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Historia de la estupidez humana - Paul Tabori - www.moreliain.com

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<strong>Historia</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> estupi<strong>de</strong>z <strong>humana</strong> don<strong>de</strong> los libros son gratis<br />

1552. El primer intento serio <strong>de</strong> los españoles, dirigido por Don<br />

Pedro <strong>de</strong> Ursúa, un noble <strong>de</strong> Navarra. Con el fin <strong>de</strong> intimidar a <strong>la</strong>s<br />

tribus salvajes, invitó a los jefes a una <strong>com</strong>ida, y allí los asesinó a todos.<br />

El lugarteniente <strong>de</strong> Ursúa, Pedro Ramiro, fue asesinado por dos<br />

oficiales durante una disputa. Ursúa mandó <strong>de</strong>capitar a los dos oficiales.<br />

1560. Segunda expedición <strong>de</strong> Ursúa. Su nuevo lugarteniente,<br />

Aguirre, organizó una conspiración contra Ursúa, y éste fue asesinado<br />

por sus propios soldados.<br />

1561. Bajo <strong>la</strong> dirección <strong>de</strong> Aguirre, <strong>la</strong> expedición se convirtió en<br />

banda <strong>de</strong> <strong>de</strong>lincuentes que saqueaban y asesinaban. Sin embargo, a<br />

veces andaban tan escasos <strong>de</strong> alimentos que se veían obligados a contar<br />

los granos <strong>de</strong> cereal con que se alimentaban. Por or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> Aguirre,<br />

Martín Pérez asesinó a Sancho Pizarro, <strong>de</strong> cuya lealtad Aguirre sospechaba.<br />

Luego vino el turno <strong>de</strong> Pérez, también asesinado. Un lugarteniente<br />

<strong>de</strong> Aguirre, Antonio L<strong>la</strong>mosa, bebió <strong>la</strong> sangre <strong>de</strong> Pérez para<br />

<strong>de</strong>mostrar su lealtad. Aguirre, que evi<strong>de</strong>ntemente era un maníaco sadista,<br />

hizo ejecutar a más <strong>de</strong> sesenta personas con los más fútiles pretextos.<br />

En cinco meses <strong>de</strong> actividad saqueó cuatro ciuda<strong>de</strong>s y diezmó a<br />

sus propios españoles... entre ellos a tres sacerdotes y cinco mujeres.<br />

Las tropas enviadas para capturarlo ro<strong>de</strong>aron el campamento, y los<br />

hombres <strong>de</strong> Aguirre <strong>de</strong>sertaron. Cuando <strong>com</strong>prendió que no había<br />

modo <strong>de</strong> huir mató a puña<strong>la</strong>das a su propia hija. Fue atrapado y muerto.<br />

Su leal <strong>com</strong>pañero, L<strong>la</strong>mosa, el bebedor <strong>de</strong> sangre, fue ahorcado<br />

junto con otros cómplices.<br />

1595-1618. Varias expediciones emprendidas por Sir Walter Raleigh.<br />

Con sus propios recursos equipó naves, y gastó más <strong>de</strong> 40.000<br />

libras en <strong>la</strong> fútil búsqueda. Su prisión y eventualmente su ejecución se<br />

<strong>de</strong>bieron indirectamente a esa enloquecedora búsqueda <strong>de</strong> Eldorado.<br />

Ríos <strong>de</strong> sangre... y todo por un sueño que ni siquiera era eso.<br />

“Eldorado” fue sólo el más notable ejemplo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s innumerables<br />

leyendas nacidas en torno <strong>de</strong>l oro y <strong>de</strong> sus <strong>de</strong>sequilibrados y absurdos<br />

perseguidores. Se buscaba oro por doquier: en <strong>la</strong>s montañas, en el<br />

<strong>de</strong>sierto, en <strong>la</strong> selva... y aun bajo el mar. ¡Piénsese en el dinero y <strong>la</strong>s<br />

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