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El inversor inteligente - Benjamin Graham

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EL INVERSOR INTELIGENTE<br />

¿Podemos determinar cuál es el tipo de inflación que probablemente<br />

vaya a producirse? Nuestra tabla no sugiere ninguna respuesta clara;<br />

muestra variaciones de todo tipo. No obstante, parecería sensato basar<br />

nuestra valoración en el historial relativamente congruente de los 20<br />

últimos años. el incremento anual medio del nivel de precios al consumo de<br />

este período ha sido del 2,5%; el de 1965-1970 fue del 4,5%; el de 1970, en<br />

solitario, fue del 5,4%. La política pública oficial ha adoptado una postura<br />

claramente contraria a la inflación a gran escala, y hay varios motivos para<br />

creer que las políticas federales serán más eficaces en el futuro que en los<br />

últimos años. * Creemos que sería razonable que el <strong>inversor</strong>, en este punto,<br />

basase su reflexión y sus decisiones en un tipo probable (que dista mucho<br />

de ser seguro) de inflación de, por ejemplo, el 3% anual. (Esa cifra debe<br />

compararse con un tipo anual de aproximadamente el 2,5% correspondiente<br />

a todo el período que va de 1915 a.1970. 1<br />

¿Cuáles serían las consecuencias de ese incremento? <strong>El</strong>iminaría, en<br />

forma de mayores costes de vida, aproximadamente la mitad de los<br />

ingresos que se pueden obtener en la actualidad con las obligaciones, de<br />

buena calificación, a medio plazo exentas de tributación (o de nuestro<br />

hipotético equivalente después de impuestos obtenido con obligaciones<br />

empresariales de la mejor calificación). Esto supondría una grave<br />

reducción, que de todas formas no debe exagerarse. No significaría que el<br />

verdadero valor, o capacidad de compra, del patrimonio del <strong>inversor</strong><br />

tuviese necesariamente que reducirse con el paso del tiempo. Si el <strong>inversor</strong><br />

gastase la mitad de los ingresos obtenidos por intereses después de<br />

impuestos, mantendría esta capacidad de compra intacta, incluso en un<br />

entorno con una inflación anual del 3%.<br />

La siguiente pregunta, por descontado, es la siguiente: «¿Puede estar<br />

el <strong>inversor</strong> razonablemente seguro de que va a conseguir mejores<br />

resultados comprando y conservando instrumentos que no sean<br />

calificaciones de la máxima categoría, incluso con el tipo de interés sin<br />

precedentes que se ofrecía en 1970-1971?». ¿No sería, por ejemplo, un<br />

programa compuesto íntegramente por acciones preferible a un programa<br />

que estuviese compuesto en parte por acciones y en parte por obligaciones?<br />

¿No ofrecen las acciones ordinarias una mejor protección intrínseca frente<br />

a la inflación, y no es prácticamente seguro que van a ofrecer una mejor<br />

rentabilidad a 1o largo de los años que la de las obligaciones? ¿No ha sido<br />

a la hora de la verdad mejor el tratamiento recibido por el <strong>inversor</strong> con las<br />

* Éste es uno de los infrecuentes errores de valoración de <strong>Graham</strong>. En 1973, justo dos años después de<br />

que el presidente Richard Nixon impusiese los controles salariales y de precios, la inflación alcanzó el<br />

8,7%, su nivel más elevado desde el final de la Segunda Guerra Mundial. La década que va desde 1973<br />

hasta 1982 fue la más inflacionaria de la historia moderna de Estados Unidos, puesto que el coste de la<br />

vida se multiplicó por más de dos.<br />

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