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El caso de Cristo

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238 EL CASO DE CRISTO<br />

Se trata <strong>de</strong> que Jesús todavía está vivo, incluso hoy día, <strong>de</strong>spués<br />

<strong>de</strong> sucumbir públicamente a los horrores <strong>de</strong> la crucifixión que se<br />

<strong>de</strong>scribieron en forma tan gráfica en el capítulo prece<strong>de</strong>nte.<br />

La tumba vacía, como símbolo perdurable <strong>de</strong> la resurrección,<br />

es el máximo exponente <strong>de</strong> la afirmación por parte <strong>de</strong> Jesús <strong>de</strong><br />

que era Dios. <strong>El</strong> apóstol Pablo dijo en 1 Corintios 15:17 que la<br />

resurrección es precisamente la pieza clave <strong>de</strong> la fe cristiana: «Y<br />

si <strong>Cristo</strong> no ha resucitado, la fe <strong>de</strong> uste<strong>de</strong>s es ilusoria y todavía<br />

están en sus pecados.»<br />

<strong>El</strong> teólogo Gerald O'Collins lo expresó <strong>de</strong> la siguiente manera:<br />

«En un sentido profundo, el cristianismo sin la resurrección<br />

no es simplemente el cristianismo sin el último capítulo. Ni<br />

siquiera es cristianisrno.» 1<br />

La resurrección es la vindicación suprema <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad divina<br />

<strong>de</strong> Jesús y <strong>de</strong> su enseñanza inspirada. Es la prueba <strong>de</strong> su<br />

triunfo sobre el pecado y la muerte. Es la prefiguración <strong>de</strong> la resurrección<br />

<strong>de</strong> sus seguidores. Es la base <strong>de</strong> la esperanza cristiana.<br />

Es el milagro <strong>de</strong> los milagros.<br />

Si es verdad. Los escépticos afirman que lo que sucedi6 con<br />

el cuerpo <strong>de</strong> Jesús es un misterio similar a la <strong>de</strong>saparición <strong>de</strong><br />

Helen Brach: no hay evi<strong>de</strong>ncia suficiente, dicen, para llegar a una<br />

conclusión firme.<br />

Sin embargo otros aseveran que ese <strong>caso</strong> está cerrado efectivamente<br />

porque hay pruebas concluyentes <strong>de</strong> que la tumba estaba<br />

vacía esa primera mañana <strong>de</strong> Pascua. Y si uno quiere que alguien<br />

presente el <strong>caso</strong> en forma precisa, la mejor opción es visitar a<br />

William Lane Craig, ampliamente reconocido como uno <strong>de</strong> los<br />

principales expertos en la resurrección en el ámbito mundial.<br />

LA UNDÉCIMAENTREVISTA: DR. WILLIAM LANE<br />

CRAIG<br />

Tuve una perspectiva poco usual la primera vez que vi a Bill Craig<br />

en acción: estaba sentado <strong>de</strong>trás <strong>de</strong> él mientras él <strong>de</strong>fendía el cristianismo<br />

ante una multitud <strong>de</strong> unas ocho mil personas, con innumerables<br />

oyentes más que lo seguían a través <strong>de</strong> más <strong>de</strong> cien<br />

emisoras <strong>de</strong> radio en todo el país.<br />

Como mo<strong>de</strong>rador <strong>de</strong> un <strong>de</strong>bate entre Craig y un ateo seleccionado<br />

por el vocero nacional <strong>de</strong> American Atheists, Inc. [Ateos<br />

Estadouni<strong>de</strong>nses & Cía.], me maravillaba ante la forma cortés pero<br />

La prueba <strong>de</strong>l cuerpo <strong>de</strong>saparecido 239<br />

po<strong>de</strong>rosa en la que Craig construía el <strong>caso</strong> a favor <strong>de</strong>l cristianismo<br />

mientras que simultáneamente <strong>de</strong>smantelaba los argumentos a<br />

favor <strong>de</strong>l ateísmo. Des<strong>de</strong> mi punto <strong>de</strong> vista, podía observar los rostros<br />

<strong>de</strong> la gente mientras <strong>de</strong>scubrían (muchos, por primera vez)<br />

que el cristianismo pue<strong>de</strong> soportar un análisis racional y un minucioso<br />

escrutinio.<br />

Al final no hubo dudas. De aquellos que esa noche habían<br />

entrado al auditorio como ateos confesos, agnósticos o escépticos,<br />

un sorpren<strong>de</strong>nte 82% salió con la conclusión <strong>de</strong> que el <strong>caso</strong> a<br />

favor <strong>de</strong>l cristianismo había sido el más imponente. Cuarenta y<br />

siete personas entraron como no creyentes y salieron como cristianos:<br />

los argumentos <strong>de</strong> Craig a favor <strong>de</strong> la fe fueron así <strong>de</strong> persuasivos,<br />

especialmente cuando se les compara con la escasez <strong>de</strong><br />

evi<strong>de</strong>ncia a favor <strong>de</strong>l ateísmo. Por cierto, nadie se convirtió en<br />

ateo. 2<br />

Por lo tanto, cuando volé a Atlanta para entrevistarlo para este<br />

libro, estaba ansioso por ver cómo respon<strong>de</strong>ría a los <strong>de</strong>safíos en<br />

cuanto a la tumba vacía <strong>de</strong> Jesús.<br />

No había cambiado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la última vez que lo vi unos años<br />

atrás. Con su barba negra corta, rasgos angulares y mirada cautivante,<br />

Craig aun tiene la apariencia <strong>de</strong> un erudito serio. Habla con<br />

oraciones lógicas, nunca pier<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a, siempre elabora una<br />

respuesta en forma metódica, punto por punto, hecho por hecho.<br />

Sin embargo, no es un teólogo seco. Craig posee un entusiasmo<br />

refrescante por su trabajo. Sus ojos azul pálido bailan mientras<br />

entreteje proposiciones y teorías elaboradas; puntualiza sus oraciones<br />

con gestos <strong>de</strong> la mano que indican comprensión y acuerdo;<br />

su voz modula <strong>de</strong>s<strong>de</strong> casi aturdimiento por algún punto teológico<br />

arcano que le parece fascinante hasta la sinceridad sosegada<br />

mientras reflexiona en por qué algunos eruditos se resisten a la<br />

evi<strong>de</strong>ncia que él encuentra tan convincente.<br />

En breve, su mente está completamente comprometida pero<br />

su corazón también. Cuando habla <strong>de</strong> los escépticos con los que<br />

ha <strong>de</strong>batido no lo hace con un tono presuntuoso o <strong>de</strong> contienda. Se<br />

<strong>de</strong>svive por mencionar sus cualida<strong>de</strong>s que los hacen apreciados<br />

cuando pue<strong>de</strong>: este fue un orador maravilloso, aquel fue encantador<br />

durante la cena.<br />

En las sutilezas <strong>de</strong> nuestra conversación, percibí que él no se<br />

<strong>de</strong>dica a golpear a sus oponentes con sus argumentos; busca con

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