28.10.2014 Views

Políticas Indígenas Estatales en los Andes y ... - Cholonautas

Políticas Indígenas Estatales en los Andes y ... - Cholonautas

Políticas Indígenas Estatales en los Andes y ... - Cholonautas

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

178 Políticas indíg<strong>en</strong>as estatales <strong>en</strong> <strong>los</strong> <strong>Andes</strong> y Mesoamérica<br />

Perú: Población indíg<strong>en</strong>a y políticas públicas <strong>en</strong> el Perú 179<br />

inconexos que no conforman una política coher<strong>en</strong>te y explícita, con<br />

objetivos y metas definidos.<br />

Lo primero que puedo decir después de haber escuchado las<br />

exposiciones de ayer es la notoria similitud, <strong>en</strong> <strong>los</strong> países de América<br />

Latina, respecto a la her<strong>en</strong>cia que las diversas repúblicas tomaron, a<br />

partir de una matriz colonial, respecto a la relación <strong>en</strong>tre el Estado y<br />

las poblaciones indíg<strong>en</strong>as. Se constata con claridad esta her<strong>en</strong>cia colonial<br />

que <strong>en</strong> el Perú ti<strong>en</strong>e sus particularidades, pero que desde<br />

México hasta Bolivia repite <strong>los</strong> mismos esquemas alejando al Estado<br />

de las poblaciones indíg<strong>en</strong>as, int<strong>en</strong>tando hacer políticas y acercándose<br />

o alejándose de acuerdo a las coyunturas históricas, pero siempre<br />

sobre la base de esta matriz colonial por la cual la población indíg<strong>en</strong>a<br />

es excluida, marginada y puesta a un costado al diseñar las grandes<br />

políticas de <strong>los</strong> Estados desde su surgimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> el siglo XIX.<br />

En el Perú es preciso remontarse al gobierno de Leguía, qui<strong>en</strong><br />

se autodesignó, <strong>en</strong> la década de 1920, oficialm<strong>en</strong>te como el gran<br />

def<strong>en</strong>sor de la población indíg<strong>en</strong>a. Como <strong>en</strong> otros Estados, <strong>en</strong> un largo<br />

periodo de 70 años, a lo largo del siglo XX, desde 1920 hasta 1990,<br />

se puede afirmar que el Estado peruano promulgó una legislación<br />

que reconocía parcialm<strong>en</strong>te <strong>los</strong> derechos de las comunidades indíg<strong>en</strong>as,<br />

y las leyes aprobadas protegían sobre todo el territorio de<br />

estas comunidades, luego de un largo ciclo de expansión de <strong>los</strong> territorios<br />

de haci<strong>en</strong>da, precisam<strong>en</strong>te a costa de <strong>los</strong> espacios comunales.<br />

La protección de comunidades a lo largo del siglo XX corre <strong>en</strong>tonces<br />

de manera paralela con el debilitami<strong>en</strong>to de las haci<strong>en</strong>das <strong>en</strong> las<br />

zonas de población indíg<strong>en</strong>as. Sabemos bi<strong>en</strong> que las haci<strong>en</strong>das de<br />

la sierra <strong>en</strong> el Perú se formaron <strong>en</strong> la República, no <strong>en</strong> la colonia, por<br />

<strong>en</strong>de son her<strong>en</strong>cia del siglo XIX, como lo pued<strong>en</strong> afirmar <strong>los</strong> compañeros<br />

puneños. En la década de 1920, cuando las haci<strong>en</strong>das serranas<br />

ap<strong>en</strong>as comi<strong>en</strong>zan a insinuar su crisis, es que se afirma el proyecto<br />

del onc<strong>en</strong>io leguiísta (1919-1930), que pret<strong>en</strong>día captar a la<br />

población indíg<strong>en</strong>a como sust<strong>en</strong>to social para su propuesta modernizadora,<br />

protegi<strong>en</strong>do las tierras de las comunidades a la vez que<br />

instaurando la Ley de Conscripción Vial para t<strong>en</strong>er trabajo gratuito<br />

