong> los niños cubanos, el potencial de

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