liber novvs de anima rationali ramon llull edición crítica y estudio

L
ANÁLISIS FILOLÓGICO Y TRADICIÓN TEXTUAL
en Padua, como explica el colofón, y el manuscrito de Gdansk revela una
ascendencia boloñesa; los manuscritos ingleses, veneciana (véase en sus
descripciones).
Con relación relación a los manuscritos de Palma de Mallorca, Jocelyn
Hillgarth opina que en general no hubo apenas tradición manuscrita en
Mallorca hasta el siglo XV, siglo en el que sí se trajeron manuscritos de
fuera 22 . Para Hillgarth, Ramon Llull no formó un foco de lulismo en
Mallorca porque permaneció poco tiempo ahí y, según el censo realizado en
las bibliotecas mallorquinas, tampoco parece que donara demasiados
manuscritos: en el catálogo de la biblioteca de La Real de 1386 sólo figuran
cuatro obras lulianas y, en general, los catálogos de las bibliotecas
mallorquinas muestran que no hubo lulismo hasta mediados del siglo XV en
la zona 23 . Por último, Hillgarth coincide con las tesis de Batllori en relación
con los manuscritos que se conservan en Roma y Milán, ciudades a las que
habrían sido llevados los manuscritos posteriormente, en el siglo XVI,
muchos desde Mallorca, con motivo de favorecer la canonización de Llull 24 .
En cuanto al Electorium, el LNAR pudo llegar a Le Myésier a partir de la
donación que el autor estableció en su testamento a la Cartuja de Vauvert 25 ,
o incluso antes, pudiendo haber sido entregado en mano por el propio
Llull 26 . A este manuscrito nos dedicaremos con más detalle en el apartado
siguiente.
22 El manuscrito L1 –hoy en Mallorca– procede del monasterio de Ruysbroeck de
Groenendael, cerca de Bruselas, según lee Hillgarth (véase en la descripción de dicho
manuscrito).
23 Jocelyn N. HILLGARTH, “La biblioteca de La Real: fuentes posibles de Llull”, EL 7
(1963) 5-17, p. 12; reeditado en Spain and the Mediterranean in the Later Middle Ages,
Ashgate: Variorum, 2003, VIII.
24 Jocelyn N. HILLGARTH, Ramon Lull and Lullism..., p. 148.
25 Testamentum Raimundi, ROL XVIII, p. 262.
26 Hillgarth considera probable que Llull conociera, y aprobara, el propósito de Le Myésier
de compilar su obra. Jocelyn N. HILLGARTH, Ramon Lull and Lullism..., p. 161. Lo cierto es
que Llull, justo después de acabar en Roma nuestro libro, viaja a París (1297). Ahí termina,
dos años más tarde, las Quaestiones Attrebatenses, destinadas a resolver dudas propuestas
por Le Myésier, quien habría conocido a Llull durante su estancia en París los años 1287-
1289, asistiendo a las lecturas de su Arte en la Sorbona. Cf. Raimundus Lullus, An
Introduction..., p. 59. No es inverosímil que Ramon Llull, ansioso de dar a conocer su
pensamiento, llevara a París las obras que acababa de escribir en Roma.