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Sonaba como si un enjambre de abejas hubiera sido molestado.-Había una cierta cadencia en el<br />
sonido.-Los tambores estaban hablando, Baden-Powell avanzó cuidadosamente con sus<br />
hombres. -Más adelante la selva se aclaraba.-<br />
Después de tres semanas, el 17 de enero de 1896, los reclutas de B-P salieron de las<br />
profundidades oscuras y húmedas de la selva a la claridad abierta del día. Allí se extendía<br />
frente a nosotros un espacio abierto como un campo de maniobras de un cuarto de rnilla (400<br />
mts.) de ancho, y más adelante, en la suave ladera de un valle, una masa de techos de paja<br />
desparramados hasta el limite de la selva , ¡Kumasi!.<br />
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Sí, Kumasí al fin. ¡Y qué desilusión!. Las puertas de la ciudad de las cuales habían oído<br />
hablar, no existían. La ciudad propiamente dicha era una barahunda de las usuales chozas<br />
africanas de paja y barro. El Palacio del Rey era una colección de grandes chozas con paredes<br />
altas, techos de gran pendiente e innumerables corredores conectados por entradas estrechas, No<br />
había nada imponente en ello y no obstante, este era el lugar de una larga y fantástica historia,<br />
la llave de un vasto territorio.-<br />
Baden-Powell marchó directamente con su columna principal al espacio abierto y les hizo<br />
hacer alto. Un momento más tarde llegaron sus destacamentos de flanco.-<br />
El tronar de tambores que B-P había oído antes de llegar a la ciudad creció en intensidad. -<br />
Un estruendo de voces comenzó a llenar el aire y una banda de tambores y cuernos de colmillos<br />
de elefante entraron a la plaza. Eran seguidos por una cantidad de sombrillas de colores que<br />
brillaban y se sacudían por encima de las cabezas de una agitada multitud de nativos: el Rey<br />
Prempeh y sus jefes habían llegado para observar la entrada de las tropas británicas. Sus sillas<br />
claveteadas de cobre fueron bajadas a tierra.-Y allí se sentaron hasta la cinco de la tarde.<br />
Prempeh mostrándose muy aburrido, aunque regio, con tina tiara negra y oro en su cabeza,<br />
con largas sartas de cuentas y pepitas doradas colgadas alrededor del cuello y brazos, con una<br />
fuerte sonrisa peculiar entre sus labios apretados, para impedir que su boca pronunciara la<br />
palabra equivocada.<br />
Mientras Baden-Powell esperaba la llegada de la fuerza principal, hizo algunos<br />
reconocimientos. Igualmente lo hizo su segundo al mando el Capitán Graham. En el momento<br />
en que el Capitán se acercaba a un pequeño bosquecillo de árboles owa-owa, B-P notó una<br />
súbita ola de excitación entre los jefes Ashanti.-Lo asaltó el pensamiento de que el Capitán<br />
pudiera estar caminando hacia una emboscada. Pidió a Graham que hiciera alto y envió varios<br />
exploradores a investigar el bosquecillo. Regresaron con la interesante información de que<br />
Graham había tropezado con el bosquecillo de fetiches de los Ashanti.-El terreno de enormes<br />
árboles estaba cubierto con los esqueletos de cuerpos decapitados y cráneos desprendidos. todos<br />
ellos sin la quijada inferior. A una hora de su llegada, los hombres de B-P habían logrado tener<br />
confirmación de que lo sacrificios humanos eran todavía frecuentes en Ashanti.-<br />
Las fuerzas de Sir Francis Scott continuaron llegando durante todo el día: dos mil soldados<br />
británicos mezclados con doce mil cargadores nativos columna tras columna, tras columna,<br />
tras columna, una serpenteante culebra de nueve millas (14.4 kms) de largo. que rápidamente se<br />
dividía al entrar en la plaza. donde oficiales a cargo del alojamiento dirigían a los grupos hacia<br />
los sitios de acampar.<br />
Al finalizar la tarde. Sir Francis Scott y su estado mayor se sentaron en un semicírculo en el<br />
terreno de maniobras. Se habían hecho ciertas conjeturas entre los oficiales acerca de lo que<br />
Prempeh haría cuando se le pidiera que viniera desde su trono para entrevistarse con el<br />
Comandante de las tropas británicas... ¿Sería entonces cuando comenzarían los disturbios?.<br />
La contestación fue sorprendente. Sin una palabra, el jefe Ashanti se levantó de su silla y se<br />
acercó al general británico. Su reunión con Sir Francis duró sólo unos minutos. Se le informó<br />
que debía presentar su rendición al Gobernador que llegaría a Kumasi tinos días más tarde y que<br />
se esperaba que, en esa ocasión, pagada la totalidad de la indemnización determinada en el<br />
tratado de1874.<br />
No hubo ni una señal de parpadeo en la expresión de la cara de Prempeh.- Esperó hasta<br />
que Sir Francis terminara lo que decía, se dio vuelta, se sentó de nuevo en su trono y fue<br />
conducido fuera de la plaza.<br />
¿Significó eso una clara rendición de Prempeh?.-B-P tenía sus dudas. Decidió mantener al<br />
Rey y a sus jefes bajo estrecha vigilancia y hacer algún reconocimiento por su cuenta.<br />
Al investigar los alrededores del palacio real, B-P descubrió que en la cerca del palacio<br />
contigua a la maleza, en la parte posterior, la empalizada circundante tenía una salida oculta, y<br />
que una senda secreta para peatones se dirigía desde este punto hacia la selva, más adelante. Era<br />
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