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ORLANDO SÁENZ
Todos estos llamados internacionales a un mayor compromiso ambiental de las universidades
vienen siendo respondidos positivamente por muchas instituciones de educación superior de las
más diversas regiones del mundo. No contamos con un registro o inventarios de las universidades
que adelantan esfuerzos significativos para mejorar su desempeño ambiental, pero las experiencias
que se presentan en el IV Seminario Internacional Universidad y Ambiente, y que se analizan
en este artículo, constituyen una muy buena muestra de la forma en que las universidades asumen
su responsabilidad social, específicamente en el ámbito de la Gestión Ambiental Institucional
y el Ordenamiento de sus Campus.
2.Conceptos básicos de la Gestión Ambiental Universitaria
Para analizar distintos casos de Gestión Ambiental Institucional en las universidades, conviene
precisar lo que entendemos por Gestión Ambiental en general. Una vez definido este concepto,
podremos evaluar las experiencias presentadas en este seminario, determinar en qué medida se
ajustan a la definición adoptada y aprender las lecciones correspondientes.
La literatura sobre Gestión Ambiental es cada vez más amplia y con ella crece también el número
de definiciones disponible. Con el fin de no extendernos demasiado, tendremos en cuenta sólo
unas pocas de ellas, que consideramos las más pertinentes y útiles para este análisis. Como se
podrá apreciar en lo que sigue, estas definiciones se mueven entre un nivel relativamente simple,
que facilita su entendimiento para cualquier persona interesada en el tema, y niveles bastante
más complejos, con conceptos comprensibles sólo para expertos en las áreas de conocimiento
especializadas desde las que se formulan.
Una primera definición de Gestión Ambiental es la que proponen Rodríguez y Espinoza en un estudio
comparado sobre la “Gestión Ambiental en América Latina y el Caribe”. De manera muy sencilla,
entienden por Gestión Ambiental el “conjunto de acciones emprendidas por la sociedad, o parte de
ella, con el fin de proteger el medio ambiente”. (Rodríguez y Espinoza, 2002: 7) También ofrecen una
definición más elaborada al plantear que “en su concepción más amplia, la Gestión Ambiental es un
proceso permanente y de aproximaciones sucesivas, en el cual diversos actores públicos y privados
y de la sociedad civil desarrollan un conjunto de esfuerzos específicos con el propósito de preservar,
restaurar, conservar y utilizar de manera sustentable el medio ambiente”. (Ibíd)
Concepciones igualmente simples y elaboradas de la Gestión Ambiental encontramos en Leonel
Vega. En una parte de su libro presenta la gestión medioambiental como “la tarea de conservar,
mejorar y, en general, proteger el medio ambiente en todas sus dimensiones”. (Vega, 1999: 1) En
otra, con la pretensión mucho más teórica de asumirla en tanto objeto de estudio científico, se
apoya en la Norma ISO 14001:2004 para definirla como “el conjunto de elementos de la función
general de la gestión que determinan y aplican una política medioambiental”. (Ibíd: xv)
Por su parte, Roberto Fernández, al proponer una Teoría de la Gestión Ambiental Urbana, define la
Gestión Ambiental como “el conjunto de acciones de manejo para la solución de problemas ambientales”.
(Fernández, 1996:V1-32) En el mismo sentido, considera la Gestión Ambiental como
“unas prácticas ligadas a la actuación en la solución de problemas” o, más precisamente, a la
“actuación de reconocimiento y solución de problemas ambientales”. (Fernández, 2000: 5) Al
respecto, explica que su “concepto de gestión” se apoya en “la llamada sociología de la acción,
que enlaza la aportaciones de Weber con las de Luhmann y Habermas (…) para dar cuenta de la
naturaleza empírica del conjunto de actos o acciones que definen el campo global de la gestión y,
particularmente, el de la Gestión Ambiental”. (Ibíd: 14)
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IV SEMINARIO INTERNACIONAL UNIVERSIDAD Y AMBIENTE