para sus propios hijos con amores compartidos
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A) El maltrato a los niños Comienza antes del primer golpe<br />
del otro progenitor, <strong>para</strong> que lo repudie y así poder aca<strong>para</strong>rlo total y absolutamente<br />
<strong>para</strong> sí, o como medio <strong>para</strong> vengarse del otro. Aislar al niño o a<br />
la niña, alejar al otro progenitor y a <strong>sus</strong> parientes, es parte de la tarea. Una<br />
vez que el niño está solo, poco puede hacer <strong>para</strong> defenderse, <strong>para</strong> no quedar<br />
a expensas de la manipulación de ese padre o madre. Esta es una de las particularidades<br />
de la violencia, que está muy estudiada <strong>para</strong> la mujer adulta,<br />
pero que es ignorada en el caso de niños, niñas y adolescentes.<br />
El silencio de los demás. ¡Qué difícil que es intervenir en estos casos<br />
cuando no se es terapeuta dentro del <strong>con</strong>sultorio! ¡Qué mal que se ponen<br />
estos adultos cuando alguien les hace alguna observación sobre el maltrato<br />
que están propinando! ¡Qué extraños “espíritus de cuerpo” aparecen <strong>para</strong><br />
defender o justificar al golpeador o golpeadora, al abusador o abusadora!<br />
Salvo los abusos sexuales, que generan unánime repudio, los otros en<strong>con</strong>trarán<br />
tantos defensores como detractores.<br />
El objetivo de la educación familiar es lograr la autonomía del joven,<br />
en el caso de abuso emocional todo se instrumenta y “manipula” <strong>para</strong><br />
que el hijo nunca se independice y siempre siga siendo un esclavo de las<br />
necesidades de su padre o madre.<br />
172<br />
¿Por qué pegan los padres?<br />
Haremos una primera aproximación de por qué pegan los padres a<br />
<strong>sus</strong> <strong>hijos</strong>. Sin duda que las causas son diversas y diversas también <strong>sus</strong> <strong>con</strong>secuencias.<br />
1) En primer lugar pongamos la que estaría en la base más<br />
generalizada de estos comportamientos: la creencia<br />
de que golpear es bueno <strong>para</strong> educar, <strong>para</strong> ser obedecido.<br />
Creer que unos buenos golpes a tiempo evitan males mayores, de que hay<br />
que hacerse respetar y <strong>para</strong> ello nada mejor que una buena cachetada.<br />
El auto-<strong>con</strong>vencimiento de que la única manera de hacerse entender<br />
es <strong>con</strong> golpes: “si no le golpean no escucha o no hace caso”.<br />
Ante esto debemos plantear en puridad que se puede educar sin<br />
violencia, y a la vez, que no usar la violencia, de ninguna manera<br />
significa renunciar a educar o ser laxos en dicha educación. Un<br />
Padre que no pega no necesariamente deja hacer a los <strong>hijos</strong> lo que<br />
le venga en gana. Tampoco significa que se queda pasivo ante las<br />
faltas de respeto o los peligros a que se puede enfrentar un hijo.<br />
Un Padre que no pega es solo un Padre que los respeta en