para obras públicas, sobre todo caminos.<br />

Leguía realizó reformas como la creación de la Sección de<br />

Asuntos Indíg<strong>en</strong>as del Ministerio de Fom<strong>en</strong>to <strong>en</strong> 1921 y el Patronato<br />

de la Raza Indíg<strong>en</strong>a <strong>en</strong> 1922. Hasta <strong>en</strong>tonces, el discurso oficial había<br />

sido excluy<strong>en</strong>te; por lo tanto, el segundo gobierno de Leguía repres<strong>en</strong>ta<br />

un quiebre importante fr<strong>en</strong>te a lo que se conoce como la<br />

República Aristocrática; desde allí <strong>en</strong> adelante se sucederán propuestas<br />

de políticas públicas vinculadas a populismos, que tratarán de<br />

acercarse a la población indíg<strong>en</strong>a protegiéndola. El ejemplo de Leguía<br />

tratará, con variantes, de ser imitado.<br />

La Constitución de 1920 dice explícitam<strong>en</strong>te que: “El Estado<br />

protegerá a la raza indíg<strong>en</strong>a y dictará leyes especiales para su desarrollo<br />

y cultura <strong>en</strong> armonía con sus necesidades. La nación reconoce<br />

la exist<strong>en</strong>cia legal de las comunidades de indíg<strong>en</strong>as y la ley declarará<br />

<strong>los</strong> derechos que les correspondan” (Art. 58). Esto que la Constitución<br />

afirmaba <strong>en</strong> 1920 lo podríamos suscribir ahora mismo, <strong>en</strong> el año<br />

2006, si se aprobara una nueva Constitución, aunque ahora diríamos<br />

“protegerá a <strong>los</strong> pueb<strong>los</strong> originarios y dará leyes especiales para su<br />

desarrollo y cultura <strong>en</strong> armonía con sus necesidades”, reemplazando<br />

así la palabra “raza indíg<strong>en</strong>a” por la de “pueb<strong>los</strong> originarios”.<br />

En 1920, <strong>en</strong>tonces, recién se reconoce la comunidad indíg<strong>en</strong>a<br />

como una institución jurídicam<strong>en</strong>te válida a la cual el Estado le debe<br />

protección, específicam<strong>en</strong>te a sus tierras, que no pued<strong>en</strong> <strong>en</strong> adelante<br />

embargar, v<strong>en</strong>der ni expropiar; es decir, lo que se conoce <strong>en</strong> la jerga<br />

legal como “las tres íes”: inembargables, inali<strong>en</strong>ables e inexpropiables.<br />

Estos principios han durado hasta el neoliberalismo de Fujimori,<br />

pero hasta ahora se reivindican las “tres íes” <strong>en</strong> algunas propuestas<br />

surgidas <strong>en</strong> la discusión <strong>en</strong> el Congreso de una nueva Ley<br />

de Comunidades Campesinas. Pero <strong>en</strong> la continuidad de más de<br />

medio siglo de esta protección de las tierras comunales, debemos<br />

consignar un cambio importante, o como se ha m<strong>en</strong>cionado <strong>en</strong> una<br />

pon<strong>en</strong>cia anterior, un parte aguas con el cual finaliza un periodo y<br />

comi<strong>en</strong>za otro; nos referimos a la reforma agraria impulsada por el<br />

gobierno militar de Juan Velasco <strong>en</strong> la década de 1970.<br />

Pero nos referimos a la reforma agraria no sólo <strong>en</strong> términos de<br />

readjudicar la tierra (recordando que la reforma agraria mantuvo la<br />

gran propiedad <strong>en</strong> algunas regiones, como es el caso de Puno con<br />

las empresas ganaderas, o la costa norte con las empresas azucareras)<br />

sino <strong>en</strong> lo que, desde mi punto de vista, repres<strong>en</strong>tó el mayor impacto<br />

simbólico <strong>en</strong> las concepciones ciudadanas, cuando aún <strong>en</strong> esa época<br />

todos, estudiantes, profesionales, políticos y sobre todo indíg<strong>en</strong>as,<br />

vivíamos con las refer<strong>en</strong>cias y paradigmas del gamonalismo y de la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!