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El caso de Cristo

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210 EL CASO DE CRISTO<br />

En ese momento, para él se trataba simplemente <strong>de</strong> una posibilidad<br />

intelectual, sin embargo, sus implicaciones eran profundamente<br />

perturbadoras.<br />

-Me di cuenta <strong>de</strong> que si llegaba a aceptar a Jesús en mi vida,<br />

tendría que haber cambios importantes en la forma en que vivía<br />

-explicó-o Tendría que tratar con las drogas, con el sexo, etc.<br />

No entendía que Dios podía ayudarme a realizar esos cambios;<br />

pensaba que tenía que limpiar mi vida por mi cuenta.<br />

EPIFANÍA EN EL DESIERTO<br />

Lapi<strong>de</strong>s y unos amigos se dirigieron al <strong>de</strong>sierto Mojavo para una<br />

excursión. En lo espiritual se sentía en conflicto. Lo habían perturbado<br />

pesadillas en las que unos perros lo <strong>de</strong>spedazaban al tirar<br />

<strong>de</strong> él en direcciones opuestas. Sentado entre los matorrales <strong>de</strong>l<br />

<strong>de</strong>sierto, record6 las palabras que alguien le había dicho en Sunset<br />

Strip: «Estás <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Dios o <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> Satanás.»<br />

Creía en la personificación <strong>de</strong>l mal, y no quería estar <strong>de</strong> su<br />

parte. Entonces Lapi<strong>de</strong>s or6: «Dios, tengo que llegar al final <strong>de</strong><br />

esta lucha. Tengo que saber fuera <strong>de</strong> toda sombra <strong>de</strong> duda que<br />

Jesús es el Mesías. Necesito saber que tú, como Dios <strong>de</strong> Israel,<br />

quieres que lo crea.»<br />

Mientras me relataba la historia, Lapi<strong>de</strong>s titube6, inseguro <strong>de</strong><br />

cómo expresar con palabras lo que sucedió <strong>de</strong>spués. Pasaron unos<br />

momentos. Luego me dijo:<br />

-Lo mejor que puedo explicar <strong>de</strong> esa experiencia es que Dios<br />

habló a mi coraz6n objetivamente. Me convenci6 empíricamente<br />

<strong>de</strong> que él existe. Y en ese momento, allí en el <strong>de</strong>sierto, dije en mi<br />

coraz6n: "Dios, acepto a Jesús en mi vida. No entiendo lo que se<br />

supone que <strong>de</strong>bo hacer con él pero lo quiero. Prácticamente he<br />

hecho un <strong>de</strong>sastre <strong>de</strong> mi vida; necesito que me cambies."<br />

y Dios comenzó a hacerlo mediante un proceso que continúa<br />

hasta hoy.<br />

-Mis amigos sabían que mi vida había cambiado y no podían<br />

enten<strong>de</strong>rlo -coment6-. Solían <strong>de</strong>cir: "Algo te sucedi6 en el<br />

<strong>de</strong>sierto. Ya no quieres tomar drogas. Hay algo diferente en ti."<br />

»Y yo solía respon<strong>de</strong>r: "Bueno, no puedo explicar lo que<br />

sucedi6. Solo sé que hay alguien en mi vida, y se trata <strong>de</strong> alguien<br />

que es santo, que es justo, que es una fuente <strong>de</strong> pensamientos positivos<br />

acerca <strong>de</strong> la vida... y simplemente me siento completo."<br />

La prueba dactilar 211<br />

Esa última palabra, aparentemente lo <strong>de</strong>cía todo.<br />

-Completo -dijo con énfasis-, <strong>de</strong> una forma que jamás<br />

había experimentado.<br />

A pesar <strong>de</strong> los cambios positivos, estaba preocupado por c6mo<br />

darles la noticia a sus padres. Cuando por fin 10 hizo, la reacci6n<br />

fue variable.<br />

-Al principio estaban gozosos porque podían darse cuenta<br />

<strong>de</strong> que ya no <strong>de</strong>pendía <strong>de</strong> las drogas y emocionalmente parecía<br />

estar mejor -recordó-. Sin embargo, todo comenz6 a aclararse<br />

cuando entendieron la fuente <strong>de</strong> todos los cambios. Se sobresaltaron<br />

como diciendo: "¿Por qué tiene que ser Jesús? ¿Por qué<br />

no pue<strong>de</strong> ser otra causa?" No sabían qué hacer con esa i<strong>de</strong>a.<br />

Con un <strong>de</strong>jo <strong>de</strong> tristeza en la voz continu6:<br />

-Ah, no estoy seguro <strong>de</strong> que en verdad lo sepan.<br />

A través <strong>de</strong> una ca<strong>de</strong>na notable <strong>de</strong> circunstancias, la oración<br />

<strong>de</strong> Lapi<strong>de</strong>s por una esposa fue contestada cuando conoció a Débora,<br />

quien también era judía y seguidora <strong>de</strong> Jesús. Lo llev6 a su<br />

iglesia y result6 ser la misma que pastoreaba el ministro que había<br />

<strong>de</strong>safiado a Lapi<strong>de</strong>s a leer el Antiguo Testamento muchos meses<br />

antes en Sunset Strip.<br />

Lapi<strong>de</strong>s se rió.<br />

-Verá, [abrióla boca lleno <strong>de</strong> asombro cuando me vio entrar<br />

en la iglesia!<br />

La congregaci6n estaba llena <strong>de</strong> ex motociclistas, ex hippies<br />

y ex adictos <strong>de</strong>l área <strong>de</strong> Sunset Strip, junto con salpicaduras <strong>de</strong><br />

sureños trasplantados. Para un joven judío <strong>de</strong> Newark que tenía<br />

miedo relacionarse con gente diferente a causa <strong>de</strong>l antisemitismo<br />

que temía encontrar, fue sanador po<strong>de</strong>r llamar a una multitud tan<br />

diversa «hermanos y hermanas».<br />

Lapi<strong>de</strong>s y Deborah se casaron al año <strong>de</strong> conocerse. Des<strong>de</strong><br />

entonces ella ha dado a luz a dos hijos. Y juntos dieron a luz Beth<br />

Ariel Fellowship, una congregaci6n hogar para judíos y gentiles<br />

que también encuentran plenitud en <strong>Cristo</strong>.<br />

RESPONDER A LAS OBJECIONES<br />

Lapi<strong>de</strong>s termin6 su relato y se acomodo en la silla. Dejé que se<br />

prolongara el momento. <strong>El</strong> santuario estaba quieto; el vitral brillaba<br />

en rojo, azul y amarillo bajo el sol <strong>de</strong> California. Permanecí<br />

sentado meditando en el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la historia una persona que

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