josé da silva carvalho - DSpace CEU

para el bien del país, solo traté de atender á las necesidades del servicio,
dejando para después el conformar los resultados con las fórmulas.
Cuando había necesidad de dinero, era menester buscarlo. Un agente
ordinario hubiera dicho—-«no lo tengo»: pero yo no soy ni seré nunca
para Portugal un agente ordinario, mientras sus ministros me merezcan
la confianza que los que entonces gobernaban. Entonces se pedia
prestado, se cambiaba, se vendía, se hacia una multitud de operaciones
rápidas, que és más fácil comprender que explicar. Para regularizar
estas, és preciso buena* fé y mutua inteligencia, y esta no
podia establecerse con el sr. Campos. V. sabe que los sacrificios
que traen consigo operaciones hechas asi nunca los he reclamado: nú
sola mira ha sido el traerlas á una posición oficial, lo cual por lo que
respecta á los fondos citados puede hacerse ahora si nos ponemos
acordes en cuanto al modo.
Réstame decir que después que dejé de enviar las cuentas, he
hecho pagos que hay que tener presentes; subirán á unas 800 libras y
además las 25.000 libras de las letras que recogí al fin por complacer á
Mendizabal que creyó deber intervenir.
2. a
—«¿En qué sentido ha trabajado la comisión que Campos creó,
y qué parte ha tenido el cónsul F. I. V. 4
?
Nada puedo decir sobre esto, pues habiéndome mantenido distante,
y limitádome á dar informes cuando se me han pedido, nada he sabido
que no sea indirectamente y de un modo que no puedo llamar sino
un on dit.
3. a
«¿—Cuales son mis miras con respecto á los negocios futuros del
Tesoro en esta plaza?»
Grandísimo és el concepto público de que goza aqui el presente
Ministro de Hacienda en particular y todos sus colegas en general.
Esta circunstancia puede facilitar mucho las operaciones futuras. Solo
veo un obstáculo que Be opondrá á que el crédito y medios estubiesen
en la misma prosperidad que estaban: y és que lo que ha pasado ha
hecho aprender á las gentes que, en medio de la mayor prosperidad
y esperanzas, un rasgo de pluma, destruyendo un ministerio, destruye
también los cimientos de la confianza. Esta idea dé poca estabilidad
es dañosa con extremo. Habiéndose hoy recibido las cartas y teniendo
que contestarlas hoy mismo, no tengo tiempo para formar juicio de
hasta que punto puede contrarrestarse; además, las primeras disposiciones
ministeriales pueden influir mucho en pro ó en contra, sobre
todo, para lo primero, si se descubre en ellas una inclinación amistosa
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Francisco Ignacio Van-Zeller.