MEMORIAS 2007 21-10-07 .indd - Observatorio Ambiental de ...

JAVIER BENAYAS DEL ÁLAMO Y DAVID ALBA HIDALGO
Más allá de la propia oferta docente con contenidos ambientales de la universidad, las actividades
extracurriculares desempeñan un papel significativo en el desarrollo de la personalidad del
universitario. Estas actividades han permitido conectar a la universidad y a los estudiantes de
forma directa con los problemas (y sus soluciones) de actualidad ambiental. En los últimos años,
la densidad de materias de los nuevos planes de estudio y la competitividad por obtener buenos
expedientes académicos para tener opciones para conseguir un puesto de trabajo satisfactorio,
han impedido considerablemente la posibilidad de realización de este tipo de actividades extracurriculares,
por lo que se deben buscar nuevos formatos, que hagan llegar a todos los miembros de
la comunidad universitaria una mínima educación ambiental.
A medio camino entre la conciencia y la acción ambiental, nos debemos preocupar de dar participación
a los distintos intereses existentes entre la comunidad universitaria sobre los temas y
acciones que afectan al medio ambiente del entorno universitario. Es necesario, por tanto, integrar
la sostenibilidad, no sólo en el gobierno de la universidad, como veíamos más arriba creando los
cargos de vicerrector o delegado del rector para calidad ambiental, también en los distintos órganos
de participación de la comunidad universitaria en la toma de decisiones compartida. Crear
comisiones de medio ambiente, de calidad ambiental, vinculadas a los consejos de gobierno o
juntas de centro, dotándoles de capacidad de decisión, más allá del simple debate, es el formato
más convencional.
Como último escalafón, quizá el más extremo, pues se trata de tomar parte activa de la mejora
ambiental, estarían las posibilidades de intervención directa sobre el medio, gracias a programas
de voluntariado ambiental, en auge en muchas universidades españolas, pero también en procesos
de gestión compartida de aspectos ambientales, como se están desarrollando en algunos casos,
la concesión de servicios como la recogida selectiva de determinados residuos o la jardinería
a empresas de economía social o, incluso, asociaciones.
5. El caso de la Universidad Autónoma de Madrid
Partiendo de los planteamientos descritos en los apartados anteriores, el modelo de intervención
ambiental adoptado por la Universidad Autónoma de Madrid en los últimos años a través de su
Proyecto Ecocampus, se ha centrado tanto en aplicar un modelo de gestión ambiental, como en
favorecer y potenciar la participación e implicación de la comunidad universitaria en esta gestión.
Ambas dimensiones se encuentran estrechamente relacionadas y difícilmente se puede plantear
una buena educación ambiental en la universidad si no se ve reforzada por una correcta gestión
de los aspectos ambientales. Por otra parte, difícilmente funcionará una gestión ambiental sostenible
de la universidad si solamente la ejecutan los técnicos y no se fomenta la participación
activa de toda la comunidad universitaria. Por eso, el Proyecto Ecocampus de la UAM ha tenido
como referente el potenciar y complementar actuaciones en estos dos ejes del modelo. Así, se ha
planteado la aplicación de medidas técnicas efectivas de gestión ambiental con amplias campañas
de sensibilización a fin de implicar a la población universitaria en estas acciones.
Las actuaciones realizadas desde que en 1992 se creara la Comisión de Medio Ambiente, y en
1997 se firmara la Carta de Compromiso Ambiental de la UAM con la Agenda 21 y se creara la
Oficina Ecocampus, se pueden agrupar en tres apartados: la gestión sostenible de campus, la
educación ambiental formal y la no formal.
Las actuaciones técnicas en el ámbito de la gestión sostenible de campus son las siguientes:
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IV SEMINARIO INTERNACIONAL UNIVERSIDAD Y AMBIENTE