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El inversor inteligente - Benjamin Graham

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EL INVERSOR INTELIGENTE<br />

adquirir un número suficiente de títulos que le permita garantizarse un<br />

resultado «medio», y tampoco estará en condiciones de reservar una parte<br />

de sus mayores ingresos para compensar o «amortizar» las pérdidas de<br />

principal que acaben siendo permanentes. Por último, es una mera cuestión<br />

de sentido común abstenerse de comprar títulos a una cotización de más o<br />

menos 100 si la experiencia histórica indica que se pueden comprar<br />

probablemente a 70 o menos en el siguiente período de debilidad que<br />

atraviese el mercado.<br />

Obligaciones de países extranjeros<br />

Todos los <strong>inversor</strong>es que tengan un poco de experiencia, por pequeña<br />

que ésta sea, saben que las obligaciones extranjeras, en conjunto, se han<br />

granjeado fama de ser un mal instrumento de inversión desde 1914. Esto<br />

era inevitable, si se tiene en cuenta que desde esa época ha habido dos<br />

guerras mundiales y una depresión mundial en el ínterin de una<br />

profundidad nunca conocida. Sin embargo, cada pocos años las condiciones<br />

de mercado son suficientemente favorables para hacer posible la venta de<br />

algunos nuevos instrumentos extranjeros a un precio cercano a la par. Este<br />

fenómeno es muy revelador de la forma de pensar de la mente del <strong>inversor</strong><br />

medio, y no sólo en el campo de las obligaciones.<br />

No tenemos ningún motivo concreto para preocupamos por los<br />

futuros resultados que acumulen las obligaciones extranjeras bien<br />

consideradas, como por ejemplo las de Australia o Noruega. Sin embargo,<br />

lo que sí sabemos es que en caso de que, o cuando, aparezcan problemas, el<br />

propietario de obligaciones extranjeras no tendrá ningún medio legal, ni de<br />

otro tipo, de hacer valer sus derechos. Quienes compraron obligaciones de<br />

la República de Cuba al 4,5% a una cotización de hasta 117 en 1953<br />

tuvieron que sufrir el impago de sus intereses y después tuvieron que<br />

venderlas a cotizaciones tan bajas como 20 centavos por dólar en 1963. La<br />

lista de obligaciones de la bolsa de Nueva York de aquel año también<br />

incluía obligaciones del Congo Belga al 5,25% que cotizaban a 36,<br />

obligaciones de Grecia al 7% que cotizaban a 30, y diferentes emisiones de<br />

obligaciones de Polonia con cotizaciones que llegaban hasta un mínimo de<br />

7. ¿Cuántos lectores tienen alguna idea sobre las repetidas vicisitudes de las<br />

obligaciones al 8% de Checoslovaquia desde que se ofrecieron por primera<br />

vez en Estados Unidos en 1922 a 96,5? Su cotización subió a 112 en 1928,<br />

se redujo a 67,75 en 1932, se recuperó hasta 110 en 1936, se vino abajo a 6<br />

en 1939, se recuperó (increíblemente) a 117 en 1946, se desplomó<br />

rápidamente a 35 en 1948 y se ha vendido a cotizaciones tan bajas como 8<br />

en 1970.<br />

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