para sus propios hijos con amores compartidos
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Violencia parental: Dificultades y desafíos ante la parentalidad compartida<br />
producción”, es decir, una serie de términos, programas y procedimientos<br />
oficiales (gubernamentales) que excluyen o discriminan al hombre en <strong>sus</strong><br />
planteamientos. Y estos, tienen un influjo negativo en el ejercicio de la parentalidad<br />
compartida.<br />
II. Agresión y violencia<br />
Diversos autores han señalado y coincidido en la <strong>con</strong>ceptualización<br />
y descripción de la agresión y la violencia (Fromm, 1975; Martín-Baró,<br />
1983; Berkowitz, 1996; Beck, 2003).<br />
Acá se dará un breve repaso <strong>con</strong> el fin de <strong>con</strong>textualizar la teoría<br />
que <strong>sus</strong>tenta el <strong>con</strong>cepto de violencia parental.<br />
196<br />
Al intentar definir la agresión, además del daño que se causa a<br />
otra persona existe otro factor característico: la intencionalidad (Rodrígues,<br />
1976: p.305). También, se re<strong>con</strong>oce la causalidad personal –acto agresivo<br />
intencional– y la causalidad impersonal –acto agresivo no intencional– (Rodrígues,<br />
1976: p.306), aunada a la <strong>con</strong>ciencia del acto y de <strong>sus</strong> <strong>con</strong>secuencias<br />
(Rodrígues, 1976: p.307) por parte de quien ejerce el acto agresivo. Es<br />
decir, la agresión implica daño de una persona hacia otra/s, de forma intencional,<br />
bajo libre elección y <strong>con</strong> <strong>con</strong>ocimiento de <strong>con</strong>secuencias, por ende,<br />
la agresión implica responsabilidad personal mediante decisiones <strong>con</strong>scientes.<br />
Rodrígues (1976: p.312) identifica dos factores situacionales y potenciales<br />
<strong>para</strong> desencadenar <strong>con</strong>ductas agresivas: la frustración y la provocación.<br />
Acerca de la frustración teoriza que esta antecede la agresión, siempre<br />
que se perciba una intencionalidad que represente una elección personal<br />
de quien obstruya el logro de algún objetivo (Rodrígues, 1976: p.316) y que<br />
esto se puede intensificar o no a partir de la percepción del ejercicio de un<br />
poder legítimo ver<strong>sus</strong> un poder de coerción. Siendo que este último intensifica<br />
la frustración por carencia de re<strong>con</strong>ocimiento.<br />
Acerca de la provocación teoriza sobre la misma dinámica intensificando<br />
el tema de la intencionalidad personal y la reacción, enfatizando de<br />
nuevo en la legitimidad a partir de la percepción (Rodrígues, 1976: p.317).<br />
Por otro lado, acerca de la violencia, Arendt (2006: p.48) propone<br />
que la violencia es una manifestación de poder, cuyo medio técnico instrumental<br />
es la disuasión. La autora distingue entre los <strong>con</strong>ceptos de “…po-