MEMORIAS 2007 21-10-07 .indd - Observatorio Ambiental de ...

ORLANDO SÁENZ
Entre los manifiestos con los que universidades de todas las regiones del mundo se comprometen
a adelantar acciones ambientales, comenzando por la formulación de una política institucional
en esta materia, se encuentra la Carta Copernicus. Como ya se ha visto, el primer punto de sus
“Principios de acción” es precisamente el “Compromiso institucional”. Según este principio, “las
universidades deben demostrar un verdadero compromiso con la práctica de la protección ambiental
y el desarrollo sostenible en el medio académico”. (Copernicus-Campus, 1993)
Esta misma recomendación se hace a las universidades de todo el mundo en la Declaración de
Kyoto sobre el Desarrollo Sostenible. Como ya se indicó, en esta declaración, la Asociación Internacional
de Universidades sugiere que cada universidad formule su propio Plan de acción y que
su primera acción debe ser la expresión pública de su “compromiso institucional con el principio
y la práctica del desarrollo sostenible en el medio académico y comunicar este compromiso a sus
estudiantes, sus empleados y al público en general”. (IAU, 1993)
En coincidencia con estas orientaciones, la gran mayoría de las universidades cuyas experiencias
se presentan en este seminario, ya han formulado su Política Ambiental Institucional o están en
proceso de adoptarla formalmente. Sólo en dos casos no reporta la ponencia que se cuente con
un documento de política explícita que oriente sus acciones de Gestión Ambiental Institucional. Lo
más probable es que, dado el alto grado de institucionalización que ya tiene la Gestión Ambiental
en ellas, la política ambiental de estas universidades sí exista bajo alguna forma no comentada.
Sin embargo, en la práctica muchas organizaciones, y específicamente las instituciones de educación
superior, desarrollan importantes acciones de Gestión Ambiental sin contar con una política
ambiental explícita que las oriente. Esta circunstancia no corresponde a lo indicado por las guías,
manuales y normas técnicas en materia de Gestión Ambiental, pero es también la más común en
la vida cotidiana de las universidades actualmente.
La situación más frecuente es que, aunque efectivamente cuentan con proyectos y programas de
Gestión Ambiental Institucional, las instituciones de educación superior aún no han firmado un documento
formal que exprese su compromiso ambiental con los principios de la protección del ambiente
y el desarrollo sostenible. Un buen ejemplo de esto, entre los casos presentados en las ponencias,
podría ser el de la Universidad Autónoma de Morelos con su Programa de Gestión Ambiental Universitario.
Según reportan sus autores, “el Progau busca impulsar una política ambiental de cuidado
y preservación del entorno universitario”, pero no informan con claridad si la UAEM cuenta con un
documento de Política Ambiental Institucional, específicamente identificado como tal.
Seguramente muchas de las universidades representadas en el seminario se encuentran en condiciones
similares. Es muy probable que un buen número de ellas adelanten actividades de manejo
de algunos de sus aspectos ambientales, sin que hasta el momento hayan formulado una
declaración pública de su política ambiental institucional.
Otro hecho del que dan cuenta los casos presentados en las ponencias es que no siempre la expresión
oficial del compromiso ambiental de las instituciones de educación superior asume la forma
específica de una Política Ambiental. En la tabla 1 se puede observar que la mayor parte de las
universidades reportadas tienen una Política Ambiental Institucional explícita pero, en algunas de
ellas, se la denomina de diferentes maneras y asume la forma de documentos de distinto tipo.
En el caso de la Universidad Autónoma de Madrid, su documento de política ambiental se llama
“Carta de Compromiso Ambiental”, y para la Universidad Autónoma de San Luís Potosí es su
“Agenda Ambiental”. En la Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales, su compromiso am-
242
IV SEMINARIO INTERNACIONAL UNIVERSIDAD Y AMBIENTE