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El diseño para otra estampilla la de 1 penique para cartas dentro de los límites de la<br />
ciudad se decidió pronto. Ya que los muchachos del Cuerpo de Cadetes estaban haciendo el<br />
trabajo de entregar el correo, ¿por qué no poner el retrato de uno de ellos en la estampilla?<br />
Baden-Powell había seguido con mucha atención el trabajo de Lord Edward Cecil con el<br />
Cuerpo de Cadetes. Le asombró el ahínco con el cual los muchachos habían aceptado la<br />
responsabilidad, y la entereza y falta de temor conque llevaban acabo las tareas asignadas. Le<br />
dije a uno de estos muchachos en una ocasión, cuando llegaba a través de un fuego bastante<br />
fuerte: uno de estos días resultarás herido montando así mientras vuelan las bombas. Y él<br />
contestó: Pedaleo muy rápido, señor, ¡nunca me alcanzarán! A esos muchachos parecía no<br />
importarles mucho las balas; siempre estaban listos para obedecer ordenes, aunque esto significara<br />
arriesgar la vida cada vez .<br />
El fotógrafo tomó una placa del jefe del Cuerpo de Cadetes de Mafeking, sargento mayor<br />
Warner Goodyear, de 13 años, montado en su bicicleta, e hizo que el Dr. Will Hays hiciera un<br />
diseño para la estampilla. A los pocos días las estampillas de 1 penique, engomadas y<br />
perforadas, estaban a la venta para orgullo y contento de cada miembro del Cuerpo de<br />
Cadetes.<br />
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Para marzo, la guerra entre Snijman y Baden-Powell había llegado a ser más bien un asunto<br />
sentado. Los Boers continuaban su bombardeo diario, pero los británicos contestaban el fuego<br />
solo si era necesario. Baden-Powell tenía que estar pendiente del gasto de municiones. Estaban<br />
disminuyendo peligrosamente.<br />
Aunque la mayoría de los Boers hacían poco menos que estar sentados, sus zapadores<br />
habían vuelto al trabajo de cavar trincheras, cerca y más cerca de las fortificaciones británicas y<br />
de la propia ciudad. Desde sus trincheras en los brickfields, al este, tiradores Boers expertos<br />
podían rociar las calles de Mafeking con balas de fusil.-Habían matado a una cantidad de<br />
ciudadanos.-<br />
Los británicos volvieron de nuevo a cavar y eventualmente llegaron a un punto donde<br />
estaban solamente a treinta metros del enemigo. Pero allí se quedaron varados por falta de<br />
bombas y granadas de mano.-<br />
Fue el Mayor Panzera nuevamente quien llegó al rescate, ésta vez con municiones. Los<br />
Boers tenían granadas de mano alemanas que podían lanzar dentro de las trincheras británicas.<br />
Los británicos no tenían ninguna hasta que Panzera las hizo de viejas latas de carne o<br />
mermelada, llenas con dinamita o pólvora, con una mecha.- El gran honor de lanzar a las<br />
trincheras Boers estas bombas hechas en casa, fue para el Sargento Page, quien en su juventud<br />
había pescado con cebo desde las rocas, al este de Londres. Pronto pudo lanzar las bombas de<br />
Panzera desde el extremo de una caña con reel, a una distancia de sesenta metros. Luego<br />
enseñó a sus compañeros cómo se hacía. Entre los expertos tiradores británicos y los<br />
lanzadores de bombas, las trincheras de los Boers se hicieron insostenibles.-<br />
Durante la noche del 23 de marzo. B-P recibió informes de que había una actividad<br />
inusitada en las líneas del enemigo. Oímos que los Boers hacían mucho ruido, pidiendo unos a<br />
otros retirarse y pudimos oír cuando marchaban a través de sus trincheras de comunicación,<br />
evidentemente desalojando la línea del frente. Mis hombres estaban locos de alegría y ansiosos<br />
de tomar posesión. pero los detuve .<br />
¿Por qué se iba el enemigo haciendo tanto ruido, cuando uno esperaría que lo hiciera<br />
silenciosamente?, pensó. Su comportamiento era altamente sospechoso.<br />
B-P envió a dos de sus hombres a investigar. Regresaron e informaron que las trincheras en<br />
los brickfields habían sido. evidentemente evacuadas por los Boers.-Pero B-P no estaba<br />
satisfecho. Hizo que registraran las trincheras. El registro dio por resultado que se encontró una<br />
cantidad de cables. Se cortaron los cables y se ocuparon las trincheras. La cautela de B-P salvó a<br />
sus hombres. Los cables estaban conectados a una mina de 250 libras (114 kgs). Y mientras<br />
nosotros cantábamos Dios Salve a la Reina , los Boers probablemente estarían apretando el<br />
botón en el otro extremo del cable, muy impacientes por el fracaso de sus fuegos artificiales .<br />
En marzo, el Coronel Plumer, con sus fuerzas al norte, estableció contacto casi diario con<br />
Mafeking, con la ayuda de correos nativos. Por primera vez Baden-Powell recibió noticias<br />
regulares de lo que estaba pasando fuera del rincón restringido de su mundo. Y por primera vez<br />
las noticias eran alentadoras de los británicos, tomando por fin la iniciativa; de Kimberley,<br />
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