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El inversor inteligente - Benjamin Graham

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EL «MARGEN DE SEGURIDAD» COMO CONCEPTO CENTRAL DE LA...<br />

categoría más amplia es la de las acciones infravaloradas de empresas de<br />

segundo orden, cuya compra recomendamos cuando pueda realizarse a dos<br />

tercios o menos de su valor indicado. Junto a éstas, suele haber<br />

frecuentemente una amplia oferta de obligaciones empresariales de<br />

categoría intermedia y de acciones preferentes también de categoría<br />

intermedia que cotizan en unos niveles tan bajos que se pueden obtener<br />

también con un considerable descuento respecto de su valor aparente. En<br />

tales casos, el <strong>inversor</strong> medio estaría inclinado a calificar de especulativos a<br />

estos valores, porque a sus ojos la falta de una calificación de primera es<br />

sinónimo de la falta de categoría de inversión.<br />

Nosotros afirmamos que un precio suficientemente bajo puede hacer<br />

que un valor de categoría mediocre se convierta en una buena oportunidad<br />

de inversión, siempre y cuando el comprador esté informado y sea experto,<br />

y ponga en práctica una diversificación adecuada. La cuestión es que si el<br />

precio es suficientemente bajo como para crear un sustancial margen de<br />

seguridad, el valor cumplirá los requisitos para que lo consideremos como<br />

perteneciente a la categoría de inversión. Nuestro ejemplo favorito en<br />

apoyo de esta argumentación proviene del terreno de las obligaciones<br />

inmobiliarias. En la década de 1920, se vendieron miles de millones de<br />

dólares de estos instrumentos a la par, en un momento en el que eran<br />

recomendados como buenas inversiones. Una gran proporción de ellos<br />

tenían un margen de valor sobre la deuda tan reducido que en realidad su<br />

carácter era extraordinariamente especulativo. En la depresión de la década<br />

de 1930 una enorme cantidad de estos instrumentos incumplieron su<br />

obligación de pago de intereses y su cotización se vino abajo, en algunos<br />

casos por debajo de los 10 centavos por dólar. En ese momento, los mismos<br />

asesores que los habían recomendado cuando cotizaban a la par, afirmando<br />

que eran inversiones seguras, los rechazaban afirmando que se trataba de<br />

papel del tipo más especulativo y menos atractivo que cabía imaginar. Sin<br />

embargo, de hecho, la depreciación de aproximadamente el 90% hacía que<br />

muchos de estos valores fuesen extraordinariamente atractivos y<br />

razonablemente seguros, porque los verdaderos valores que había detrás de<br />

ellos eran cuatro o cinco veces superiores a la cotización de mercado. *<br />

* <strong>Graham</strong> está afirmando que no existen las acciones buenas ni las acciones malas; únicamente existen las<br />

acciones baratas y las acciones caras. Incluso las acciones de la mejor empresa se convierten en<br />

candidatas a la venta cuando su cotización sube demasiado, mientras que merece la pena comprar<br />

acciones de la peor empresa si su cotización baja lo suficiente.<br />

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