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ORLANDO SÁENZ
otras recomendaciones, invitaba a estas autoridades a “llevar a cabo un proceso de consulta con
sus respectivas poblaciones” para elaborar su propia “Agenda 21 Local”.
Esta concepción de las “Agendas 21 Locales” no es exclusiva de Colombia; de hecho, forma parte
de un amplio movimiento internacional que tuvo su mayor impulso a mediados de la década de los
noventa. Una de las organizaciones líderes de este movimiento ha sido el Consejo Internacional
para las Iniciativas Ambientales Locales –ICLEI, que elaboró precisamente un “Manual de Planificación
para la Agenda 21 Local”. En la presentación de este manual, sus autores indicaban que en
1996, “cientos de gobiernos locales” estaban comprometidos con las iniciativas de planificación
de la Agenda 21 Local”. Para indicar la importancia de este movimiento, informaban que “existen
en la actualidad campañas nacionales para la Agenda 21 Local en Brasil, Colombia, Finlandia,
Suecia, Dinamarca, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, China, Japón, Australia y Nueva Zelanda”.
(ICLEI-UNEP, 1996: 4)
La campaña nacional en Colombia para promover las Agendas Locales 21 fue liderada por el Ministerio
del Medio Ambiente, que publicó numerosos documentos, guías y cartillas para orientar
a las autoridades de los municipios del país en la elaboración de estos instrumentos de planificación
de la gestión ambiental local. De hecho, se desarrolló todo un “Programa de Asistencia
Técnica y Capacitación para la Aplicación de la Agenda 21 en Colombia”, que fue ejecutado por la
Federación Colombiana de Municipios con asistencia técnica del ICLEI . (Minambiente, 1999)
Básicamente, las Agendas Locales 21 consisten en ejercicios de planificación participativa de la
Gestión Ambiental en ámbitos territoriales de escala local, tales como municipios, ciudades, localidades,
comunas o zonas urbanas de mediana extensión. Por lo tanto, se desarrollan a través de
un proceso que sigue prácticamente las mismas fases de todo proceso de planificación. En el manual
del ICLEI-UNEP y en las cartillas del Minambiente, a estas fases se las denomina “elementos
de planificación”, de los cuales identifican los siguientes cinco: “Asociaciones, Análisis de temas
a nivel de comunidad, Planificación para la acción, Implementación y seguimiento, Evaluación y
retroalimentación”. (ICLEI-UNEP, 1996: 8)
En la práctica, las Agendas Locales 21 se han reducido principalmente a dos de estos elementos,
más conocidos como “Perfil Ambiental Local” y “Plan de Acción Ambiental Local –PAAL–”. El Perfil
“permite identificar los aspectos positivos que presenta la localidad y también las dificultades y
problemas ambientales”; por su parte, el PAAL “determina el conjunto de estrategias, programas
y proyectos que (…) se encaminan hacia la ejecución de obras y servicios que buscan modificar
las condiciones ambientales de la localidad o la ciudad”. (MINAMBIENTE – CIDER, 1999: 145 y
155) Estos “elementos” corresponden a las fases clásicas de diagnóstico y planificación, pero su
característica distintiva esencial es que son realizados casi exclusivamente con base en procesos
participativos de consulta y concertación con las comunidades y ciudadanos.
Este modelo de Agenda Local 21 ha sido adoptado y adaptado por algunas universidades como la
estrategia de organización de sus acciones de Gestión Ambiental Institucional. Como se señala en
la Guía de la UGR-OIUDSMA, “este modelo ha tenido especial acogida en aquellas universidades
que se organizan en un único campus”. (2007: 23)
Entre las experiencias que se presentan en el seminario, el caso más representativo de esta estrategia
de organización de la Gestión Ambiental Universitaria, tomando como modelo las Agendas
21 Locales, es el de la Universidad Autónoma de Barcelona, que tiene un campus con una extensión
de 262 hectáreas. “La UAB inició, en 1999, el proceso de elaboración de la Agenda 21 Local
(A21L) siguiendo la metodología aplicada en el ámbito municipal, pero considerando las particula-
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IV SEMINARIO INTERNACIONAL UNIVERSIDAD Y AMBIENTE